martes, 24 de agosto de 2010

¿Malos los de Molina? Dejémonos ya de cantinelas.

Pienso, Nicolás, que la exitosa jornada reivindicativa del día 11 de agosto, no debe llevarnos a la autocomplacencia, sino que hemos de seguir manos a la obra sin demora, que queda muchísimo por hacer y por mejorar. En este sentido, no nos vendría nada mal pararnos un poco a actualizar y a cambiar algunos aspectos del discurso, que por no estar bien clarificados crean ciertas dificultades a la unidad de acción y a la participación y que podemos mejorar mediante el debate sosegado. Entre esas ideas a cambiar se hallan, a mi juicio, las consabidas cantinelas de que los de Molina son mala gente, van sólo a lo suyo, no participan, no se puede contar con ellos, etc., cuyas falsedades todavía hay gente de buena fe que se las cree, por no haberse parado a pensar y a verificar, que la realidad actual en nada se parece a cualquier otra anterior y que ahora son otras las generaciones, otras las circunstancias y otras las actitudes. Es cierto, que también hay algunos, pocos, que propagan esas cantinelas porque les conviene y a sabiendas de que son falsas, con los cuales poco cabe discutir, pero hay otras personas llenas de buenas intenciones y que quieren lo mejor para su comarca, a los que habría que convencer con paciencia, con argumentos y con hechos de que están equivocados y que deberían archivar un discurso, que no se corresponderse con la realidad actual, ya que de lo contrario, y sin pretenderlo, contribuyen a crear recelo de los pueblos hacia Molina, lo cual dificulta y merma la unidad de acción. Supongo que estarás de acuerdo conmigo, Nicolás, que una comarca tan despoblada, tan olvidada y tan necesitada de soluciones profundas como es la nuestra, no pude permitirse dividir la fuerza de sus gentes; pues si luchando todos juntos todavía somos demasiado pocos en relación a la tarea que tenemos por delante, imagínate si encima tenemos que hacerlo al margen o en contra de la ciudadanía del lugar cabecera donde reside una buena parte de la población. Y, sin embargo, eso es algo que podría ocurrir si se consolidara la idea de que los de Molina son malos e insolidarios. Paralelo a las falsedades referidas, y sin saber como, se ha ido propagando otra falacia -doy por hecho que interesada- que consiste en hacer creer, que los que luchamos por un Plan Integral para nuestra zona, lo que en realidad pretendemos es el beneficio de Molina, pero no el de los pueblos de la Comarca. No le auguro el menor éxito a semejante necedad, porque basta saber leer o no vivir en la luna, para darse cuenta que el conjunto de los puntos del Plan Integral que reivindicamos, son otras tantas necesidades de todos los pueblos de nuestra comarca -también de Molina-, necesidades que no puede solventar ninguna localidad por separado, sino luchando todos juntos y en clave de comarca y que son de mucha mayor transcendencia, que las que a estas alturas quedan por solucionar en el marco estrictamente local de cada lugar, por respetables que estas sean también. No obstante, Nicolás, sí sabemos quienes serían los principales beneficiarios si llegaran a hacer mella estas cantinelas y crearan recelo y división entre los pueblos y Molina; serían el partido que gobierna la región y el que aspira a hacerlo. Pues como tantas veces te he reiterado, Nico, ellos analizan las cosas en términos de votos y, a esos efectos, no les interesa invertir por estos pagos, habiendo tan pocos votos que cosechar. Esa es la causa de fondo, de que se hayan pasado casi treinta años de la democracia sin que el partido que gobierna haya movido un dedo para poner en marcha ninguna de las medidas del Plan Integral que viene precisando nuestra comarca para resurgir y de que el partido de la alternancia tampoco las haya demandado. Y también lo es, de que tras las movilizaciones y los compromisos de la JCCM sobre esas reivindicaciones ramaleen ahora tan mal y traten de retrasar, tergiversar o vaciar de contenido una parte de las mismas. Así, pues, a ellos les vendría como anillo al dedo el que hubiera recelo y división entre los pueblos y Molina, pues nada mejor que eso en estos momentos, para poner freno a la lucha de la sociedad civil, que les está presionando para que se pongan en marcha cuanto antes todas las medidas y sin desnaturalizar el contenido. Para que veas, Nicolás, el sin sentido de las cosas que aún se vienen diciendo sobre los de Molina, te doy algunos datos que tiran por tierra ese desfasado discurso: Su ayuntamiento es uno de los tres de la comarca que ha acordado apoyar expresamente a la Otra Guadalajara y que, además, le ha facilitado un local donde reunirse y la utilización de sus infraestructuras y medios cuando realiza actos comarcales en aquel municipio. Pero si su Ayuntamiento se comporta correctamente, mención aparte merece la implicación de su población, desde que hace cinco años se formara este movimiento. "Los insolidarios molineses” que dicen algunos, han participado con La Otra Guadalajara y ahora con las Asociaciones en lo siguiente: respaldar unánimemente con sus firmas el Plan Integral para la Comarca como los demás pueblos; financiar por parte de sus comerciantes y empresas a la Otra Guadalajara en las movilizaciones del toque de rebato y de la entrega de firmas en Toledo, Madrid y Guadalajara, que también sufragaron los comercios de otros pueblos; llenar por primara vez el local de Santa María del Conde en día laboral y a media mañana con motivo del protocolo sobre el Plan Integral que los empresarios de la provincia y los sindicatos vinieron a rubricar con la Otra Guadalajara; concurrir con ochenta personas de las ciento veinte que fuimos a Toledo en día laboral a entregar las firmas; asistir doscientas personas a la comida de hermandad de la jornada del día 11 según acreditan los tickets repartidos, a pesar de que para ellos no era igual que para los que acudíamos de otros pueblos, que como se suele decir, íbamos para todo el día y aportar el 70% de las personas que participaron en los actos de ese día de forma altruista. ¿No crees, Nicolás, que estos hechos, todos comprobables, desmienten radicalmente todas las habladurías? Pero te digo más, Nicolás, si las cosas no fueran como te explico y sí como dicen las cantinelas, nuestra forma de proceder no podría cambiar, no podría ser nunca la de faltarle el respeto y tirar por tierra ni a los de Molina ni a los de ningún pueblo, porque eso es fomentar el rechazo y la división, sino que sería, como hasta ahora, utilizar la paciencia, el razonamiento y la persuasión, que es la única manera de que podamos llegar a entendernos, a tendernos la mano unos a otros y a forjar la unidad necesaria para sacar esto hacia delante, cosa que, por cierto, estamos intentando hacer en algunos pueblos, cuyas gentes influidas por ciertos políticos e interesados, todavía no han dado el paso de sumarse a la lucha por conseguir el Plan Integral. En la siguiente te hablaré, Nicolás, del favoritismo de la JCCM en ciertos aspectos con la parte sur de la comarca comprendida en el área del Alto Tajo, en detrimento del resto de la misma, del malestar que se está creando en la zona por esta causa y de la importancia de reconducir esta insostenible situación desde la firmeza, la inteligencia, el sentido solidario y en beneficio de todos

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