miércoles, 3 de julio de 2013

¿Fue un espejismo la unidad de acción con los ayuntamientos del verano pasado?


Te prometí, Nicolás, hablarte de los fallidos intentos de La Otra Guadalajara en su pretensión de conseguir la unidad de acción con los ayuntamientos por el Plan Integral. A ello voy.

Lo hago con tristeza, porque me da pena tener que decirte, que mientras llevamos ya ocho años de práctica unitaria comarcal en el ámbito de la ciudadanía,  todavía no se ha conseguido establecer la unidad de acción entre los ayuntamientos, ni de estos con La Otra Guadalajara, a pesar de que las acciones del verano pasado parecían indicar que, al fin, se lograría. Fue un espejismo.


La Plataforma, Nicolás, desde el inició de su andadura, se dirigió a todos los ayuntamientos hasta en tres ocasiones diferentes, si no recuerdo mal, con propuestas de unidad de acción por el Plan Integral o por puntos del mismo. Pero los resultados no han sido los pretendidos. Durante los seis primeros años, solamente dieron señales de vida los municipios de Molina, Adobes y Villel, saludando la creación de la Plataforma y mostrando su apoyo al Plan Integral. A ello hay que agregar, la colaboración activa a nivel individual de los ediles de una treintena  de ayuntamientos en la recogida de firmas de apoyo al referido Plan y la participación de varios de ellos en el toque de rebato. Demasiados años, Nico, para tan pobre bagaje.
En ese tiempo, se suscitó un cierto debate en La Otra Guadalajara de si era más conveniente criticar públicamente el descuelgue de los ayuntamientos o, por el contrario, no entrar en ninguna polémica pública. Prevaleció lo segundo, porque tenía dos grandes ventajas: la primera, que habiendo tantísima tarea unitaria por hacer entre la ciudadanía, el movimiento asociativo, los sectores productivos, etc, no era cosa de gastar fuerzas baldíamente con quienes no estaban por la labor. Y la segunda, porque enzarzarnos con los ayuntamientos en críticas y contracríticas habría creado una imagen de división y, correlativamente de desencanto, cuyos únicos beneficiados habrían sido, todos los que desde la política no quieren saber nada del Plan Integral y, por lo mismo, tampoco de la unidad comarcal para conseguirlo.
En estos dos últimos años, tras la alternancia de gobierno en Castilla-La Mancha aparecieron signos que daban  a entender que los ayuntamientos, al fin, se decantaban por la unidad de acción, si no por el Plan Integral, sí al menos contra los recortes en la comarca y por el Parador. La Otra Guadalajara estimuló esas posibilidades cuanto pudo. Se consiguieron acuerdos bilaterales con el ayuntamiento de Molina en dos ocasiones, quedando, tras las mismas, una buena relación entre ambas partes.
También se llegaron a acuerdos para luchar contra los recortes y por el Parador con la Común del Real Señorío de Molina y su Tierra, cuya institución, Nico, representa a la mayoría de los ayuntamientos y pueblos de la comarca. Las acciones unitarias duraron todo el verano y terminaron con la entrega de nueve mil quinientas firmas en Toledo. Pero tras esas acciones, y por incomprensible que parezca, la Común ni se ratifica en la importancia del paso unitario dado, ni da ninguna señal de querer continuar por ese camino.
Qué menos, Nicolás, que la Común hubiera realizado una valoración positiva resaltando el hecho sin precedentes de que, al fin, y gracias a esta institución, se ha conseguido implicar a un considerable número de ayuntamientos en acciones unitarias en pro de la comarca y reconocer que la institución de la Común ofrece un formato unitario y apartidista inmejorable desde el que poder luchar juntos todos los ayuntamientos por la pervivencia de la comarca  al margen de banderas políticas. Y qué menos también, que haberse pronunciado  por darle continuidad a la unidad conseguida, ya que, aparte de todo lo demás, la Común tiene también mayor responsabilidad que nadie en proponer y defender una alternativa municipal comarcal, ante la inminencia de la reforma de la Administración Local en la que el gobierno pretende dejar sin competencias a los pequeños municipios y hacerlos depender de la alejadísima, innecesaria y poco democrática Diputación provincial. Y qué menos, por último, que mostrar su satisfacción por haberse iniciado el camino de la unidad de acción entre los ayuntamientos (desde la Común) y la sociedad civil (desde La Otra Guadalajara).
