lunes, 26 de agosto de 2013

LOS MORADORES DE LA RESIDENCIA LAS SABINAS SON PERSONAS Y NO MERCANCÍAS


 
Continúan con el acoso y derribo social a nuestra querida tierra, Nicolás. O ya me dirás si no, como podemos interpretar que siendo tan urgente el rescate de la Comarca a través del Plan Integral, la JCCM siga haciendo caso omiso del mismo  y, por el contrario, tenga cuatro frentes abiertos para arrebatarnos lo que ya teníamos conseguido o encarrilado.
Para que te puedas hacer una idea del negro panorama, Nicolás, te agrego a lo que ya te he venido contando y a lo último que te dije sobre la mutilación del proyecto del Parador, las nuevas fechorías   que la JCCM se trae ahora entre manos. A saber:
Nos quieren cerrar los centros de conservación de las carreteras de Molina y Villanueva de Alcorón que, dada la gran lejanía de esta zona con cualquiera de los centros que permanezcan abiertos, supondría  dejar  las carreteras de la Comarca desatendidas, con el agravante de que el invierno dura medio año por estos pagos.  A nuestros bosques, que siguen siendo  auténticos polvorines por carecer de un plan de montes de tareas silvícolas de clareo, poda y limpieza, los desatienden por completo en esta época de grave peligro de incendios,  desmantelando  los retenes y puntos de vigilancia que antes había y que son determinantes para apagar los fuegos en sus inicios.
Y para colmo, la Residencia de Las Sabinas (alberga a las personas mayores de la tierra que no pueden valerse por sí mismas), no solo la privatizan, sino que hacen una drástica reducción de horas laborales en  la plantilla, que hace absolutamente inviable la atención suficiente  y digna que precisan y merecen nuestros mayores imposibilitados, a los que no se pueden tratar como mercancía, sino como lo que son: Seres humanos, que necesitan más atenciones, respeto y cariño, si cabe, que el que precisamos cualquiera de nosotros.  De lo que está pasando con la Residencia Las Sabinas es de lo que quiero ponerte hoy al corriente.


