Estaba ayer, Nicolás, escribiéndote una carta sobre las carreteras de la comarca, cuando veo por la tele comparecer en la Comisión de Fomento del Congreso de los Diputados al ministro del ramo, Señor Blanco.
Me pongo a oírlo y, en un momento dado, le escucho una frase, que el noventa y nueve por ciento de los mortales no seríamos capaces de pronunciar por no estar dotados del altísimo grado de cinismo que se requiere para ello. Esta es la frase: Los controladores habían levantado un edificio de privilegios, cuyo elemento más visible era el de sus salarios desproporcionados
Claro que habían levantado un edificio de privilegios, Sr Ministro, pero no los controladores, si no Vds, que eran los que gobernaban, hacían las concesiones y firmaban los convenios al pie del texto que contenía las prebendas. Los controladores eran los que tomaban los privilegios, ciertamente; pero quienes se los otorgaban eran Vds; o para ser más precisos: Vds y el PP, que son los que alternativamente han venido gobernando al país durante más de un cuarto de siglo.
Vds y el PP o el PP y Vds -tanto monta, monta tanto en este caso- son los que han llevado a cabo año tras año esta escandalosa política de descaradas gangas a los controladores. Sin embargo, en vez reconocerlo y pedirle perdón a la ciudadanía por ello, que era lo mínimo que cabía esperar después de ver donde han desembocado las cosas, se limitan a esconder en la trastienda sus propias responsabilidades y por si no era suficiente, dan un paso más y nos dicen que han sido los propios controladores los que han levantado el edificio de privilegios. Hablo en plural, porque si bien es cierto, que ha sido el ministro quien ha pronunciado la frase, no lo es menos, que el PP la escuchó y no hizo observación alguna, y el que calla, otorga.
Sabiendo cómo se las gastan, Nicolás, conociendo cómo se tiran los unos al cuello de los otros apenas creen encontrar un motivo, resulta una auténtica desvergüenza el pacto tácito de no agresión que ambos partidos están manteniendo en esta ocasión, para ocultar sus propias responsabilidades sobre la indecente política de privilegios a los controladores que han llevado a cabo durante tanto tiempo unos y otros. No me cabe la menor duda, que si sólo hubiese estado implicado un partido en esa nefasta y arbitraria política, el otro se estaría dedicando estos días a sacar tajada electoral de ese deshonesto malhacer y magnificaría semejante irresponsabilidad hasta considerarla el origen y la causa de todo lo que está sucediendo. Pero al estar implicados ambos, era preferible esconder sus responsabilidades mutuas en la trastienda.
Este pacto tácito deja igual de mal a los unos que a los otros, pero llama más la atención en el PP por lo acostumbrado que nos tiene a sus continuas y exacerbadas críticas al gobierno y porque callar y ocultar, queda peor cuando se hace desde la oposición.
Seguiremos sobre el asunto, Nicolás, porque aparte de la presión chantajista de los controladores aéreos de la que tanto se han ocupado los medios, hay más cosas que merecen ser comentadas, aunque no estén en la línea de lo “políticamente correcto”, como es el caso de esta carta.
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