viernes, 20 de agosto de 2010

Silencios que atruenan por Molina. Artículo publicado por Carlos Sanz Establés en la Crónica de Guadalajara el día 12 de agosto



Sí, Nicolás, ha sido un éxito sin precedentes en la Comarca la participación ciudadana en la Jornada Reivindicativa del día 11 de agosto convocada por el movimiento asociativo de la sociedad civil. Pero los problemas de esta Comarca son tantos, de tanto alcance y tan urgentes, que no hay tiempo para recrearse en el éxito, sino sólo para seguir peleando sin decaer hasta conseguirlos.
En breve,te hablaré de esa falsa, anacrónica y nociva cantinela para la unidad de acción de la comarca, de que "los de Molina son muy malos" que se ha intentado reavivar estos días por la misma minoría de siempre y que es preciso traer a debate e intentar desenmascarar de una puñetera vez con hechos y números.
Mientras, te dejo con el artículo de Carlos Sanz Establés, que más allá de que se comporta o no en todos sus extremos, es muy bueno para reflexionar tras la joranda reivindicativa

"Más de un millar de molineses se han echado a la calle en la capital comarcal para manifestar su protesta ante la situación que vive el Señorío de Molina, especialmente preocupados por la despoblación en que se ha visto sumida toda la zona y que no tiene visos de solución con las medidas que se están adoptando.

Éxito espectacular para los organizadores de esta jornada lúdico-reivindicativa, pues es reseñable que jamás se había visto en esta tierra una protesta tan numerosa de claro matiz social y de masiva presencia de gentes de los pueblos, que ha sorprendido incluso a los propios organizadores, desbordados por la asistencia a pesar de lo difícil que resulta actualmente movilizar a la población.

Independientemente de los objetivos que se había marcado esta jornada promovida por las asociaciones de la zona, en el sentido de volver a insistir en las reivindicaciones que sistemáticamente vienen pidiendo los molineses desde que apareciera en escena La Otra Guadalajara, este hecho ha supuesto la constatación fehaciente de la situación de crisis profunda que vive la otrora ejemplar Comunidad del Real Señorío de Molina y su Tierra.

Esta Institución, que tiene más de ocho siglos de historia y que aún hoy sigue siendo la organización administrativa representativa de los setenta pueblos que la integran, ha mantenido un vergonzoso silencio ante este acontecimiento comarcal y sobre las reivindicaciones de los molineses, evidenciando así que la Comunidad es una entidad en la que no hay peso político alguno y mucho menos una Presidencia que merezca tal nombre.

La Comunidad de Molina no ha sabido, tal vez ni siquiera ha querido –lo que todavía es peor- ponerse al frente del movimiento asociativo molinés, primero junto a La Otra Guadalajara y, ahora, con las asociaciones convocantes, para unir fuerzas en defensa de su tierra, lo que viene a constatar que es incapaz de asumir los grandes retos de futuro que tiene la comarca entera.

Hubiera sido lo lógico y razonable teniendo en cuenta que en la Asamblea de esta Institucional casi milenaria se sientan los alcaldes de todos los pueblos cuyas asociaciones han salido a la calle para decir que hay que hacer algo distinto a lo que se está haciendo, para intentar mejorar. Pero la callada por respuesta.

De las muchas cosas que se piden para la comarca, tres son a mi entender las básicas y fundamentales: la efectiva llegada de las nuevas tecnologías a todos los pueblos, algo que no se ha conseguido ni por asomo por mucho que se pregone; el inicio inmediato de las obras del Parador de Turismo, asunto que debería ser de absoluta prioridad para todos, gobierno nacional, regional y oposición, por el revulsivo extraordinario que supondrá para la actividad económica en la comarca; y el inicio lo más rápido posible de las obras de construcción de la Autovía en la Nacional-211. Lo demás, aun siendo importante, estará siempre supeditado a estas iniciativas.

Aunque la mayoría de los alcaldes de nuestros pueblos bastante tienen con ejercer su cargo y aguantar a sus vecinos, y merecen toda nuestra consideración por ello, si la Comunidad de Molina como gran institución política, el alcalde molinés como presidente de la misma y cargo más representativo –y liberado económicamente-, y algunos otros cargos públicos del Señorío hubieran hecho bien su trabajo esta jornada habría carecido de sentido, pero ante la evidente falta de pulso político las asociaciones de los pueblos han tenido que salir a la calle, dejando en evidencia a muchos de los cargos públicos de la comarca y la provincia."

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