martes, 28 de mayo de 2019

Pablo Iglesias S. General de Podemos: El verbo dimitir también existe

Como quiera, Nicolás, que Pablo Iglesias fue el único dirigente político que no compareció tras conocerse los resultados de las elecciones, empecé a albergan la esperanza de que estaba evacuando consultas con su entorno más próximo para presentar su dimisión.


Cuando al día siguiente anuncian rueda de prensa de Pablo Iglesias a las 12,30, me dije: Ya está. ¡Por fin dimite!.

Sesenta y ochos Diputados Autonómicos perdidos (70%) y cerca de un millón de votos menos en las municipales en relación a las generales, en cuya caída libre se ha llevado por delante  en la bajada, todo lo que ha estado o aún estaba relacionado con Podemos (las mareas principalmente), no me podía llevar a otra conclusión que el S. General de Podemos, Pablo Iglesias, presentaría su dimisión irrevocable.

Sin embargo, Nicolás, -¡qué desengaño!- Iglesias se coloca sobre el atril y nada, de nada, de nada; “que sí, que han sido unos malos resultados, que hay que hacer autocrítica” (coletilla enarbolada, por cierto, siempre en reveses anteriores para salir del paso, pero aún está por la primera vez que la hayan hecho) donde acepta su responsabilidad como Secretario General, pero eso sí, los errores siempre los han cometido los demás y nunca él, cuando la mayoría son errores suyos en exclusiva. Tal es su soberbia para asumir sus culpas propias, que en la misma rueda de prensa se sigue considerando pieza esencial para recuperar un Podemos a la deriva.

Los errores más graves arrancan meses antes de Vista Alegre II -los principales cometidos por el propio Iglesias- y culminan, por ahora, en la última rueda de prensa, donde desde mi punto de vista ya no puede haber un Vista Alegre III, ni siquiera de refundación, porque este Podemos  es antagónico con el espíritu 15-M, y cuando las contradicciones son antagónicas, ya no las pueden resolver los mismos que las han creado.

Pero como  mis convicciones de lo que ocurre en Podemos, son tan crudas y descorazonadas, Nicolás, es mi deber  argumentarlo en próximas cartas con razones, datos y hechos desde el principio hasta el final. Soy consciente que los iglesistas están radicalizados alrededor de su jefe, lo cual es un problema añadido para que Iglesias se ponga  a reflexionar y se dé cuenta que no le queda otra, que dimitir

A estas alturas de mi vida y con todas las experiencias extraídas durante 52 años seguidos de activista político, sindical, municipal y de la sociedad civil correlativamente, no me voy a callar ni apartar ni un milímetro de  lo que creo y pienso, de lo que a mis ojos y a mi entender, considero objetivo y se corresponde con la verdad.

  Por cierto, hoy, precisamente hoy, viene muy a cuento,  reproducir literalmente un párrafo de la carta que te envié el  26 de abril, dos días antes de celebrarse las elecciones generales, titulada: Me preguntas, Nicolás: ¿A quién votarás en estas alecciones? Decía:

“El segundo motivo es, que digan lo que digan en campaña los naranjitos, si gana el PSOE y con los votos de Cs dieran para una mayoría absoluta, tengo cero dudas, que entre el sector carca (en ideas y edad) que tiene el PSOE en su seno, más el Ibex-35, más la banca, más todas las altas finanzas en general, forzarían a Pedro Sánchez a pactar con los naranjas. Y ya nos podemos imaginar el programa económico que saldría de ese pacto y lo míseras que quedarían las medidas sociales”.

Bueno, el apoyo a la envestidura y/o legislatura a nivel general, está por ver, pero en los ámbito de las CCAA y de grandes municipios, el PSOE ya pide pactar con Cs y los de Rivera, por su parte ya han eliminado el cordón sanitario con los socialistas y se muestran proclives a las negociaciones con el PSOE.

Ya digo, Nicolás, las siguientes serán sobre razones, datos y hechos que respalden mi crítica política de hoy. No obstante te dejo un par de interrogantes para la reflexión que quizás te puedan ayudar a comprender mejor las cartas venideras.

¿Tú crees, Nicolás, que se puede crear y asentar un partido en todos los ámbitos y sectores de la sociedad con el mando a distancia desde el gueto de la docencia universitaria?

¿Y tú crees que se puede caer en una aberración mayor que nombrar Secretario de Organización, a un dirigente en silla de ruedas, dicho con el máximo respeto a  su persona y a su valía política,  cuando es un cargo, cuyas tareas exigen obligatoriamente, patearse todos los puntos del país y hacerse al menos doscientos mil km por año?


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