jueves, 21 de mayo de 2015

¿Mas de lo mismo o voto de cambio?



Nicolás, mirando detenidamente las candidaturas municipales (BOP del 22 de abril) que los viejos partidos presentan en la Comarca, se da uno perfecta cuenta de que son fuerzas instaladas en el inmovilismo e incapaces de cambiar. Da igual lo que nos prometan y los programas que nos presenten, porque los hechos demuestran que van a hacer todo lo contrario. Te aclaro que las candidaturas de los partidos las hacen y las validan los jefes políticos de Guadalajara.

Los viejos partidos, Nico, se llenan la boca contándonos lo relevantes que son las elecciones municipales y nos recalcan  que los ayuntamientos son las instituciones más cercanas a la gente y, por ende, las más importantes. Nos regalan los oídos, además, con promesas de regeneración democrática, de listas abiertas, de limitación de mandatos, etc. Y hasta nos exponen programas aceptables que  podría suscribir, incluso, La Otra Guadalajara. Todo tan perfecto, en definitiva, que obliga a preguntarse: ¿Y para qué leches se presenta, entonces, en Molina una candidatura de cambio como Molina se mueve? Vamos a los hechos, que son los únicos que nos pueden dar una respuesta seria a esta pregunta.


Candidaturas paracaidistas

Un simple vistazo a las candidaturas presentadas nos demuestra, que siguen con su timo electoral (legal, por supuesto) de presentar candidatos paracaidistas en varios pueblos. Estas personas, por regla general, no son conocidas en los pueblos donde aterrizan, ni van a estar después en la tarea municipal de esa localidad. Existen experiencias sobradas. No son candidatos, pues, pensados para defender los intereses de esos municipios, que les importan un bledo, sino para atrapar unos puñados de votos más,  que les permitan incrementar el porcentaje de los resultados globales de cara a la imagen  del partido respectivo.

Son también, y principalmente,  votos rebañados con la intención de conseguir algún diputado más en las ademocráticas Diputaciones, cuando lo que se está esperando ya  de los partidos, no es que pugnen por estar en ellas y legitimarlas, sino todo lo contrario, que hagan propuestas claras para suprimirlas. Las diputaciones son instituciones absolutamente innecesarias por repetidas y paralelas a las CCAA. Son, además, anti democráticas, (no se eligen por sufragio) y nos cuestan a los ciudadanos unos 2.500 millones de euros anuales, solamente en cargos, burocracias y gastos generales, que bien vendrían para atender algunas de las necesidades más perentorias que tiene el país.  

La perpetuación en los cargos.

Ofende al sentido común, Nicolás, que cuando está siendo aceptado en este país en líneas generales, la idea de limitar por ley a dos los mandatos de todos los cargos públicos, desde el presidente del gobierno hasta el alcalde del pueblo más pequeño,  como un factor necesario para regenerar la vida democrática, veamos en las candidaturas presentadas en esta comarca un montón de candidatos que repiten por tercera, cuarta, quinta y hasta sexta vez. No cabe mayor contradicción, ni mayor evidencia de que de palabra dicen una cosa y en la práctica, hacen la contraria. Si ya tenían los viejos partidos un fuerte déficit de credibilidad por la corrupción, por lo mal que han hecho las cosas y por lo mucho que  han mentido ¿Quién les va a creer que traen aires nuevos a los municipios después de ver estas cosas?

Las largas permanencias en los cargos, todos los sabemos, son el principal caldo de cultivo para que puedan acabar germinando las peores prácticas de la política: Conservadurismo, altanería, autoritarismo, personalismo, opacidad, chanchullos, pactos de despacho, clientelismo, tratos de favor etc, amén de sentar las bases más apropiadas para que la corrupción pueda surgir.

Sumisión a los de arriba.

No me atrevería a afirmar, Nicolás, por falta de datos, qué sentido tienen de su autonomía municipal los ayuntamientos en general, ni siquiera dentro de nuestra propia provincia, donde en líneas generales los ayuntamientos de la zona norte, por ejemplo, son mucho más independientes de los poderes que los de nuestra comarca. Pero en lo que se refiere a esta zona, se ha ido creando desde el inicio de la democracia una escuela de obediencia debida y sumisión a los de arriba, que deja a los ayuntamientos  convertidos en meras correas de trasmisión de los dirigentes políticos del partido, de la Diputación y de la JCCM. Estoy hablando de una tendencia impuesta desde arriba que ha acabado interiorizándose y convirtiéndose en norma; lo cual, no quiere decir, que después todos los municipios pasen por el redil, pues siempre hay algunos o bastante con la suficiente personalidad como para no dejarse tutelar por nadie. Pues bien, también en este tipo de candidaturas sumisas de las que estamos hablando, se ven un buen número de candidatos que tienen acreditado su perfil de obediencia debida.

