Te lo explico, amigo mío:
Voy a ir porque quiero.
Así de rotundo. Voy a ir porque deseo ejercer un derecho garantizado por la constitución a toda la ciudadanía. La carta
magna no hace distinciones entre unos derechos democráticos y otros; todos son
igual de inalienables. Te digo esto, porque en el pasado las manifestaciones
era lo más prohibido y en el subconsciente colectivo aún anidan ciertas
reminiscencias; algo así, como si no fuera igual de normal e igual de legal
celebrar una manifestación, que celebrar, por ejemplo, un pleno municipal.
Voy a ir, porque deseo poner mi grano de arena en demandar y
exigir todas las reivindicaciones que contiene la convocatoria y, de un modo
más concreto, las que afectan drásticamente a nuestra tierra, porque después de
lo desmantelada que nos la han dejado los gobernantes, ya no sería posible la supervivencia
de la Comarca si, además, nos imponen el
fracking, nos mutilan el Parador, los bosques continúan abandonados a su suerte
y ardiendo, nos siguen derivando a 450 kms para tratarnos de cáncer y se
cierran las escuelas. Sobre semejante exterminio ya no habría Plan Integral
posible capaz de invertir la tendencia y levantar cabeza.
Voy a ir también, por respeto a nuestros padres, abuelos y a
todos nuestros antepasados, para que sus
anhelos, sus sueños, sus esfuerzos, su legado y en definitiva la historia que
ellos construyeron, tenga continuidad y
no quede sepultada para siempre bajo los escombros de los vertederos.
Voy a ir, porque tengo plena conciencia, que si la Comarca se
hunde definitivamente, la responsabilidad no será de nuestros ancestros que nos
la dejaron viva, ni tampoco será de los que vengan detrás, porque para entonces
ya nada será posible si no actuamos ahora; será exclusivamente de quienes estamos
aquí cuando el hundimiento está aconteciendo.. Y si la Comarca desaparece sin
haber hecho lo indecible por evitarlo, será a nosotros a quienes la historia nos
juzgará por nuestra abulia
Voy a la manifestación también, porque antes de la convocatoria hubo mucho diálogo y mucho esfuerzo
entre las plataformas ciudadanas y entre éstas y las fuerzas sindicales para
buscar nexos de solidaridad y unidad, que cristalizó felizmente en la
convocatoria unitaria conseguida; algo que no era fácil porque no había
precedentes y porque se trata de una provincia que tiene dos realidades con
problemáticas muy distintas, la parte que ha venido creciendo y desarrollándose
al amparo de la expansión de Madrid y la que viene languideciendo y
despoblándose dramáticamente. Un logro tan laborioso merece cuidarse, porque supone
una herramienta necesaria para esta y otras ocasiones, cuyo apoyo de muchos
ayuntamientos y de casi todas las fuerzas políticas a la convocatoria, es otra
evidencia más de que se ha elegido un formato acertado que suscita el consenso.
Voy a la manifestación, porque a los acontecimientos relevantes
que me importan y que sólo ocurren excepcionalmente, nunca los someto al rigor de
mi agenda, como hago con los cotidianos; simplemente les doy prioridad absoluta y punto.
Y voy a la manifestación, Nicolás, en definitiva, porque
encuentro muchas y grandes razones para asistir y ni una sola para quedarme en
casa.