sábado, 26 de junio de 2010

No nos pise, Sr ministro

Si has leído, Félix, las últimas declaraciones públicas con las que nos ha obsequiado José Blanco, verás que su deseo de cargarse los municipios con menor población y de echarle la espalda a las necesidades de la España interior, no dejan lugar a dudas.

Primero declara, que habría que suprimir pequeños municipios, ya que muchos de ellos -dice- no hacen otra cosa que limitarse a atender sus gastos corrientes. Y cuatro días después, vuelve a abrir el pico para manifestar: que no se puede gastar dinero en infraestructuras y servicios que no sean rentables, adelantándonos al respecto, que está haciendo ya un plan para cerrar varias líneas de ferrocarril.

No se si el ministro ha hecho sendas declaraciones, porque le falte tanta frente como nariz le sobra, o si las ha efectuado siendo consciente de lo que significan. Pero lo cierto es que sus pretensiones, de materializarse, no sólo supondrían un desmantelamiento de los municipios con menor población, sino también un revés de consecuencias irreparables para las necesidades de infraestructuras y servicios de la España interior y la puntilla para sus comarcas rurales.

Los ayuntamientos andan mal de recursos económicos y los menos poblados al borde de la bancarrota; eso es cierto, pero también lo es, que se debe a políticas ajenas a los propios municipios, cuyos culpables son al cien por cien los principales partidos políticos y sus dirigentes, uno de los cuales es el Sr. Blanco.

Me explico: La pésima financiación municipal de nuestro país, que es casi tres veces inferior a la media de los países europeos de más tradición democrática (en España se destina a los municipios un 14% del dinero total que se otorga al conjunto de las instituciones, frente al 33% en Europa), priva a los municipios de medios para hacer su propia política y establecer sus prioridades. Desde el inicio de la democracia nos vienen prometiendo los principales partidos una ley de financiación municipal para solucionar el problema, pero treinta años después, todavía seguimos esperándola. Y esa ley no la sacan, porque no les interesa, ya que les quitaría a los dirigentes políticos las posibilidades de control y chantaje sobre los municipios, que ahora ejercen con su sistema de ayudas municipales tureladas y graciables desde las CCAA y las Diputaciones, que conceden, menguan o deniegan, según afinidades, sumisiones, intereses electorales etc. y sin que los ayuntamientos puedan decidir el destino de dichas ayudas.

Si los pequeños municipios dispusieran de financiación suficiente y, por ende, de autonomía para hacer su propia política, se les podría criticar y hasta sancionar a los que no hicieran más cosa, que atender sus gastos corrientes. Pero si están así, es por culpa de los dirigentes políticos de las CCAA y Diputaciones, gobernadas casi todas ellas por el PSOE del Sr. Blanco y por el PP. El propio ministro y los dirigentes de su partido son, pues, culpables de estar llevando a los pequeños municipios deliberadamente al estado de coma -no son rentables electoralmente- y ahora, en vez de reconocer su culpa, pedir perdón y recuperarlos, pretenden aprovechar su agonía para ponerles una inyección letal y de paso, utilizar los cadáveres ante Bruselas, ante los mercados y ante la opinión pública como una acción necesaria para adelgazar la administración, mientras que no la tocan por arriba y por el medio, que es por donde está el cáncer del despilfarro, de los asesores y organismos innecesarios, que implicaría -y eso les jode- desalojar a muchos miles de amigos enchufados por ellos mismos dedocráticamente.

La declaración cuatro días después, de no apoyar infraestructuras y servicios que no sean rentables, sólo se puede explicar por alguna de estas tres razones: pérdida de juicio, gran cara dura o insuficiente inteligencia. También puede ser una mezcla. Ciertamente, que si no se atienden las tremendas carencias de infraestructuras y servicios de la España interior, el Estado y sus CCAA se ahorrarían una auténtica millonada todos los años y cierto también, que para imponer una política tan salvaje les vendría bien disolver los ayuntamientos en los pueblos, a fin de que estos no pudieran defenderse de sus atropellos.

Pero no se si habrá caído en la cuenta el Sr. Blanco, que el atropello que pretende, choca frontalmente contra la constitución, contra las actuales leyes aprobadas por su propio partido y contra las actuales directivas europeas. No es, pues, descartable, que las declaraciones las haya podido realizar en un estado de enajenación mental transitoria. También podría ser que el PSOE hubiera utilizado al más rudo de sus dirigentes para lanzar un globo sonda a ver qué acogida tienen.

Contra la constitución, porque es en ella donde se reconoce el derecho a que todos los ciudadanos tengan unas infraestructuras, unos servicios y unos derechos sociales equivalentes, con independencia del lugar donde se viva. Además es la propia constitución, y por ley orgánica, la que impone el deber de acabar con los actuales desequilibrios entre unos lugares y otros.

