Queridos Compañer@S
Directamente: Mis lesiones
cerebrales crónicas son la causa ÚNICA
que me obliga a apartarme, contra mi voluntad, del inmediatismo de las redes
sociales por la intensidad y tensión que conllevan.
Eso no me impide, en absoluto, tener una calidad de vida aceptable. Además, a nivel personal, tengo asumida mi situación y lo llevo bien. Ni siquiera pienso en ello y duermo a pierna suelta. No, quiero, pues, el menor asomo de compasión de nadie por algo tan natural y cotidiano como una merma de salud, de la que ni yo mismo estoy preocupado.
Eso no me impide, en absoluto, tener una calidad de vida aceptable. Además, a nivel personal, tengo asumida mi situación y lo llevo bien. Ni siquiera pienso en ello y duermo a pierna suelta. No, quiero, pues, el menor asomo de compasión de nadie por algo tan natural y cotidiano como una merma de salud, de la que ni yo mismo estoy preocupado.
Por otra parte, en la
lucha social o socio-política, la experiencia de mis 52 años ininterrumpidos de
activista me ha llevado a no creer en la relevancia individual de nadie; ni en
la mía, ni en la vuestra, ni en ninguna. Tod@s somos necesari@s para aportar
nuestro grano de arena por una causa. Pero sólo eso. Seguir leyendo, por favor.
Sin embargo, sí creo, y mucho, en la suma y unidad de esfuerzos en pos del mismo objetivo, como demuestran palmariamente los ejemplos de la causa feminista y de los pensionistas, donde se está avanzando mediante una suma descomunal de voluntades unidas en la lucha, sin necesidad de liderismos. Lo dice el sabio refrán: Un grano no hace granero, pero le ayuda a hacerlo a sus compañeros.
Dicho lo anterior, no
niego que me escuece mucho descolgarme
del día a día; y me escuece, porque he tenido la suerte de relacionarme con un
colectivo de amistades, que ni en los mejores sueños hubiese podido imaginar,
por cuyo motivo esta carta de despedida de las redes os la quiero dirigir
expresamente a vosotr@s, mis compañer@s en las mismas.
Y no lo digo tanto por la
cantidad, aunque no podía imaginar que quintuplicaría el número de amig@s en
año y medio (2.418). Pero aún imaginaba menos, la calidad de mis amistades,
donde he tenido la fortuna de volver a verme relacionado con muchas personas de distintos lugares del país, que por azar de mi actividad sindical anterior,
tuve la suerte de conoceros directamente y que os tenía y os tengo por personas
muy íntegras y comprometidas.
También valoro muchísimo, contar
con la amistad de las personas más
sensibilizadas e implicadas en la lucha contra el drama de la despoblación, que
es a lo que me vengo dedicando desde hace muchos años en exclusiva.
Quiero deciros, asimismo, que mi sorpresa por vuestro seguimiento de mis post y mis Cartas a Nicolás, es aún mayor si tenemos en
cuenta: la irrelevancia de mi persona, que no tengo una buena pluma y que no es un género estimulante para la
lectura, ya que todo lo escrito ha ido siempre cargado de fuerte compromiso y,
por lo mismo, más áspero, duro y sesudo
de lo deseable, que no es comparable a efectos de agilidad, belleza, amenidad y
atractivo, con el que brindan, otros
géneros.
No puedo olvidarme tampoco
del caso Fraguas. Quiero resaltar la gran receptividad, sensibilidad y sentido
de solidaridad que he percibido, tanto de mis amistades personales, como de los
grupos de los que soy miembro, en relación a todos los post y artículos que he
escrito con tal motivo. Lo he percibido por los muchos y solidarios
comentarios, por el rechazo unánime a la insensibilidad y brutalidad de la JCCM,
por ser muy compartidos y por el incremento de solicitudes de amistad que me
llegaban cada vez que he tocado este tema; tantas, que esta ha sido para mí la
guinda del excepcional colectivo de amistades que tengo el honor de compartir
en las redes.
En resumen: Que me siento infinitamente más correspondido de vuestra amistad de lo que merezco y que no encuentro las palabras con las que explicar lo feliz y agradecido que me he sentido en vuestra compañía y lo mucho que me duele alejarme del día a día de un colectivo de amistades de tanta calidad humana y compromiso. Muchísimas gracias a tod@s de corazón.
Mi FB quedará inactivo,
pero abierto, para poder dejar colgado algún enlace a mi blog, en el caso que
alguna vez sintiera la necesidad de escribirle alguna Carta a Nicolás.
Y como no hay mal que por bien no venga, me dedicaré
a mi ritmo, a escribir un libro sobre la despoblación, que ya tengo empezado, cuyo
objetivo central es intentar separar el grano de la paja con argumentos, datos
y hechos evidentes ante una situación de miles de pueblos en trance de
desaparecer, ante lo cual, el despertar y la conciencia rural de cómo combatir
esa lacra despoblacional, tenemos que reconocerlo: No es todavía suficiente.
En contraste con nuestras
insuficiencias, la patronal y los partidos políticos de las pequeñas ciudades
capitalinas tienen bien clara desde 2010 la idea de atrapar subvenciones por
despoblación, unos y de pescar votos en los principales
caladeros, otros. De ahí que lleven ocho o nueve años creando falacias y confusión con
el único fin de meter la mano en los dineros por despoblación, sin que la misma sea un problema en ninguna de ellas, por cuya razón la Ley Sostenible
de Desarrollo Rural de 2007 y el Real
Decreto de 2010 que concreta su plasmación (ambas en vigor, aunque metidas aún en
el congelador) excluye a todas las capitales pequeñas y su áreas periurbanas de
las ayudas por despoblación y especifica pueblo por pueblo, las 105 comarcas
rurales donde debe destinarse todo el dinero por este concepto, colocando en estado de alerta a otras
84 más, que van por el mismo camino.
