domingo, 2 de diciembre de 2012

Artículo del profesor Juan José Fernández sobre el Parador de Molina

Juan José Fernandez,  natural de EMBID (comarca de Molina) es historiador, periodista, escritor y ensayista y profesor de Historia Contemporánea en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid. Y es, por supuesto, una persona muy preocupada por el incierto futuro de esta deprimida comarca de Molina.

Os dejo con su magnífico artículo


"El Parador -¿Hotelito Rural?- de Molina, o TAL PARA CUAL
 Juan José Fernández Sanz

     Si la alegría dura poco en la casa del pobre, vaya Vd. a ver el destino que le toca a la ilusión, que van de la mano. Y el caso es que, en el Señorío de Molina, en Guadalajara entera, muchos ingenuos hemos venido pensando que, a la postre, se construiría lo prometido: ni más ni menos que un Parador. Eso sí, a pesar de siete años de retrasos, de sueños frustrados, de esperas, ¿de engaños?, de palabras vanas (verba volant), de escritos firmados a la postre vacuos (haciendo malo lo de scripta manent), de presentaciones de maquetas y colocación de primeras piedras que más bien buscaban la foto de rigor, para afianzamiento en el cargo de quienes participaban en dichas ceremonias aquelarre, quien sabe si para colgarle el mochuelo al futuro que nunca llega, o a los sucesores; cuando menos, de pena.
     Desde luego, si político es el que piensa en la próxima elección y estadista el que tiene en cuenta a la próxima generación, aquí, por desgracia, no ha habido ni lo último, ni lo otro. Más bien unos cuantos aficionadillos de tres al cuarto, faltos de idea y compromiso, presumiendo infantilmente que el Parador se hacía por ellos, gracias a ellos, versus su partido, aprovechando las más de las veces la coyuntura, palestra mediática u ocasión para la descalificación de “los otros”. Eso sí, repitiendo todos miméticamente los mismos comportamientos, ornados con vacua palabrería y sobrados de desprecio a la ciudadanía. Nihil novum sub sole.
     Cuando quieras que una cosa no se sepa, ni siquiera la pienses, dice algún refrán de la ancestral sabiduría popular. Aquí casi estamos llegando a la conclusión de que la mayoría de ellos pensaban que no se iba a hacer, que no se iba a construir el Parador, ya que en su momento (en sus momentos) no hicieron nada digno de reseña en pro de tal fin; y menos antes. ¿Para qué entonces siete años mareando la perdiz? Pues mayormente para mantenerse en el cargo, colocando la zanahoria en un palo cada vez más largo que, por demás, a la postre era un espejismo, aprovechándose de que en la era virtual los dislates-mentira bien manejados y publicitados cuelan mejor; sea también porque sus gobernados o representados, como quien tiene hambre, soñaban día sí día también con pasteles inexistentes (y los sueños, sueños son).
     Hace medio año largo participé en un programa de Popular TV en Guadalajara; nos acompañaba el entonces alcalde de Molina, del partido socialista. Ante ligerezas e incoherencias varias, impropias de una persona que representaba a los ciudadanos de la capital del Señorío, me vi obligado a preguntarle si de haber sido su partido el ganador de las últimas elecciones, las obras se habrían iniciado ya. Su respuesta, más que afirmativa, fue contundente, cuando en todo su mandato no se había hecho absolutamente nada, bien que, cual voz de su amo, hubiese estado repitiendo la cantinela que le marcaban, imagino que desde Guadalajara. Doblemente irresponsable, pues seguro tendría in mente los seis-siete años de trayectoria de su partido al respecto.
     Tal para cual los populares, quienes desde el presidente de la SEPI, Aguirre -compromisos con “su” Guadalajara, una y otra vez publicitados, bien que todos incumplidos y lastrados por un definitivo y más que sospechoso silencio-, a cualquier otro cargo relevante regional o provincial, aparecieron de la noche a la mañana como salvadores, paladines del compromiso y de la resolución de entuertos, tachando de rebote de falta de palabra a sus predecesores, “los otros”; la cantinela de siempre, que a los políticos de Guadalajara les ocupa y divierte muy mucho, sea también con lo del trasvase y sus vicisitudes cíclicas, sea con el almacén temporal centralizado de residuos nucleares, cuya decisión final en Villar de Cañas (Cuenca) no se sabe si a la postre celebran o lamentan.