Contra la propias leyes aprobadas por su partido y, en concreto, contra los planes de desarrollo rural sostenible a nivel del estado y de las CCAA aprobados en el 2007, en los cuales se apuesta por un conjunto de medidas transversales para el mundo rural (de infraestructura y servicios varias de ellas) a fin de atajar los citados desequilibrios, fomentar el desarrollo, mejorar la calidad de vida rural y combatir la despoblación, reconociendo, incluso, el derecho a aplicar la discriminación positiva.

Contra las directivas europeas, que abogan por todo lo expuesto en el punto anterior y que tienen planes de ayuda para las áreas rurales más desfavorecidas de diversos países, entre ellos España.

En fin, Félix, que no venía mal traer a colación estas asalvajadas declaraciones del Sr. Blanco, ya que atañen por completo al tema que nos traemos entre manos. A la siguiente hablaremos de cómo ir preparándonos, para que pretensiones como las del ministro, no se implanten nunca.

sábado, 12 de junio de 2010

Acerca de los pequeños municipios y en respuesta a Félix

Aunque con un poco retraso, Félix, te respondo al comentario que hacías en mi carta anterior Fascismo parlamentario en Grecia, donde dejabas un hado de duda acerca de si los ayuntamientos serían capaces de enfrentarse a los poderes institucionales y políticos y jugar el papel que les corresponde.

Efectivamente, amigo Félix, ahí reside el quid de la cuestión, porque si los pequeños municipios fueran capaces de estar a la altura de sus deberes, sin duda que recuperarían el prestigio perdido ante la ciudadanía y obtendrían su apoyo activo ante cualquier intento de proscribirlos. Precisamente, lo preocupante de Grecia no es sólo que los socialistas helenos hayan aprobado en el parlamento la medida de suprimir dos tercios de ayuntamientos, sino también, que los municipios y pueblos afectados no se hayan movilizado resueltamente para impedirla.

Para recuperar ese prestigio se necesita, un profundo cambio democrático municipal, con medidas que impidan a las fuerzas políticas poder tutelar y chantajear a los ayuntamientos. Se precisa ante todo, y con urgencia, una Ley de financiación municipal que dote de recursos económicos propios y suficientes a los municipios para que ellos mismos puedan decidir con autonomía sobre sus asuntos y establecer sus prioridades. Y se precisa, asimismo, sustituir el sistema de listas cerradas y bloqueadas por otro que cree las condiciones para que los ediles no tengan que estar sometidos a sus partidos, sino a la voluntad de sus electores, que son quienes los eligen.

Por otro lado, los municipios pequeños están urgidos a cambiar la actual política conformista, de campanario y trasnochada en algunos aspectos en la que andan sumidos y sustituirla por otra más actualizada, que de soluciones a los problemas reales del momento, tanto a los específicos de cada municipio como, sobre todo, a los supramunicipales, que son todavía mayores y mas urgentes, pero que los ayuntamientos no están tomando en sus manos por ahora.

Ocurre, sin embargo, amigo Félix, que si los ediles municipales no están luchando por nada de lo que acabo de describirte en los dos párrafos anteriores, no es porque no lo vean, sino porque nada de ello es del interés de las fuerzas políticas a las que les deben el cargo, y la mayoría sucumben ante ellas. Ya se que no debería ser así, pero lamentablemente, lo es. Te expongo en qué consiste básicamente ese tutelaje a mi modo de ver:

Sabes como yo, que los partidos, y más cuanto más grandes, son puras máquinas electorales superburocratizadas, a cuya militancia de base le asignan dos funciones: La primera y principal, responder presta cada vez que el partido necesite movilizarlos -casi siempre para respaldar actos electorales- y la segunda, no hacer más política en los ámbitos de base donde viven, que aquella que se decida y controle desde arriba. Para una política así, se requiere una militancia de adhesión, incondicional, acrítica con las decisiones del partido y que no tenga la pretensión de hacer política propia en su ámbito.

Con semejante modelo de partidos, no es posible militar en sus filas, y menos aún acceder a puestos de más responsabilidad, a quienes posean la fea costumbre de tener opinión y criterios propios. Quien pretenda militar sin renunciar a su derecho de opinar con libertad, ya sabe lo que le espera: será considerado como alguien incómodo y no se le permitirá acceder a organismos o cargos de cualquier responsabilidad en el partido y en las instituciones, los cuales quedan reservados para los militantes mas incondicionales, entre los que se hallan también todos los arribistas, que andan ávidos de encontrar el momento de dar cauce a sus ambiciones oportunistas.

