lunes, 9 de mayo de 2016

PODEMOS: ¿DOS TENDENCIAS O DOS NECESIDADES?




Un compañero de Podemos de los muchos que creen que dentro del partido hay dos tendencias distintas, una más dirigista y menos democrática y  otra más pro-círculos y más participativa desde la base, me preguntó con cuál de ellas estaba yo.

Le respondí, Nicolás, que con las dos, porque los hechos demuestran que no existen dos tendencias, sino DOS NECESIDADES, que son dos cosas completamente distintas, aunque muchos podemitas, incluidos varios dirigentes,  piensen que sí las hay.

Le dije que soy y me siento pro-círculos; partidario de que estos se creen y consoliden en todas partes -barrios, pueblos, empresas, etc.,  que estén dotados de autonomía,  que lleven una actividad propia con la sociedad civil en el ámbito de cada círculo, que se mojen en las principales problemáticas ciudadanas y trabajen dentro las asociaciones y movimientos que se dediquen a ello. Que dichos círculos tengan, por otra parte, capacidad real para proponer, controlar y decidir sobre los principales asuntos de la política de Podemos en los diversos ámbitos, incluido el estatal. En definitiva: que soy firme partidario de un partido con aires completamente nuevos que surja y se sustente en  la gente, porque creo que otra política infinitamente más participativa y democrática es posible y, sobre todo, imprescindible. Esta postura, le expliqué, no es una tendencia de unos u otros, sino una NECESIDAD permanente de todos los que nos preciamos de trabajar desde Podemos.

Al susodicho amigo le dije también, Nicolás, que apoyaba igualmente la otra NECESIDAD, que no tendencia, cuál era la de dar el do de pecho en las inmediatas contiendas electorales que teníamos encima. Y digo NECESIDAD y no tendencia, porque NECESIDAD es cumplir con el compromiso que  supone ir a por todas y salir a ganar,  tal y como nos comprometimos unánime y públicamente ante la ciudadanía. Distinto hubiera sido -era otra opción- que hubiéramos aprobado que para nosotros lo principal era seguir consolidando los círculos, dado que los comicios se nos habían echado encima cuando nos hallábamos en una situación muy precaria y, por lo tanto, que sólo atenderíamos las elecciones en la medida que buenamente pudiéramos, pero sin desviar a esa tarea ningún  esfuerzo que mermara nuestro principal objetivo: impulsar los círculos. Pero no fue eso lo que decidimos, sino  todo lo contrario: ir a por todas en las elecciones.

Yo, también asumí este desafío y me siento igual de responsable que los demás, pero eso sí, fui plenamente consciente desde el primer momento, que eso conllevaba inevitablemente postergar el impulso de los círculos hasta que  terminaran  los comicios electorales que teníamos encima, y no porque me considere más listo  que otros/as, sino porque tengo acumulada experiencia más que suficiente de que cualquier contienda electoral conlleva una gran cantidad de tareas diarias agotadoras, que nos absorberían todo el tiempo y otro tanto que tuviéramos. Y aquí viene mi convencimiento de que se le han estado llamando tendencias a lo que no era, sino dos grandes NECEIDADES, una de las cuales, el impulso de los círculos, nos veríamos obligados a posponerla, sí o sí,  porque la otra, la electoral, nos absorbería todos los minutos de nuestro tiempo, dados los múltiples esfuerzos, la destreza y la rapidez con las que hay que decidir y llevar a la práctica todas las acciones en situaciones así.

Posponer, no significa renunciar, sino sólo aplazar; en este caso, hasta el 26 de junio que acaben las contiendas, que será cuando nuevamente hay que retomar la creación y consolidación de los círculos como la tarea más importante y permanente, que debe traer aparejada la dotación de unas formas consolidadas mucho más participativas y democráticas, que nos permitan tener unos círculos  preparados tanto para las tareas del día a día, como para cuando vengan  nuevos comicios  y no como en esta ocasión, donde todo era demasiado precario y nos ha obligado a actuar, no como queríamos, sino como hemos podido.

Te aporto a continuación, Nicolás, algunos hechos y razonamientos que  te ayudarán a entender mejor lo dicho hasta aquí:

1) Después de las europeas, todos, sin excepción, nos pusimos  a crear círculos y así continuamos hasta la Convención de Vista Alegre. Así, pues, no puede ser más evidente, que partidarios de los círculos y de crear un partido nuevo desde la gente y con la gente  somos todos y que no hay dos tendencias en este punto tan transcedental.

2) En el citado evento, todos nos manifestamos con entusiasmo a favor de presentarnos a las próximas contiendas electorales y salir a ganarlas, a sabiendas que el partido era novato y con un grado de organización muy precaria. Fue una decisión más voluntarista, que objetiva, pero el hecho cierto es, que ante la indignación ciudadana, ante la fuerte demanda social de cambio y ante el rechazo al bipartidismo y sus políticas, decidimos con todas las consecuencias poner manos a la obra a pesar de que en experiencia, organización y economía, estábamos en pañales en comparación con los demás partidos que se hallaban mucho más preparados para abordar las sucesivas contiendas.