     Un ejemplo señero. Cuando la entrega de los premios “Emprendedores Molineses” en 2012, la representante de la Junta, la presidenta de la Diputación, Ana Guarinos, así como el senador del mismo partido, De las Heras, un poco obligados por la situación al tiempo que provocados por quien presentaba el acto, tal que yo -no hay que hablar de uno pero, como dijera Don Miguel de Unamuno, es lo que se tiene más a mano, mil perdones- elevaron el compromiso ad infinitum (que con el PP, que en este año empezarían las obras, la intemerata), alguno con puyas sobrantes, olvidando una elemental cortesía con sus predecesores en la política provincial. Arrieritos somos.
     Por ahora, vienen validando el refrán de que es más fácil coger a un mentiroso que a un cojo. Hete aquí los resultados: primero una rebaja de 80 a 60 habitaciones, después incumplimiento de las fechas de comenzar antes de finales de año, y por fin desconocemos qué cambios aguardan, tramados con nocturnidad (sin descartar la alevosía), que vaya Vd. a ver si, a la postre -dicen las malas lenguas-, el proyecto quedará abocado en bucólica casa rural o chalets pareados para Heidi and family, a mitad de camino entre Molina y los Alpes Dolomitas. Por demás, para cuando las ranas crien pelos. Para este viaje no necesitábamos semejantes alforjas.
     Todavía estamos a tiempo de un Parador comme il faut, que dicen los franceses: oséase con la dignidad que requiere una obra de este cariz, capaz de captar un público nacional y extranjero de determinadas características y poder adquisitivo, con unos salones que puedan atraer celebraciones, congresos y convenciones, con su spa y piscina climatizada que impidan que los alojados deambulen obligadamente como almas en pena por Molina en los crudos días de invierno. Aprenda, Sra. Cospedal, del presidente de la Junta de Galicia, Núñez Feijóo, y su apoyo al Parador de Muxía, y mantenga sus compromisos. El Parador es cuestión de vida o muerte para el Señorío, palanca de su desarrollo presente y futuro, siempre que tras él se cimente una política de Estado de vertebración del territorio, de apuesta por las zonas deprimidas, de completar la obra del Parque Natural del Alto Tajo. Es un compromiso de Estado, por encima de las complicadas y volubles coyunturas que estos años de crisis deparan. Y hasta inversión para salir de ella.
     Cuando la promesa de levantar un Parador, comenté con el entonces presidente de la Asociación de la Prensa de Guadalajara, Carlos Sanz Establés: “Espero que esté terminado para el 2010”; con voluntad, sobraba tiempo. “Ojalá esté empezado”, fue su pronta contestación, trufada con un toque irónico, aunque a la postre haya que reconocer su realismo. Vamos rematadamente mal. Aquí el mejor profeta es el que calcula a la baja…y encima peca de optimismo.
     De seguir por estos cauces, al final nos dirán que, si tanto lo queremos, lo paguemos a escote. Quizá se lo propongan, para que se callen, a La Otra Guadalajara, los únicos que vienen manteniendo el fuego sagrado de la dignidad, que han creido en la palabra dada, que apuestan por su tierra. Ellos (nuestros políticos) ya han cobrado por adelantado, por extrañas (¿inexistentes?) gestiones que no han llevado a ninguna parte. Se atribuye a Kissinger lo de “mi experiencia es que ningún político aprende mientras está ejerciendo el poder”. Aquí Zapatero & Rajoy, Partido Socialista Obrero Español & Partido Popular, Barreda & Alique, Guarinos & Cospedal, tal para cual.
     Eso sí, recurrirán a la consabida crisis para explicárnoslo (les viene como anillo al dedo); de no existir, presumo que se la inventarían. Y el caso es que, ingenuos de nuevo, molineses todos, confiados en los representantes y gobernantes, algunos todavía se perderán una vez más en la “profundidad y la agudeza” de la explicación; un servidor, por ejemplo. Tenemos los políticos que nos merecemos. Tal para cual. No sé si me he liado un poco."

1 comentario:

  1. Hola Jerónimo. Vivo en Madrid. Te conozco de aquellos tiempos. ¡qué paradojas tiene la vida! Vosotros luchando por recuperar población y nosotros locos porque que nos quiten la mitad de la que tenemos. Un abrazo

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