La pretensión de este ensayo no tiene otra intención, que la de exponer mi punto de vista y poner mi grano de arena para intentar salir del estancamiento en que está sumido Podemos y favorecer su crecimiento.
También pretendo alertar del peligro de retroceso que podría sufrir la formación, a mi juicio, si no corrige pronto algunos errores de bulto que conducen a ello.
No voy a tratar aquí la situación general del país; no es el objetivo de estas páginas; si bien tengo muy presente el hecho indiscutible, de que la desigualdad y la pobreza aumentan sin cesar y que el cambio es cada vez más urgente para revertir la situación. Esa sigue siendo la cruda realidad, por más que traten de falsearla con músicas de viento de que la crisis se acaba, que el paro disminuye y la política se estabiliza.
Tampoco voy a tratar la política de Podemos de un modo general. Pero sí me voy a detener en dar mi opinión sobre las políticas que puede y debe mejorar y cambiar Podemos, si quiere seguir creciendo y gobernar lo antes posible; sea en alianza o sea en solitario.
Me inscribí en Podemos, creyendo lo que tanto se nos reiteró: Que se partía del espíritu del 15M, de que otra política era posible tanto en los contenidos políticos y sociales, como en nuevas formas organizativas más participativas, horizontales y democráticas; donde los CÍRCULOS fueran el factor esencial de Podemos con plena capacidad, no sólo para ejercer la actividad en su radio de acción, sino también para tener el derecho inalienable a ser elegidos directamente desde las distintas circunscripciones y formar parte de los Consejos Autonómicos y del Consejo Estatal.
Así, pues, escribo estas páginas desde el deseo y la posibilidad de que se hagan realidad tan atractivas y necesarias promesas que, como es inevitable, no gustarán a todos, porque parto de que urge corregir errores importantes que se están cometiendo. Pero es lo que creo, es lo que me dicen los tanteos y sondeos particulares míos y de otras muchas personas preocupadas como yo del estancamiento de Podemos, es lo que estoy convencido que deseamos la mayoría de los votantes, inscritos o no.
Por ahondar un poco más en estas líneas introductorias, dejo sentado que soy opuesto a las centralizaciones y a los dirigismos exacerbados por arriba y también me gustaría, si fuera posible, prescindir de la figura del Secretario General. Por el contrario, soy partidario de los equipos, de las direcciones corales entre los dirigentes más relevantes; algo parecido al funcionamiento coral de Compromís. Y también de la mantención permanente del consenso como un valor esencial y permanente, dada la pluralidad existente dentro de Podemos y en la sociedad del cambio en general
El Secretario General, de haberlo, sería necesario que no formara parte de ninguna candidatura, única forma de garantizar que no sea un Secretario de parte, sino de todos, de síntesis; algo perfectamente conseguible, si primero se aprueba la política entre todos, así como el Consejo Estatal y después se presentan a primarias para la elección de Secretario General los candidatos que compartan la política que entre todos nos hemos dado.
Alguien dirá ¿Y cómo es posible que pensando así defendieras la centralización jacobina que mantuvo Podemos durante las diversas contiendas electorales? Las respuestas, en parte, ya las he dado en algunas cartas de mi blog; se responderán en el libro, así como todas las que se desprende de esta introducción, que son bastantes y de fondo.
Será un libro de no muchas páginas, que tengo ya perfilado. Espero acabarlo pronto.
Por último decir, que no persigo con este modesto ensayo otro fin "egoísta" para mí, que no sea la felicidad indescriptible que me llevaré si la salud no me juega una mala pasada y pueden ver mis ojos todavía el cambio tan anhelado y necesitado por tantos millones de personas, principalmente por aquellas que lo están pasando peor. E, incluso, sin llegar a tanto, si puedo ver y sentir que Podemos transita por un camino acertado, ya sentiría colmada mi ilusión.
Por último decir, que no persigo con este modesto ensayo otro fin "egoísta" para mí, que no sea la felicidad indescriptible que me llevaré si la salud no me juega una mala pasada y pueden ver mis ojos todavía el cambio tan anhelado y necesitado por tantos millones de personas, principalmente por aquellas que lo están pasando peor. E, incluso, sin llegar a tanto, si puedo ver y sentir que Podemos transita por un camino acertado, ya sentiría colmada mi ilusión.
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