Es precisamente con la parte de su militancia más incondicional y oportunista, con la que los dirigentes burócratas del partido confeccionan sus candidaturas municipales. Sólo en los casos en que no encuentran gente de ese perfil y, antes que no presentar a nadie, tragan con otros candidatos que no les son tan agradables. Y, por si les faltaba algo para hacer las candidaturas a su medida, todavía cuentan con el antidemocrático sistema de listas cerradas y bloqueadas -desechado en todos los países con tradición democrática- para obligarnos a votar una determinada lista y, además, por el orden que ellos nos la impongan.

Una vez elegidos, poco cabe esperar de unos ediles que le deben el cargo a quienes los colocaron en las listas. Y por si no fuera suficiente para controlar el cotarro, todavía cuentan los dirigentes burócratas con la herramienta de las ayudas a los ayuntamientos, que como sabrás, Félix, son ayudas graciables que se conceden a los municipios desde las altas instancias y que llevan implícito un fuerte componente de tutelaje y chantaje, dado que también pueden no concederse o llegar mermadas, si los ediles a quienes deben otorgárselas no son de su agrado. Y si hay concejales o alcaldes que a pesar de todos los obstáculos descritos, aún se atreven a saltárselos y poner por delante los intereses de sus ciudadanos, pues los aguantarán de mala gana y aprovecharán para vengarse a la siguiente legislatura, excluyéndolos de las nuevas listas.

Tanto condicionamiento y tutelaje, Félix, es un gran impedimento para que los ediles puedan llevar a cabo la política que desearían hacer si se sintieran más libres. Sin embargo, este sometimiento de los cargos municipales a las fuerzas políticas, no suele afectar a la gestión de los municipios medianos y grandes, porque dichas fuerzas, como maquinarias electorales que son, procuran que se haga en ellos la mejor política posible, dado que es ahí donde están los principales caladeros de votos. En cambio, para los pequeños municipios el tutelaje es una lacra de consecuencias funestas, porque va encaminado a conseguir que los ayuntamientos se conformen sin rechistar con muchísimo menos de lo que precisan, ya que cuanto menos dinero se gaste en las zonas que aportan tan pocos votos, más queda para derivarlo hacia áreas más pobladas y, por ende, de mucho mayor rédito electoral.

Espero, Félix, haberte dado razones suficientes del por qué la mayoría de los ediles de los pequeños municipios, no van a ser los que mayor cara le planten a los de arriba, ni tampoco van a constituir a priori la vanguardia del cambio de actitud y de política municipal que se necesita.

Sin embargo, urge salir del pozo y empezar a cambiar la actual tendencia, porque hay muchas necesidades por resolver que no están para más esperas y porque hay que empezar a aportar claridad ante los nubarrones que se ciernen sobre el horizonte, donde el jefe del partido de la alternancia ve con simpatía lo de Grecia y el segundo jefe del partido que gobierna, todavía llega mucho más lejos y propone en España algo parecido, basándose en solemnes e intolerables falacias. En la siguiente, Félix, terminaré de responderte. Te hablaré de lo que, a mi juicio, encierran esos nubarrones y de lo que se puede y se debe hacer desde ya mismo a favor de los pequeños municipios desde nuestros pueblos y nuestras comarcas, para que estos, a pesar de todo, empiecen a jugar su imprescindible papel.

martes, 8 de junio de 2010

Indurain, Nadal e Iniesta

Hola, Nicolás. En tanto preparo adecuadamente la contestación a Félix sobre el comentario que hizo en la misiva anterior acerca de los ayuntamientos, he decidido aprovechar y hablarte por una vez de deporte, o mejor dicho: de iconos deportivos.

Tenemos la inmensa suerte de contar en nuestro país con dos grandes iconos que han conseguido los máximos éxitos a través del sacrificio y el esfuerzo: Indurain y Nadal.

No quiero negar la clase y técnica que estos inmensos deportistas poseen; pero sólo con ello no hubieran llegado a ser los mejores de un modo tan indiscutible. Uno y otro han llegado donde han llegado, porque han sabido agotar mejor que nadie su recorrido de mejora, a través de su voluntad, espiritu de sacrificio y constancia en el esfuerzo; cualidades todos ellas muy fáciles de decir, pero muy difíciles de mantener día tras día.

Pero no sólo eso. Estos dos pedazos de buenas personas son tan grandes en su humildad, que hasta dan la sensación de que les duele la derrota de su adversario. Y son tan sensatos consigo mismos y tan generosos en reconocer los méritos de sus adversarios cuando pierden, que hasta das por bueno el verlos perder alguna vez.

Debemos celebrar el que haya tantos niños y tantos jóvenes que los admiran y los tienen como verdaderos iconos de referencia, y ello por dos razones: La primera, porque trasmiten la cultura del esfuerzo como nadie y demuestran con su ejemplo que todos tenemos un amplio recorrido para la mejora y el éxito si somos sacrificados y constantes. Y la segunda, porque humanizan el deporte de competición y descalifican, sin proponérselo, la indeseada influencia de los ganadores arrogantes, chulescos y prepotentes. No se si alguna vez llegaremos a entender el bien impagable que estos dos excepcionales deportistas aportan a la sociedad y, especialmente, a la juventud. ¡Ojala que sí!

