sábado, 21 de enero de 2012

Contento e indignado


Pocas veces he tenido, Nicolás, unas sensaciones tan encontradas: Por un lado, contento porque parece que, al fin, se va a hacer el Parador Nacional de Turismo en Molina de Aragón y por otro, indignado por la salvaje reducción de plantilla y/o de jornada que la JCCM pretende hacer en nuestros montes y por la restricción o eliminación de algunos de los pocos servicios que tenemos.


El Parador parece que, al fin, sí

Como ya te he contado, Nicolás, esta es una obra encomendada a Trangsa por el Gobierno anterior que, sin embargo, tal y como ha venido alertando La Otra Guadalajara, estaba en el aire, como se pone de manifiesto en el pliego de condiciones del primer concurso que ha sacado Trangsa en la modalidad de subcontrata por seis millones de euros, en el cual consta, que Trangsa queda liberada de su compromiso en cualquiera momento del proceso (licitación, adjudicación o ejecución) en el caso de que la Administración, o sea el Gobierno, deje sin efecto la encomienda a Trangsa.

La ejecución de la obra del Parador, pues, no era irreversible como nos dijeron con pretensiones electorales y embaucadoras cuando hicieron la pantomima de poner la primera piedra, si no que estaba condicionada por completo a la voluntad política del Gobierno, por cuya razón, era absolutamente imprescindible que el nuevo Ejecutivo que saliera de las urnas, fuera del color que fuera, diera la cara e hiciera un contrato expreso con la ciudadanía de la comarca, adquiriendo públicamente, con fechas y plazos, el compromiso de construir el Parador, que es lo que acaba de hacer el Presidente de la SEPI, Sr. Ramón Aguirre, al decir públicamente y con contundencia, que se adjudican obras por seis millones de euros a finales de este mes y que el Parador estará terminado en el 2014, comprometiéndose, además, a hacer una rueda de prensa cada seis meses, para informar de la marcha de las obras.

Tras las elecciones, existía un cierto miedo a que el nuevo Gobierno pospusiera sine die la construcción del Parador, amparándose en su política de recortes de obra pública y echándole al anterior Gobierno la culpa de que las obras no estén empezadas. Pero también teníamos esperanzas fundadas de que el eco alcanzado por las movilizaciones que se han venido haciendo en la comarca desde las plataformas y asociaciones de la sociedad civil para que el anterior Ejecutivo dejara las obras realmente empezadas antes de marcharse y de que se seguiría presionando al nuevo Gobierno en el mismo sentido, dieran los resultados pretendidos.

La presión firme y sostenida de la sociedad civil ha sido, sin duda, el factor determinante que ha forzado al Presidente de la SEPI a hacer ese contundente pronunciamiento público a favor de la ejecución de las obras. Y si alguien cree que no se debe a las movilizaciones, que me explique por qué no se dice nada sobre la construcción del Parador de Muxía, que ha llevado un proceso idéntico al de Molina en todo momento, incluida la farsa de la primera piedra. Me alegro de que las cosas parezcan encarriladas, en primerísimo lugar, por la comarca y sus gentes, pero también por todas las personas que se han movilizado y que ahora pueden empezar a sentir la satisfacción de que su lucha no ha sido en vano. No obstante, por si las moscas, tendremos que seguir con la táctica de vigilancia y de no bajar la guardia, que ya pusiéramos en marcha ante anteriores promesas incumplidas.

Los montes como brutal contrapunto

Pero estar contentos por el encauzamiento de la obra del Parador, no me quita ni una pizca de la fuerte indignación que me invade ante la pretensión de la JCCM, que preside la Sra Cospedal, de quitar o restringir los pocos servicios que tenemos y de echar gente a la calle. De todo esto ya te hable en la carta anterior, aunque aprovecho ésta para explicarte un poco más lo de los montes, dado lo salvaje que me parece la pretensión de la JCCM de recortar drásticamente el número de empleados que trabajan en ellos a través de la empresa pública GEACAM, que depende directamente de dicha Junta.

Sí, Nicolás, sí, salvaje es la palabra, porque reducir plantilla en nuestros montes, trae la alarmante consecuencia de desatender las tareas silvícolas que nuestras vastas y sucísimas masas forestales reclaman a gritos, ante el palpable peligro de que se repitan catástrofes como las del incendio de 2005, que asoló trece mil has de bosque y se llevó por medio la vida de once personas y también trae el drama de dejar a mucha gente sin empleo o con una jornada reducida que no da para vivir. Pero debes saber, además, amigo mío, que a estas dos desastrosas consecuencias, hay que agregarle otra tan salvaje como es, la de echarle la soga al cuello a esta deprimida comarca para estrangularla definitivamente, ya que eso supondría perder nuevos habitantes en unos municipios como los nuestros, cuya patética despoblación, no admite la pérdida de un solo vecino más.

El pésimo estado en que se hallan las vastas masas de bosque de nuestra comarca, Nicolás, no requieren reducción de plantilla, sino que demandan con urgencia, que se triplique el número de trabajadores para evitar los riesgos de nuevas catástrofes y para atender la tarea prioritaria de crear empleo, dada la mucha mano de obra que absorben las tareas silvícolas. Pero es que, además, de estas dos básicas y clamorosas razones que existen para aumentar sustancialmente el número de trabajadores en ellos, hay otra todavía más capital, que es la de aumentar a corto plazo el número de vecinos en nuestros pueblos y, por lo tanto, evitar su desaparición definitiva, que es lo que ocurriría en varios de ellos, si no se abortan las pretensiones del Gobierno de la Sra. María Dolores de Cospedal.

