domingo, 14 de marzo de 2021

Los acuerdos de la Cogobernanza del miércoles suponen otro desastre más: Le abren las puertas a la cuarta ola y se la cierran al turismo extranjero del verano

 Como ya te adelanté por whatsapp, Nicolás, me han decepcionado los acuerdos del encuentro de Cogobernanza entre las CCCAA y la ministra de Sanidad celebrado el miércoles. Te dije que te lo explicaría en otra misiva y a ello voy.

 Permíteme antes dos entreparéntesis, Nico: 

1.- (A continuación de esta  carta quizás te haga dos o tres misivas más, explicándote con pelos y señales y sin tapujos, la indignación que me produce la incalificable política de peleas políticas por arriba que están haciendo  estos días las élites cesaristas de las fuerzas políticas y el rastrerismo de ver el alineamiento  sectario de sus respectivos pesebreros mediáticos.)

2.- (Pero lo que me da una inmensa pena, es comprobar cómo han atrapado y metido en sus meras luchas de poder a sus fanatizadas militancias y a una parte de la ciudadanía, cuando esos enfrentamientos,  nada tienen que ver, ni están centrados, en absoluto, en combatir la pandemia y evitar una cuarta OLA de muertes de seres humanos, que eso somos por mucha edad que tengamos, ni con evitar la ruina y el empobrecimiento acelerado  de millones de familias, ni en atajar el escandaloso PARO juvenil.

 Al contrario, son luchas de poder puro y duro, que ponen todo el foco de la política en  asuntos  ajenos a los que le interesan a la gente. Así, pues, Nicolás, pensando en la gente y sólo en la gente, no veo otra salida que la del Confinamiento en todo el país como el de marzo del año anterior; aunque en este caso, corto. Solo de diez días: desde el viernes anterior de Semana Santa hasta el lunes posterior a la misma. Y eso, precisamente eso es lo que no defiende ninguna fuerza)

En el primer paréntesis te he puesto ese, quizás, porque no me gusta opinar con la indignación y la decepción a flor de piel, pero cuando logre que mi mente y el frío análisis se imponga a mis vísceras; tanto puedo hacer dichas cartas en los términos crudos que te digo, como cortar por lo sano  con un escueto  SE ACABO como despedida, ante esta  asquerosa política general por arriba corrompida,  de olor  a muladar fermentado, que es la política que, por desgracia, ha extendido su irrespirable hedor a todo el país.

 En fin, Nicolás, en mi carta anterior ya te dije claramente, que el confinamiento total corto de diez días en Semana Santa era la única solución que yo veo para evitar la cuarta ola de pandemia y que haya turismo extranjero en verano. Y consciente de que las cosas no apuntaban por ahí, también te decía, que un mal menor para el caso específico de la España Rural Despoblada del Interior sería,  a afectos de movilidad, que todas las provincias que tienen una parte de la superficie bastante poblada (las capitales y sus áreas periféricas) y otra parte rural mayor en su interior azotada por la despoblación,  se perimetraran de tal modo, que quedaran desglosadas en dos partes distintas, a fin de que a nuestras comarcas rurales, que es donde están la mayoría de las segundas residencias, no nos llegaran visitantes esta Semana Santa de las  áreas más pobladas y/o contagiadas.

 Pues bien, Nicolás, nada de nada sobre la solución auténtica (el confinamiento corto) ni tampoco de las perimetraciones protectoras del medio rural. Se han mantenido enrocados en su pésima, “cabezurra” e incontrolada línea de la perimetración a “tajoparejo” por CCAA y punto. En la práctica, parecido a la de navidad

 Estaba también en el alero el punto de si se permitiría o no la venida de turistas del extranjero, aunque no te hablé siquiera de ello en la anterior, porque daba por hecho que alguien con capacidad para decidir tendría dos dedos de frente y cortaría por lo sano, suprimiendo las visitas de turistas extranjeros de momento.

 Y lo pensaba así, porque no cabe  en la cabeza de nadie que esté en sus cabales un agravio comparativo tan infumable y discriminatorio, como permitir a los extranjeros lo que no les está permitido  a los españoles, y sobre todo, por el momento tan crítico en el que estamos, donde el virus está mutando en diversos países y, ante ello, tenemos la absoluta necesidad de protegernos, no vaya a ser que la vacuna acabe por no ser válida para alguna de las nuevas cepas que han aparecido o puedan aparecer en otros países. Escrito queda mi repudio absoluto y me denuncia, a esta descerebrada medida.

Y por si faltaba algo, las vacunas van a un ritmo más lento que un  desfile de caracoles; de ahí que el propio gobierno nos hable de alcanzar la inmunidad de rebaño DURANTE EL VERANO y no en JUNIO, que sería la única posibilidad de que hubiera turismo extranjero. Así, pues, ya nos están diciendo de facto que este verano será otro verano más, prácticamente perdido a efectos turísticos.

 Nos podría quedar quizás el menguado turismo interior, que tendrá poca incidencia, porque ante tanta incertidumbre, la gente está más por guardar las cuatro perras que tenga, que por gastárselas. Y eso quien las tenga, porque crecen a velocidad de vértigo las familias empobrecidas que no les da siquiera para llegar a final de mes.

 Digo quizás, Nicolás, también respecto al turismo interior, porque ni siquiera se puede  garantizar este turismo, sin el confinamiento corto de Semana Santa   y eso ya se ve que no lo van a hacer. Ojala  sea yo el equivocado y sean capaces de sacar adelante con sus  lasas medidas al menos el turismo interior. Ojala, ojala, ojala.

 Pero yo no lo veo viable, si no se hace ese último sacrificio de confinamiento corto esta Semana. Me gustaría decirte algo más esperanzador, pero mi deber de honestidad, como ha sido siempre desde que nos carteamos, ya sabes que no consiste en regalarte los oídos, sino en explicarte lo que pienso, lo mejor que sé. 


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