Sin embargo, nada de eso se ha querido hacer desde la Común, tras las acciones unitarias del verano; algo que, por otra parte, quedó patente que así sucedería el mismo día que terminaron las acciones, cuando un significativo cargo municipal de la comarca  hablando públicamente en nombre de la Común, se centró en hacer una lamentable y falaz declaración partidista de que los de una fuerza política han actuado muy bien, mientras que los de la otra no han querido saber nada. Digo lamentable, porque si se está a favor de la unidad de la comarca no  era el momento, bajo ningún concepto, de centrarse en criticar a quienes no se implicaron en las acciones, sino de aprovechar la ocasión para poner todo el énfasis en los extraordinarios logros unitarios conseguidos por primera vez y estimular a la gente a seguir por ese camino. Y digo falaz, porque es mentira que los ayuntamientos de una cuerda estuvieran de nota y los del otro signo de suspenso, cuando lo cierto es, Nico, que hubo muchos municipios de las dos cuerdas que se implicaron  en las acciones de las firmas y la manifestación que fueron las dos tareas que supusieron mayor dedicación, aunque también se dieron significativos descuelgues, pero no sólo por una parte, sino por las dos en proporción similar.
Para decir toda la verdad, en el viaje a Toledo solo se vieron ediles de un signo político, es cierto. Pero airear este solo dato, en vez de poner todo el acento en lo mucho que hubo de positivo y unitario a lo largo de todo el verano, no es propio de personas que  defienden la unidad de la comarca, sino más bien de quienes van buscando resquicios con el que hacer partidismo y fomentar la división. Ya hubo antes otro viaje a Toledo con motivo de la entrega de las 11.225 firmas de apoyo al Plan Integral, pero entonces los ediles que asistieron eran de otro signo político. O sea, que unos y otros se han cuidado de salir en las fotos de Toledo cuando están gobernando los suyos. Los ediles de IU han salido las dos veces y  es justo reconocerlo.
En definitiva, desde que se acabaron las acciones del verano pasado hasta hoy, no se han vuelto a dar más testimonios desde los municipios a favor de la unidad de acción comarcal, ni desde dentro de la Común ni desde fuera de ella. Lo único que se ha visto desde entonces, han sido los autodenominados alcaldes socialistas, realizando algunas acciones esporádicas partidarias, que en su derecho están, pero eso no tiene nada que ver con potenciar la unidad de acción, que es de lo que hoy te hablo en la carta, pues es evidente a los ojos de cualquiera, que con un formato explícitamente partidista, es absolutamente imposible propiciar la unidad acción de la comarca, ya que los que son de otras cuerdas y la inmensa mayoría de la gente, que no lo son de ninguna, nunca se van a unir a grupos con el sello expreso de una marca política, sea esta la que sea. Y menos aún, en los tiempos que corren
Así, pues, La Otra Guadalajara no tiene en estos momentos ninguna posibilidad de hacerles propuestas unitarias comarcales a los ayuntamientos aunque quisiera, porque ni siquiera ellos están unidos y, por ahora, no se tienen noticias de que piensen hacerlo. Sin embargo, no por ello hay que desmoralizarse, pues ya llevamos mucho tiempo acostumbrados a luchar sin la suma expresa de los municipios y porque desde el formato unitario y apartidista de La Otra Guadalajara podemos seguir peleando todos los que queramos seguir poniendo los intereses y necesidades de la comarca por encima de todo, entre los que habrá también bastantes ediles, que se seguirán sumando a nivel particular como ya se ha demostrado en otras ocasiones, verbigracia, en la recogida de firmas de apoyo al Plan Integral o en el toque de rebato.
Me está saliendo una carta muy larga, Nicolás, y lo voy a dejar aquí para no cansarte. Pero en cuanto pueda te mandaré otra sobre el asunto, porque a pesar de los hechos que te he expuesto, yo no comparto las críticas generalizadas que se les hacen con frecuencia a los ediles, que  sólo las considero merecidas en los casos minoritarios de unos pocos cargos de un signo y de otro, que conscientemente vienen anteponiendo la política de sus partidos y sus intereses y aspiraciones particulares, a los intereses y necesidades colectivas de la comarca. No comparto tampoco que se encasille expresamente  a los ediles en todo lo referente a la comarca, en función del partido por el que se presentaron,
Aunque lo deseable sería, Nicolás, que la mayoría de los ayuntamientos estuvieran incorporados a estas alturas a la acción comarcal, hay varios imponderables que lo dificultan y que todos deberíamos conocer y tener en cuenta, si no para justificar tanta lentitud, si al menos para comprender los porqués y, por consiguiente, para discernir en qué casos es merecida una  crítica y en cuantos otros es mucho más aconsejable y operativa la paciencia, el debate franco y la persuasión. De ello te hablaré a no tardar.
 

 

 

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