martes, 7 de enero de 2014

No es que te lo diga yo, Nicolás. Lo admiten ellos mismos


Con ésta, Nicolás, doy por concluido mi intento de demostrarte que la comarca está así por culpa de la desatención histórica de los políticos y no por causas naturales y que, por lo tanto, son los políticos los que tiene el deber inexcusable de dotar a esta tierra de lo que le han ido escamoteado. Me alegro que compartas las dos misivas anteriores.
Para explicarte que esa desatención política ha continuado hasta nuestros días, nada me viene mejor, que exponerte de forma sucinta lo que han dejado por escrito y en forma de leyes quienes gobernaban la Nación y la CA de Castilla-La Mancha en 2007, cuando ya llevábamos 29 años de democracia. En síntesis dijeron lo siguiente:
Que en España no se ha tenido una política para el mundo rural, que hay muchas áreas rurales deprimidas y despobladas y que esto se debe a causas políticas y sociales que son evitables, que en los países avanzados de Europa, por el contrario, sí se están llevando esas políticas en el mundo rural, que hay que dar toda la prioridad a las áreas rurales más  deprimidas para revitalizarlas, aplicando, incluso, la discriminación positiva, que esa política hay que elaborarla y ejecutarla desde el ámbito de cada comarca o zona rural concreta con la participación de los agentes sociales en cada ámbito, que los planes deben conformarse con un conjunto de medidas transversales que abarquen toda la problemática de cada una de esas zonas, o sea, con Planes Integrales y que para plasmar esa política, la JCCM ha dividido el mundo rural de la Región en 29 comarcas  o zonas y da total prioridad a las más deprimidas.
Todo esto, Nicolás, lo tienes recogido en la  Ley 45/2007 para el Desarrollo Sostenible del Medio Rural  y en el Plan estratégico de Desarrollo Sostenible del Medio Rural de Castilla La Mancha  y si no quieres leerte todo el contenido de sendos textos legales en  vigor, te recomiendo encarecidamente, Nico, que al menos te leas la exposición de motivos de ambos  y verás cómo, en esencia, todo lo que te pongo en el párrafo anterior está recogido en los mismos, con lo cual te darás cuenta por ti mismo -y no porque te lo diga yo-  que  el Plan Integral que propuso la Otra Guadalajara a finales de 2005 y los porqués en los que se basaba, no fue una simple ocurrencia de gente voluntariosa ante la situación desesperada que atraviesa la Comarca de Molina, si no que fue desde la A hasta la Z, lo que dos años después reconocen y hacen ley el Gobierno de la Nación y la JCCM.
Es decir, aunque haya sido 29 años después, lo cierto es que los propios gobernantes acabaron reconociendo -escrito está- que no estaban cumpliendo con sus obligaciones respecto a las áreas más deprimidas del mundo rural y que, por eso sacaban esas leyes rurales. Sin embargo, la esperanza que suscitaron las mismas al principio, se han ido convirtiendo en pura decepción, al pasarse nada menos que seis años desde de la entrada en vigor de dichos textos legales, sin que todavía se hayan empezado a poner en marcha, que es la prueba más inequívoca de que las leyes las han hecho para quedar bien, pero que carecen por completo, unos y otros, de voluntad política para ponerlas en práctica.  Y es que, amigo Sancho, con  los intereses electorales hemos topado. A los políticos, a los unos y a los otros, sólo y exclusivamente les importan los votos y cómo en estas áreas tan despobladas no hay caladeros importantes donde pescarlos, pues sansejodió, nunca es el  momento de activar esas leyes y siempre lo es, para desviar el dinero que han de gastar en las áreas deprimidas hacia otros ámbitos más poblados que, aunque estén menos necesitados, son más rentables electoralmente.
Si los que han estado gobernado hasta hace poco la región no han hecho una política rural desde el inicio de la democracia para revitalizar estas comarcas tan deprimidas, y los que han estado en la oposición tampoco la han exigido, no es porque no estuviera expreso el mandato en la Constitución y en posteriores leyes, ni tampoco, porque no existiera dinero para ello, pues la JCCM recibe cada año en presupuesto aparte, un puñado de millones de euros del Fondo de Solidaridad Interterritorial (unos ochenta de media por año) para atajar desequilibrios, aunque en esta Comarca no hayamos visto nunca un euro de ese fondo. Habría bastado con que a ese dinero se le hubiera dado desde la JCCM, como el deber requería,  un destino finalista y bien concretado por comarcas o zonas más desfavorecidas,  para que ahora no tuviéramos que estar luchando a la desesperada por la pervivencia de la Comarca.
En fin, Nicolás, espero que después de las tres cartas seguidas que te he mandado, no te queden dudas de que la Comarca de Molina está agonizando por culpa de la política y que es a los políticos a quienes hay que exigirles las soluciones, que consisten en poner marcha las leyes referidas de 2007 y los planes integrales que en ellas se propugnan para las zonas o comarcas rurales más desfavorecidas, verbigracia la Comarca de Molina.

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