 Molina paradigma de estas malas prácticas municipales.

Excepto el paracaidismo, Nicolás, los demás elementos negativos que te acabo de poner de manifiesto, se están dando -¡y de qué modo!- en el ayuntamiento de Molina, y eso perjudica sobremanera, en la medida que no es un municipio más, sino el que, por su relevancia, más influye  en el conjunto de la Comarca.

Si lo  miramos  desde la óptica de la larga permanencia en los cargos, nos encontramos con  dos agrupaciones municipales, cuyos cabezas de lista llevan más años de la cuenta en la vida municipal y, dado su personalismo, todo hace pensar, que si una ley de limitación de  mandatos no lo impide, seguirán la estela Rubalcaba en cuanto a perduración en las instituciones.

Las consecuencias  de la larga permanencia de estos políticos, ya se están dejando sentir, para mal, en el ayunto de Molina  en varios de los aspectos  antes referidos; muy especialmente, en el autoritarismo y el personalismo con que se gobierna y en los pactos ocultos de despacho, entre ambos políticos, contrarios a la trasparencia, que si sabemos de su existencia, no es porque hayan informado a nadie,  sino porque los hechos lo han ido poniendo evidencia, pues es imposible seguir ocultando, que el grupo gobernante del PP viene recibiendo la estabilidad que precisa para gobernar a través del apoyo político que le brinda el  grupo municipal de IU, salvo en algunos casos más puntuales y menos relevantes, que se apoya en el grupo de los independientes, que esa es otra; no entiendo que pinta un grupo independiente, aquí y ahora, formando parte del equipo del gobierno de los populares.

Las concesiones del PP por tan atípico apoyo político, no nos las han explicado, aunque es vox pópuli, que algo tendrán que ver con el hecho de que el responsable del grupo municipal de IU, ejerza por entero el control de  los espacios del centro cultural de San Francisco para sus fines, mientras que hay muchas organizaciones y asociaciones, que no consiguen una simple sala municipal  en ninguna parte como sede para sus cosas.

El compromiso de ambos grupos, por inexplicable que parezca, es muy sólido; tanto, que no les ha importado votar juntos cosas tan negativas para Molina y para el libre ejercicio de la libertad, como dar luz verde a la mutilación del parador o que el alcalde no tenga que dar explicaciones en el pleno ante el descontento de los grupos y asociaciones de la sociedad civil, motivado por las prohibiciones, trabas y discriminaciones cometidas contra ellos por el ayuntamiento.

No son, pues, personalismos ni pactos ocultos y negativos para Molina, lo que necesita este municipio, sino ponerle fin a este extraño tipo de bipartidismo y a estas maneras opacas y autoritarias de hacer las cosas. Son momentos, Nicolás,  para  apostar por el cambio y empezar a hacer las cosas de forma diferente, de dar paso a una acción municipal de plena trasparencia, de trabajar desde la cercanía y contando con la ciudadanía. Pero todo esto, no puede venir de la mano de partidos que han dado grandes pruebas de más de lo mismo, tanto en la preparación de sus candidaturas para la comarca, como dentro del ayunto de Molina, donde ni los dos partidos del pacto contra natura ni los demás, han dado la menor señal de querer ir por la senda del cambio que el municipio precisa, a pesar de haber tenido todo el tiempo del mundo para demostrarlo.

Son momentos, Nicolás,  para unir los votos de todos los vecinos y vecinas de Molina que tienen ansias de cambio, alrededor de una candidatura que represente y responda a sus anhelos. Esa candidatura existe y se denomina, Molina Se Mueve, que se ha presentado exclusivamente con ese fin.  Una candidatura nueva cuya ilusión contagia, una candidatura con ideas y propuestas necesarias e innovadoras, que de poco servirían, si no estuvieran impulsadas por un grupo de personas serias, preparadas y formadas, partidarias del trabajo en equipo,  de tomar las decisiones  en las asambleas, de la cercanía, del fomento de la participación ciudadana, de la trasparencia, de la defensa de la dignidad municipal…, cuyos rasgos constituyen sus señas de identidad.

El día 24 nos dirán las urnas si todos los partidarios del cambio han sabido juntar sus votos en la candidatura que representa sus anhelos; ojala que así sea, y que al día siguiente se pueda empezar a iniciar el cambio que el ayunto de Molina necesita.

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