lunes, 4 de enero de 2021

¿El año 2021 mejor que el 2020?. ¿No sería más seguro decir: El año 2022 mejor que los dos anteriores?

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La imagen puede contener: texto que dice "Que las cagadas del 2020 se vuelvan abono en 2021 Maestro, ¿Algún consejo de fin de año?"

Hola, Nicolás. El 30 de junio de 2021 será la fecha límite, a mi  juicio, para poder saber con certeza si nuestro país puede empezar a repuntar algo en el segundo semestre o, por el contrario, si se hunde aún más. Si para entonces el Covid19 ha sido extirpado definitivamente, habrá turismo exterior de temporada y se iniciará la mejora. Pero si no se ha eliminado el virus a esa fecha, los otros seis meses del 2021, supondrá otro gran paso hacia atrás en todo.

A primera vista, Nicolás, te parecerá una opinión muy tajante y  carente de esperanza. Y sí, tajante, sí que es. Pero desesperanzadora, no tendría por qué. Dependerá de la política sanitaria que se aplique de aquí a junio.

La puerta a la esperanza, por ahora está cerrada, pero hay una llave para abrirla: Que las élites políticas den un giro de 180 grados en relación a cómo vienen actuando desde que el Covid19 asomara las orejas en el mes de febrero. Pero ese deseo no tendrá lugar, si los capitanes del barco (las direcciones de las fuerzas políticas) continúan con la brújula estropeada, peleándose entre sí, y navegando en dirección opuesta a la solución del problema

Veamos, Nicolás:

 Si nuestro país no dependiera tanto del turismo y muy especialmente del turismo exterior de temporada (60 millones de personas más o menos.) sería otra cosa muy distinta, y esta carta no te la escribiría en estos términos. Pero del turismo dependen, dicho sea en números redondos, cinco millones  de familias entre empresarios y trabajadores; la mayoría de forma directa, pero también un porcentaje significativo de forma indirecta.

Por otra parte, el mercado del turismo es muy sensible e inseguro. Es una decisión voluntaria y no una obligación. Y, como es obvio, antes de hacer las maletas, el turista busca dos cosas: un lugar que le guste y, además, que sea seguro. En este caso, lo de seguro debe traducirse como libre de coronavirus; algo que si España consigue hasta junio, el turismo volverá y empezará a ponerse fin a esta pesadilla y a iniciarse el repunte económico en el  segundo semestre.

Del turismo interior cabe esperar muy poco, porque por más que los economistas teoricen, que llevando más dinero al bolsillo de la gente se potencia el consumo, esa teoría libresca, sólo es cierta en tiempos tranquilos, pero no tras dos crisis casi seguidas que han acabado con todo el pequeño ahorro; tras las cuales, lo primero que va a hacer la ciudadanía es pagar sus deudas  más básicas y perentorias y adquirir un remanente de ahorro para imprevistos y por si vuelven a aparecer nuevos nubarrones.

Dicho lo anterior, Nicolás, yo NO confío en que cambien de repente las direcciones políticas de un país, el nuestro, que de principio a fin, es el que peor ha gestionado la pandemia del mundo entero. El único país de todos los que se denominan democráticos, donde dichas élites políticas en vez de unir fuerzas para salvar el máximo de vidas posibles, se han estado tirando los trastos a la cabeza, la mayoría de las veces sobre asuntos que debieron aparcarse mientras que durara la pandemia. En fin las consecuencias ahí están: Ser, junto a Bélgica, los dos países del planeta con más muertos por porcentaje de habitantes.

Ya sé que lo que acabo de decir, se intenta disimular y minimizar, porque es demasiado cruel, indigno y vergonzoso tener admitir por parte de quienes tienen las responsabilidades en la gestión de la pandemia, que entre doscientos países del planeta seamos los peores. Para que no te queden dudas, te mandaré en la siguiente carta dos estadísticas: Una con los países que lo han gestionado mejor y otra, con los que lo han hecho peor. Y después tú mismo sacas tus propias conclusiones.

¿Y qué habría que hacer para llegar a finales de junio con la pandemia liquidada?

Pues mira, Nicolás, sólo hay una salida, dejar a un lado todas las políticas que no sean estrictamente la pandemia y poner todos los huevos en el mismo cesto, para dotar desde ya mismo a la sanidad de cuantos recursos materiales y humanos sean necesarios a fin de imprimir la máxima velocidad a la vacuna y, a su vez, darle matarile a la inútil política de convivir con el virus y cambiarla por la de extirpar el virus, haciendo lo  que haya que hacer, hasta liquidarlo. Sólo así se puede conseguir la inmunidad de rebaño antes de junio y sólo así, lograríamos que volviera el turismo extranjero de temporada.

De hecho, ya ha quedado demostrado que la táctica de convivir con el virus es la que más muertes por Covid19 genera y, encima, no sirve para activar la economía. Por el contrario, los países asiáticos, de Oceanía  y del norte de Europa, excepto Suecia, apostaron desde el primer minuto por unir todos sus esfuerzos políticos como si fueran todas  las fuerzas una sola fuerza para extirpar el virus  y, una vez extirpado, no antes, relanzar la economía y volver a la vida normal y, ambas cosas, las han conseguido, mientras que nosotros y toda la llamada Europa occidental, no hemos logrado ni lo uno ni lo otro.

El camino a seguir  ya nos lo han dado este montón de países. Consiste en reducir a cero los contagiados en el área o ámbito donde estén y después mantenerse con cero contagios durante al menos quince días más, para asegurarse que no quedan rebrotes y, a partir de ahí, plena movilidad, vida normal, reactivar la economía y restañar los males causados. Eso sí, con la prudencia de dejar una retaguardia vigilando para que no se cuele de nuevo el virus y si penetra detectarlo, rodearlo y exterminarlo enseguida. Pero si nuestra clase política prefiere hacer caso omiso de esas enseñanzas probadas y la ciudadanía tampoco nos movilizamos para exigírselas, pues nada, a seguir sufriendo las consecuencias con muertes y más muertes y la economía y la vida social, en 2021 peor aún que en 2020.

Por poner todos los huevos en el mismo cesto, quiero decir: destinar de aquí a junio en la SANDAD todos los miles de millones que sean necesarios de los Presupuestos Generales del Estado, aunque otras partidas se queden sin un euro. Lo que haga falta con tal de que la Sanidad se dote dentro del mismo mes de Enero de todos medios materiales y humanos  que permitan exterminar al maldito  bicho y efectuar la vacunación necesaria para que en junio podamos tener ya la llamada inmunidad de rebaño. No habría dinero mejor invertido ni más rentable humana y políticamente, el que se invirtiera en SANIDAD de aquí a junio

Por el momento, en la vacuna ya nos hemos colocado en el vagón de cola en Europa, tanto en poner menos vacunas que los demás, como en opacidad, al no dar información oficial y fiable de cuantas vacunas se están poniendo y el porqué hemos empezado ya con más retraso que nadie.

 

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