3)  Podemos era todavía un partido muy joven en el doble sentido del término: Joven, por estar todavía en proceso de construcción, con una gran proliferación de círculos en precario, que ni siquiera nos conocíamos ni estábamos conectados entre sí. Solo el grupo promotor se conocían lo suficiente entre ellos. Jóvenes, asimismo, en cuanto a edad, con muchas ganas de comerse el mundo pero con un desconocimiento muy grande de las colosales tareas que nos exigirían tantos comicios seguidos. Esta sana postura por falta de experiencia,  ha llevado a muchos a pensar que la cosa daba para correr y atarse los zapatos al mismo tiempo, o como decimos por aquí: para repicar y estar en la procesión, es decir, para llevar a buen puerto las contiendas electorales y a la vez avanzar en la creación y consolidación de círculos. Y NO, NO, NO Y MIL VECES, NO. Las  cosas no daban para tanto. Si ya de por sí eran excesivas las tareas de abordar tantos comicios en tan poco tiempo con las limitaciones reseñadas que tenía el partido, ¿de dónde puñetas íbamos a sacar el tiempo, para atender a la vez el impulso de los círculos, con el trabajo añadido que ello requería?

4) Fruto de esa inexperiencia y de no conocernos entre nosotros, dio lugar a que ya en Vista Alegre y posteriormente, se eligieran los Consejos de Podemos y los candidatos para las distintas elecciones de una manera mucho menos democrática de la que deseábamos y  propugnábamos. Pero para tener claro si cabía hacerlo con más democracia en aquellos momentos, lo mejor es ponerse en el lugar del otro, en el lugar del núcleo impulsor de la creación del partido. Yo sí traté de ponerme en su lugar, amigo Nicolás, y he de decirte, que habría hecho lo mismo que ellos, proponer candidaturas plancha con los núcleos de gente que se conocían entre sí, porque las demás personas que formamos los círculos, ni nos conocíamos entre nosotros ni nos conocían  en el grupo promotor. Sólo dicho núcleo tenía la suficiente  relación y conocimiento entre ellos para ir un poco sobre seguro  al hacer las candidaturas. Sin embargo, era una auténtica temeridad elegir candidatos desde el desconocimiento, máxime sabiendo la cantidad de carroñeros políticos y mediáticos que están al acecho para aprovechar cualquier error y demonizarnos.

5) De las dos NECESIDADES a las que nos comprometimos -las elecciones y los círculos- la que tenía que pagar el pato sino podíamos impulsar ambas a la par, era la de los círculos por dos razones básicas. La primera, porque las elecciones estaban encima y era una tarea mucho más apremiante que la de impulsar debidamente los círculos para lo que teníamos todo el tiempo del mundo una vez concluidos los comicios. La segunda y principal, porque si no era posible abordar ambas cosas al mismo tiempo, no había otra opción que poner todos los esfuerzos en las elecciones, pues mientras crear y consolidar círculos era, por decirlo así, un deber interno, las elecciones suponían un compromiso público ante toda la sociedad anhelante del cambio y a ésta no se le podía fallar y menos después de habernos comprometido pública y solemnemente con ella de que íbamos a ir a por todas.

En fin, Nicolás, creo haberte demostrado en esta misiva que en Podemos no  ha habido dos tendencias, sino dos NECESIDADES que son do cosas completamente distintas, por eso he apoyado ambas necesidades con la misma ilusión; por eso y sin el menor ánimo de dar lecciones, reconozco que era inevitable abordar las sucesivas contiendas con muchas limitaciones democráticas, pero que había que hacerlo desde el mismo momento que nos comprometimos públicamente a salir a por todas y a ganar. A mi juicio, hay todavía muchos podemistas, dirigentes también, tan llenos de buena fe como faltos de experiencia, que esto todavía no lo han entendido; lo cual, no tendrá mayores consecuencias, si todos entendemos que  tenemos que centrar nuestros esfuerzos a partir del 27 de junio en los círculos, que será una tarea muy dura y mucho más propensa a que surjan realmente tendencias.

Desde el día 27 nos toca a todas y todos centrar de forma permanente nuestros principales esfuerzos en la tarea aplazada de seguir impulsando los círculos tanto para ser más eficientes en el día a día del ámbito de cada círculo, como para que cuando nos lleguen en el futuro nuevas contiendas electorales los círculos tengan mucho que decir, los candidatos sean más conocidos por todos y podamos proponer y elegir a los mejores con mucho más conocimiento de causa y mucha más  participación democrática que antes.

No creas, Nicolás, que va a ser una tarea fácil consolidar la política de círculos. Piensa que los medios que se emplean para conseguir cualquier objetivo terminan condicionando los fines y,  muy a menudo, acaban siendo la misma cosa.

En el caso de Podemos las circunstancias nos han forzado a hacer demasiada política desde arriba, demasiado centralizada y dirigista y con demasiadas restricciones democráticas y, sin embargo, ahora a partir del 27, nos vemos todos obligados a cambiar el chic por completo,  a dedicar mucho tiempo y esfuerzos a la consolidación de los círculos, para que éstos jueguen el papel, que pretendemos. Y claro, ahora falta saber cómo van a reaccionar todas esas personas instaladas en organismos del partido y de las instituciones, dados los conservadurismos, hábitos y apegos que suelen generar los puestos y la situación de  ventaja y preponderancia en que se sitúan los cargos en relación a la gente de base. No  es, pues, descabellado suponer, que en algunos o muchos de ellos surjan tentaciones y tendencias acomodaticias, máxime cuando en esta ocasión no hemos podido elegir a los mejores de Podemos, sino sólo a los mejores dentro de los que conocía el grupo dirigente, que no es lo mismo.

De momento contamos con dos ventajas: Una, que la política parlamentaria, las campañas electorales, etc. van a tener al frente a la cabeza política mejor amueblada de España, la de Errejón, y la otra que, afortunadamente, el Secretario de Organización va a ser una persona tan nítidamente pro círculos como es Echenique. La tarea tiene que ser de todos, pero contar en estos cargos clave con dos personas así, no deja de ser a priori dos buenas razones para la esperanza




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