En fin, que hay tema más
que suficiente para escribir el libro y que me llena de ilusión hacerlo, con lo cual, también podré hacer una pequeña aportación a la causa, aunque sea menor que si estuviera en plenitud física.
A esta tarea me estimula
la relevancia y gravedad de lo que está
aconteciendo en Fraguas que, aunque no tengo decidido aún el título del libro,
si puedo adelantar que una palabra tan cargada de simbolismo como “FRAGUAS”, no
va a faltar en el mismo.
Y hablando de Fraguas, si
bien es cierto, que he dedicado muchísimas horas a empaparme de toda la
trastienda que se esconde tras su caso, me compensa sobradamente la
credibilidad y acogida que han tenido, mis escritos al respecto.
Mi manera de intentar convencer
desde ellos siempre ha seguido la misma línea y, sin embargo, nunca he
escrito nada que, ni por asomo, haya tenido la receptividad cuantitativa y
cualitativa que los referidos a la flagrante injusticia y abuso del caso
Fraguas. Todo ello, me tenía y me tiene convencido, además, que era y sigue
siendo un deber solidario del medio rural volcarse masivamente en apoyo a los condenados.
Ojalá se les arregle todo,
pero si no fuera así, es imprescindible hacer una gran acción solidaria
estatal, para obligarle a la JCCM a entrar en razones y cumplir con ley revertiendo la situación, ya que
el arrasamiento de todos los bienes de uso público y patrimoniales del casco
urbano de Fraguas son ilegales y no prescriben nunca.
Pero los ruralistas no
sólo tenemos que implicarnos por un deber solidario (hay seis personas
condenadas arbitrariamente), aunque sea lo principal, sino también, porque era y sigue siendo la primera gran ocasión
para una lucha a nivel estatal de todos los ruralistas, con dos factores
añadidos de extraordinaria relevancia:
El
primero, que la mayoría de la opinión pública estaba enterada de que había un
caso FRAGUAS, relacionado con un
problema de repoblación de un pueblo pequeño del medio rural, lo que
garantizaba, sobremanera, la visualización
general de nuestra causa. Y el segundo, no menos importante, es que dicha
visualización era la acertada, porque la despoblación no afecta, y menos de forma aguda, a toda la España Interior,
sino a 189 comarcas rurales de la misma,
que están perfectamente especificadas pueblo a pueblo y Comarca a Comarca en la
Ley Sostenible de Desarrollo del Medio Rural de 2007 y el Real Decreto de 2010,
en vigor.
No obstante, no quiero
acabar esta carta sin dejar bien sentado, que entiendo y apoyo la lucha de las
ciudades pequeñas y sus periferias; aunque
su causa no tenga nada que ver con el drama de la despoblación. Muy por el
contrario, tienen una densidad de población ideal para vivir a los que les guste la vida urbanita. El problema de
las pequeñas ciudades es de discriminación con respecto a las más grandes, de mayor
atraso y menor desarrollo que aquellas, por lo cual, me parece justo que luchen
por atajar esa desigualdad, pero eso no tiene nada que ver, ni tiene nexos de
unión con la acción comarcal de miles de pueblos en trance de desaparición.
Es, pues, necesario
combatir y desenmascarar la idea deliberadamente orquestada por la patronal y
los políticos, de que las pequeñas ciudades se incluyan en el concepto de la
despoblación, cuando no es este su caso. Hábilmente, van falseando la realidad,
para apropiarse de la atractiva, solidaria y humana causa.Y si cuela cojonudo, a enganchar votos se ha dicho y dinero público del Estado, las
CCAA y la U.E.; detrayéndolo, claro está, de las 189 comarcas que lo destina la Ley para intentar atajar a la desesperada, su gran drama despoblacional
Que reclamen a Europa, a
Industria, al Parlamento, a la Conferencia de Presidentes de las CCAA o quien
quieran, la financiación que precisen para acortar sus diferencias de desarrollo
respecto a las grandes urbes, pero que no metan las narices ni poco, ni mucho,
ni nada en el dinero que provenga para atajar la despoblación, porque eso es ROBARLO a los pueblos que lo necesitan desesperadamente para no desaparecer y, además, es ilegal porque es ir en contra de la propia Ley en vigor. Más les vale que dejen el egoísmo de la
apropiación indebida a un lado, regresen al sentido común y se apliquen el dicho de “zapatero a tus zapatos”. Será la
única forma de que nos podamos llevar bien e incluso apoyarlos en su causa si
es menester, pero llevarse un solo euro del dinero destinado a parar la sangría
despobladora de nuestros pequeños pueblos, ni hablar.¡¡¡De eso que se olviden!!!
Venga: Hemos de tirar
“palante” con la causa rural; hemos de aclarar bien nuestras ideas y estar siempre con el
ojo avizor; hemos de hacer un plan integral en cada comarca; hemos de coordinar a todas ellas y culminar con una gran acción en Madrid, exigiendo que
pongan en marcha de una puñetera vez la Ley de 2007 y con financiación
suficiente. Este es, a mi juicio, el camino.
Un fuerte abrazo de
vuestr@ amigo para siempre
Jerónimo Lorente
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