La Residencia, Nicolás, incluida su área ajardinada, está montada sobre suelo municipal concedido  gratuitamente por  el Ayuntamiento de Molina y la construcción del edificio y la instalaciones  se hicieron con dinero público aportado por la JCCM. La prestación y gestión de los servicios hasta ahora, era mixta: La JCCM aportaba la parte de personal dedicado a menesteres de tipo sanitario, mientras que la acción privada se encargaba de las tareas no sanitarias de limpieza, cocina, etc. Y el control recaía, como no puede ser de otra manera, en la JCCM.
La variación ahora consiste, en que la JCCM sigue poniendo las perras, pero la gestión es privada al cien por cien, incluido el personal sanitario, y se le adjudica a una empresa por concurso público. Ha de entenderse, que a pesar de la gestión privada, la JCCM queda comprometida a garantizar la buena marcha de los servicios, tanto porque sigue poniendo el dinero (dos millones y medio de euros al año) como por lo delicado, sensible y humano de la actividad: nada más y nada menos, que la atención permanente a personas mayores que no pueden valerse por sí mismas.
Permitir que manos privadas hagan negocio redondo en  una tarea tan sensible y delicada, en la que deben prevalecer las garantías de atención  a estas personas, sobre cualquier criterio de ganancia, es ya, en sí mismo, una intolerable tropelía de la JCCM.  Pero mucho más lo es aún en este caso, que se hace a costa  de un suelo cedido de forma altruista y gratuita al suponerse que era para una noble y digna misión y no para fines usureros. Y a costa, asimismo, de un edificio y unas instalaciones realizados enteramente con el dinero público de todos. Y aún es mayor la bicoca de la empresa adjudicataria, si encima se sirve de una plantilla de trabajadores experimentada. Si como se suele decir, donde no hay ganancias todo son pérdidas, mirándolo al revés también se puede aseverar en esta ocasión: que donde no hay pérdidas, todo son ganancias.
Pero el colmo de la desvergüenza de esta adjudicación privada reside, sobre todo, en que la JCCM garantice a la empresa una ganancias usureras y desmedidas a través del pliego de condiciones,  donde reduce drásticamente las  jornadas del personal  -y en mayor proporción las del personal sanitario-, que según los cálculos, incluidos los oficiosos, es el equivalente  a veinte trabajadores menos; o sea, a la pérdida de casi un tercio de la plantilla, de cuyo ahorro no se beneficia siquiera la JCCM, que tiene que soltar religiosamente  los dos millones y medios de euros, sino que se lo lleva directamente al bolsillo la empresa privada adjudicataria.
Las dos consecuencias inmediatas de este robo o corrupción legal -las cosas por su nombre, Nico- es que los trabajadores no van a poder vivir de ninguna manera con los raquíticos sueldos que muchos de ellos van a percibir tras las reducciones de jornada, y algo más dramático todavía: que habrá -que hay ya- continuas desatenciones  a los residentes impedidos,  por  falta de personal que los pueda atender, algo que no podemos tolerar de ninguna manera, aunque tenga que arder Troya. Es tan brutal, tan indigno y tan inhumano lo que se ha empezado a hacer con nuestros mayores impedidos para garantizarle a la empresa ganar dinero a espuertas,  que tengo que hacer un esfuerzo muy grande,  Nico,  para no calificarlo de hecho criminal o potencialmente criminal, ya que esas desatenciones por falta de medios humanos pueden adelantar el proceso de muertes o causarlas directamente. Pero en fin, renuncio a este calificativo,  por si las moscas.
Y por si quedaban dudas de adonde conduce este atropello de la  JCCM, en cuanto a desatenciones básicas a nuestros mayores residentes, tengo que decirte, que desde que la nueva empresa privada se ha hecho cargo, varios servicios necesarios y básicos, sobre todo de tipo sanitario, se han dejado de prestar y otros se les encomiendan  a personas que no están facultadas para tal función. Una parte de esas desasistencias,  se deben a la imposibilidad de atenderlas  tras la drástica reducción de  horas y jornadas contempladas en el pliego de condiciones y otra parte,  a que ni siquiera se han puesto aún en marcha los exiguos  servicios sanitarios contenidos en dicho pliego, todo lo cual están denunciando con peros y señales los familiares de los residentes.
Aún hay más,  Nicolás: Dos miembros de La Otra Guadalajara a título particular, recurrimos los pliegos de condiciones sin que todavía hayamos recibido respuesta, lo que nos lleva a pensar que quieren resolver la negativa al recurso de alzada por la vía del silencio administrativo, según el cual y como supongo que sabrás, si a los tres meses de realizado no se ha recibido respuesta se entiende que ha sido desestimada la reclamación.
 En el citado recurso, se demanda  que se resuelva la flagrante contradicción existente dentro del propio pliego de condiciones, donde se dice, por una lado, que se deben garantizar todos los servicios y atenciones que precisen nuestros mayores y por otro, se impide cumplir con ese deber  por  la reducción drástica de jornadas y horas que contiene el citado pliego. Se solicita, además, que quede sin efecto el correspondiente pliego de condiciones y la adjudicación, por la evidente ilegalidad que supone,  basar parcialmente el pliego de condiciones en  la reforma de una orden sobre atenciones mínimas en las residencias,  que todavía no estaba en vigor el día que salió el  citado pliego (12 de junio), ya que esa orden entró en vigor al día siguiente (13 de junio). Se tiene pensado  acudir al contencioso administrativo si no responden favorablemente al recurso de alzada como parece, porque lo que no podemos aceptar, bajo ningún concepto,  es quedarnos en el primer paso, estando la ley y la razón de nuestro lado y siendo tan grave todo lo que está pasando.
Termino diciéndote, que los familiares de los afectados se están movilizando y reclamando que se reparen inmediatamente estas desatenciones que sufren sus seres queridos. Esperemos que se les haga caso y que las soluciones sean satisfactorias. Pero si no lo fueran,  es evidente que la ciudadanía de la Comarca tendremos que movilizarnos hasta conseguir que las cosas queden como estaban antes; hasta que en la Residencia de  Las Sabinas se puedan atender a nuestros mayores impedidos con la suficiencia, el decoro y la dignidad que se les debe dispensar a unos seres humanos, que hoy son los que son y mañana podemos ser nosotros mismos, porque es un problema que nos afecta a todos los que vivimos en esta Comarca
 
 

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