Aquí, Nicolás, como ya te decía en la carta anterior, no queda otra que levantar la voz y movilizarse unitariamente para que en esta deprimida comarca, tan carente de servicios, no se nos quiten o restrinjan los pocos que tenemos y para que no se consume la brutalidad de echar a la calle a nadie de los que trabajan en nuestros montes, ni tampoco en los servicios, porque de no ser así, nuestra comarca habrá dado un paso decisivo hacia atrás, hacia su hundimiento definitivo. Y cuando se está tan al borde del abismo, un paso más hacia atrás, puede ser mortal de necesidad.

viernes, 6 de enero de 2012

¿Recortes en nuestra deprimida comarca?, pues el último que apague la luz





Haz un esfuerzo Nicolás por imaginarte nuestra comarca tal y como se encuentra en estos momentos. Te ayudará mucho a comprender la carta.

Imagínatela, Nico, con unos ochenta pueblos dispersos por una vasta superficie que supone la tercera parte del territorio de la provincia de Guadalajara; imagínate a algunos de esos pueblos deshabitados totalmente, otros varios en trance de desaparecer y ninguno en proceso de crecimiento. Imagínatela con los 1,5 habitantes por km2 que tiene, si es que llega.

Añádele también, que se trata de una comarca que carece de unas infraestructuras y unos servicios dignos de tal nombre que, sin embargo, sí tienen, disfrutan y aprovechan desde hace muchos años la inmensa mayoría de los ciudadanos que, por lo visto, son más españoles que nosotros y se rigen por una constitución distinta. Y ten bien presente, además, que esta dramática situación no ha sucedido porque sí, sino principalmente porque las fuerzas políticas que dirigen y tutelan las instituciones regionales, provinciales y locales se vienen resistiendo como gato panza arriba desde el principio a solucionar las necesidades básicas comarcales de una zona que quisieran ver desaparecer, al no serles rentable electoralmente.

¿Tú crees, Nicolás, que a una comarca esquelética y agónica como ésta se le puede meter ahora la tijera para adelgazarla más aún? Hacer recortes en una comarca así, sería dejarla del todo en los huesos, presta para la muerte definitiva. No utilizo lo de muerte definitiva como una manera de hablar, sino como una expresión cabal de lo que le ocurrirá a la zona si consentimos que restrinjan o eliminen los pocos servicios que tenemos y que se reduzcan empleos en nuestros montes en vez de triplicar el número de trabajadores en los mismos, que es una de las medidas más básicas y urgentes de las que tenemos por delante, si queremos de verdad y no de boquilla empezar a incrementar la población.

Te agradeceré, que entres en la web de La Otra Guadalajara www.laotraguadalajara.net y leas la carta que esta plataforma a enviado a la Presidenta de la JCCM, Sra. Cospedal, en la quedan explicados los tijeretazos que se pretenden hacer en la zona y sus irreparables consecuencias negativas si se llevan a cabo. Con ello me evitas hacer más extensa esta carta.

Es injusto, Nicolás, cualquier ajuste del gasto público que recaiga sobre sectores humildes de la sociedad o sobre servicios públicos básicos, porque hay otros sitios de donde sacar una burrada de millones, sin necesidad de perjudicar en nada a los más desfavorecidos, lo cual ya denunciamos en este blog desde que empezaron los recortes en 2010 y volveremos, en breve, sobre ello. Pero mientras que estas injustas y salvajes medidas no implican, por lo general, el hundimiento de ningún territorio como tal, en nuestra deprimidísima zona, sin embargo, -y esto es lo singular y dramático del caso- supone darle jaque y prácticamente mate a la propia existencia de la comarca, ya que la dificilísima partida que está librando en el tablero de su subsistencia, no admite perder ninguna pieza más. No está ya nuestra zona en condiciones de perder un solo vecino más, ni los escasos servicios que tiene, y no sólo por sus consecuencias negativas inmediatas en pérdida de calidad de vida y de población, sino también por los efectos desmoralizadores y de miedo que se instalarían en el ánimo de las gentes de esta tierra al ver que nos obligan a recular en una comarca que tiene el borde de su precipicio a menos de dos metros si camina para atrás.

Dar pasos hacia atrás en estas circunstancias, significa caminar hacia el ocaso de nuestra zona y dejar el encargo al último de sus moradores para que apague la luz cuando se marche. Habrá quien podrá decirme: hombre, no será para tanto, porque al menos al verano y en los puentes siempre se podrá venir a pasárselo bien, a lo cual se podría responder: que sería una diversión muy excluyente, porque habría muchas personas, que no seríamos capaces de bailar o hacer meriendas encima del cadáver de la tierra que nos vio nacer y crecer, de la tierra que unos mataron y se quitaron del medio porque no les daba rédito electoral y otros no hicimos lo suficiente para impedirlo.

Por ahora, Nicolás, prefiero asirme a la esperanza de que todos por aquí vamos a reaccionar con contundencia y espíritu unitario para impedir que en esta deprimida comarca se haga un sólo recorte. Prefiero pensar que podremos ver alguna manifestación unitaria por el Paseo los Adarves, alguna huelga de hambre o qué se yo. Pero también te digo lleno de preocupación, que muy mal porvenir le aguardaría a nuestra tierra, si en el plazo corto no acontecieran estas movilizaciones u otras semejantes.