No te he contado antes, Nicolás, lo que ha pasado en Molina,
por el desconcierto y la decepción tan grande que me ha causado, que cuatro grupos que daba por hecho que querían el cambio
para el ayuntamiento de Molina, a juzgar por sus propuestas electorales, nunca le entregarían en bandeja de plata la gobernanza al grupo del partido popular. Semejante
desilusión me quitaba la voluntad de ponerme delante del ordenador. Y mejor que
haya esperado hasta reponerme un poco, porque en el estado de ánimo de estos días,
no estoy seguro de lo que habría soltado.
Voy a ver si aunque sea con desgana, te cuento lo ocurrido,
empezando por el principio, por hacerte una fotografía de los resultados: 713
votos (38,54%) para el PP y 1.114 (más del 60%) para los otros cuatro gupos, que por lo propugnado en la campaña electoral los creía a todos partidarios del cambio y que estarían deseosos de
formar una alianza para conseguir la gobernabilidad del Ayuntamiento, sacando democráticamente de dicho gobierno, a quien venía obstentándolo; pues siempre que el cambio fuera la sincera pretensión de todos los grupos, eso
obligaba sí o sí a conseguir la mayoría absoluta de 6 concejales a
favor de una candidatura determinada, ya que de no ser así, queda nombrado alcalde
en el mismo acto, el candidato de la que haya sido la lista más votada en las
elecciones; o sea el candidato del PP (artículo 196 de la ley electoral).
Antes de proseguir con las matemáticas que han arrojado las
urnas y del porqué no se ha dado el cambio
de gobierno, permíteme, Nicolás, hacer un inciso para ponerte encima de la mesa
a grosso modo la situación de la
Comarca y de Molina (sus destinos van unidos) en el momento de celebrarse estas
elecciones, porque si no la tenemos en cuenta, no podremos entender las
verdaderas consecuencias de lo que ha
ocurrido ni de la imperiosa necesidad del cambio.
Es un hecho indiscutible, que esta Comarca, Molina incluida, ha estado
demasiado tiempo marginada y olvidada y que
por eso las cosas estaban como estaban; pero es también una evidencia, que esta
tierra acaba de sufrir el cuatrienio más
negro desde el inicio de la democracia, con abismal diferencia a cualquier otro
tiempo. Un cuatrienio negro, durante el cual, nos han aplicado unas políticas
de recortes tan monstruosas y antisociales desde Toledo y desde Guadalajara,
que han dejado a la Comarca con novecientos habitantes menos, con doscientos
cincuenta despedidos, con los servicios, ya de por sí precarios, disminuidos unos
y desmantelados la mayoría. Y todo ello,
ante la pasividad cómplice y el mirar para otro lado del ayuntamiento de
Molina, cuando no dando luz verde a la mutilación de proyectos como el del
Parador o aplicando la discriminación y el autoritarismo con los grupos,
asociaciones y organizaciones de la
sociedad civil
Ya me dirás, Nicolás, si ante semejante situación, si ante
una Comarca en estado agónico y pidiendo auxilio a causa del azote de la
despoblación y del brutal ensañamiento
que se está cometiendo contra ella, dirigido por la Sra Cospedal, (bien merecido
se tiene, que las urnas la hayan mandado a hacer puñetas a las primeras de
cambio) y secundada por sus secuaces, algunos de los cuales nos tocan muy cerca.
Ya me dirás, si ante todo ello, no era una ocasión clamorosa, para sacar del
ayuntamiento de Molina al PP y empezar un nuevo tiempo con aires nuevos, a
través de una alternativa de cambio, primero para reparar los estragos causados
durante todo el cuatrienio negro y a continuación para empezar a levantar
cabeza, desde la gente y con la gente, tanto directamente, como en sólida alianza con todo el tejido
asociativo de la sociaciedad civil. Y ya me dirás, en fin, si ante estos hechos es
como darles las gracias a los grupos municipales que han impedido que se produzca el
cambio en el ayuntamiento de Molina y han dejado cuatro años más gobernando al PP
Retomo las explicaciones que te estaba dando al
principio exponiéndote las matemáticas
que han arrojado las urnas para construir la alternativa del cambio: PSOE 3
concejales, MSM 2, IU 1 e IPM 1. A partir de aquí, no hay ninguna alianza matemáticamente
posible para alcanzar la cifra requerida de los 6 concejales que se necesitan para la
mayoría absoluta, que no precise del PSOE, de MSM y de, al menos, uno de los grupos que han sacado un
solo concejal. Por lo tanto, todos los grupos estaban obligados a mantener dos principios irrenunciables, que
tenía esta negociación concreta. 1) Conseguir el cambio de gobierno en el ayuntamiento
de Molina y 2) ceder en lo que hubiera que ceder, para garantizar la mayoría
absoluta de 6 concejales, que pudieran
hacer realidad el punto anterior.