Andrés Iniesta es otro ejemplo semejante, solo que en este caso, dentro de un deporte que se practica en equipo. Si este singular futbolista se acopla a jugar en cualquier puesto, no es porque tenga dotes naturales para ello; las tiene como el que más para organizar el juego, jugar entre líneas, dar asistencias, desequilibrar con sus inimitables fintas; pero su altísimo espíritu de trabajo en equipo le ha hecho desarrollar otras cualidades a puro de practicarlas, a puro de sacrificio y, gracias a ello, es capaz de fajarse en la presión y en la defensa como el primero y de acabar siendo el jugador más polivalente que ha dado el futbol.

Si añadimos a lo anterior su humildad, su imagen merecida de buena persona, su respeto a los adversarios y a sus compañeros puesto a prueba en su larga etapa de suplente, podemos decir que estamos ante el ejemplo más admirable de un deportista de equipo. Por eso lo aplauden en todos los campos, incluidas las aficiones más contrarias al barça. Bien chaval, tú también eres un gran icono para la juventud y para todos. Es dificilísimo, que un futbolista del Barcelona o del Madrid llegue a ser admirado y querido por todos. Y tú, Iniesta, lo has conseguido.

miércoles, 2 de junio de 2010

Fascismo parlamentario en Grecia

Supongo que habrás caído en la cuenta, Nicolás, de que mi carta anterior aludía al atentado cometido contra la democracia por el parlamento griego de suprimir dos tercios de los ayuntamientos helenos con la excusa de reducir el déficit. De 1.034 ayuntamientos que tenía, se quedan en 355. Proscriben, redondeando, los 700 ayuntamientos con menos habitantes.

El personaje de nuestro país al que me refería, que saludó ese acuerdo fascistoide y lo consideró adecuado para nuestro país, alegando que en España hay mucha administración, no era otro que Mariano Rajoy. Lo dijo el día 28 de mayo en una conferencia en el Círculo de Economía celebrada en Sitges.

Es una medida que apenas aporta nada a la reducción del déficit, pero que sirve para trasmitir un mensaje a los mercados y a Bruselas de que se están adelgazando las administraciones en Grecia. Y para ello, no les ha importado cepillarse las instituciones más cercanas a la gente, los únicos organismos donde la ciudadanía tiene ciertas posibilidades de participación, seguimiento y control y, en definitiva, de ejercer la democracia. No les ha importando, siquiera, llenar de indignidad al parlamento, tomando un acuerdo que es fascismo de nuevo cuño, porque fascismo es suprimir democracia, se acuerde donde se acuerde.

Por lo visto, para Rajoy es mejor dejar proscritos (¡¡¡proscritos!!!) los municipios pequeños por más necesarios que sean y aunque no resida en ellos el problema -no tienen liberados, ni burocracia- que meter el bisturí a las administraciones por arriba y por el medio, que es donde está el verdadero cáncer, donde se halla instalada toda la burocracia y el despilfarro y donde existe la posibilidad real de ahorrarle al erario público muchos miles de millones. Pero claro, meter la tijera por donde hay que meterla conlleva que, tanto Rajoy y los suyos, como otros partidos, tienen que desalojar de las administraciones a muchos miles de personas, la mayoría de ellas correligionarias, familiares y amigas del partido que gobierna en cada lugar, y eso, leches.

Sr. Rajoy, en nuestro país no es necesario cargarse las administraciones como tales, ni siquiera por arriba ni por el medio, que es donde les ha salido panza, sino adelgazarlas de verdad, limpiarlas de burocracia, de tantos y tantos organismos inútiles y prescindibles, de tantos y tantos cargos innecesarios y de tantos y tantos pesebreros colocados dedocráticamente.

En España -también en Europa- se ha pasado de puntillas sobre este acuerdo fascista tomado por el parlamento griego. Ni los políticos, ni los medios lo han denunciado. Sin duda que en estos momentos, el mayor peligro para los intereses de nuestros municipios proviene de Rajoy, porque se ha pronunciado públicamente a favor de proscribirlos y porque, además, tiene posibilidades reales de ser el próximo presidente de nuestro país. Pero tampoco nos podemos fiar, Nicolás, del resto de las fuerzas que callan lo que han hecho con los municipios helenos, en vez de denunciar lo ocurrido; porque eso significa que están de acuerdo o que al menos no lo ven mal; pues cuando les interesa hacerse oír, bien ruidosos que son y bien pronto que salen a la palestra.

En esta carta sólo he pretendido meterte en el tema, para que vayas reflexionando y dándote cuenta de la gravedad del problema. Te mandaré otras sobre el asunto, que hay mucho que decir. Será enseguida.