Todo lo que no fuera hacer realidad esos dos principios, era
regalarle la alcaldía y la gobernanza al
PP, a cuyo partido se suponía que había que sacar del ayuntamiento, para que
fueran los grupos del cambio quienes lo gobernaran. Digo que se suponía, porque
en la práctica, nada de eso han intentado,
quienes han presentado su candidatura a la alcaldía como un principio irrenunciable del cual no
pensaban moverse, como ha sucedido desde el principio hasta el final (el Psoe). NI tampoco quienes han
hecho su principio irrenunciable de
que la candidata tenía que ser la cabeza de lista de MSM, de cuya postura tampoco
pensaban moverse en ningún momento, como así ha sucedido ()IU e IPM).
Ante actitudes tan inamovibles, sin que tuvieran
ninguna de las dos los 6
votos requeridos, le sumara sus votos
MSM a quien se los sumara, el hecho incontestable que se ha producido es
que el PSOE ha preferido que siga gobernando el PP antes que votar a la
candidata de MSM y que IU e IPM han preferido igualmente que sigan gobernando
los populares. antes que votar la candidatura del PSOE
Conocidos los hechos esenciales, Nicolás, haz tu mismo tu
propia valoración y saca las conclusiones que creas, que yo sigo teniendo todavía
una decepción demasiado grande como para andar soltando adjetivos. Y tampoco me
pidas que entre a matizar quienes son más responsables de lo sucedido, porque para
mí lo son por igual, las dos partes que con su atrincharamiento han impedido el cambio y porque, además, sería
entrar en el juego que ahora se llevan entre ellos para sacudirse las culpas. Estas
cuitas, Nico, que se las ventilen entre ellos.
Lo más triste y decepcionante de todo es, que encima se hayan
producido las intransigencias en el tema menos relevante de todos los que han
estado en la mesa de negociación, el de la alcaldía, que, a mi juicio, importaba
nada y menos, quien fuera el alcalde o la alcaldesa, y que de una pequeñez así, se hayan hecho principios
irrenunciables que han tiradoo por la borda cuatro años de gobernanza de cambio se entienden muy mal, la verdad. Y menos entiendo
aún, estos
atrincheramientos, cuando al entrar en
el asunto de la alcaldía, ya se habían pactado antes el programa, el compromiso
de buenas prácticas y el limitar sustancialmente el poder de la alcaldía,
porque a eso conducía inexorablemente el tercer acuerdo pactado.
Tal acuerdo consistía, en que se gobernaría el ayuntamiento a
través de un equipo de gobierno formado por una coalición colegiada de todos los grupos pactantes, que desde el
consenso, la igualdad y el compromiso dirigirían la vida municipal entre todos, con lo cual al
alcalde no le quedaría más espacio de actuación, que aquellos deberes, que por ley, fueran inherentes a su cargo y que no cupiera
delegarlos en los tenientes de alcalde.
Cuanto más lo pienso, Nicolás, más me pellizco para
cerciorarme de que no estoy soñando, pues me sigue pareciendo imposible
asimilar, que se haya tumbado todo por la intransigencia de un punto tan minio como este de la alcaldía, donde lo verdaderamente relevante
iba a ser la coalición colegiada y no el alcalde. Por intentar buscar alguna
explicación, Nico, acaso puede deberse a esa idea tan equivocada y deformada que
tienen algunas gentes de que, quien tiene la alcaldía tiene el mando y el poder
de la corporación, cosa que no es así en ningún ayuntamiento que funcione de
forma democrática y muchísimo menos lo es aún, en una corporación gobernada por una
coalición, que funcionaría de manera
colegiada y cuyos componentes, y no el
alcalde, serían quienes tendrían el control y la dirección de la vida
municipal.
En contraste con lo anterior, me ha dejado asombrado , Nicolás,
que unos novatos recién llegados a la política municipal, como son los/las de
la comisión negociadora de MSM, hayan tenido
la inteligencia, la madurez, la flexibilidad
y la paciencia de pelear el acuerdo hasta el último momento a pesar de los
enrocamientos tan irracionales de los dmás, conscientes de que si no se gestaba un acuerdo
que reuniera los 6 votos necesarios, fuera alrededor de la candidatura que fuera,
todo lo demás no servía absolutamente para nada.
¡Qué pena más grande, que un trabajo tan persistente, tan
altruista y tan digno, no haya podido encontrar la recompensa del acuerdo! ¡Cuantísimas
decepciones y cuántos males se hubieran
podido ahorrar con ello, a Molina, a la Comarca
y a su ciudadanía! Pero bueno, la vida sigue. Cada noche pare un día y ninguna
aborta, y hay muchos días y muchas cosas
que se pueden hacer también desde la oposición, siempre que se cuente con la
principal fuerza de todas, la de trabajar desde la gente y con la gente
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