Sí, Nicolás, sí, me reafirmo en que NO existen
posibilidades para un pacto de izquierdas tras las nuevas elecciones, den el
resultado que den las urnas. Incluso
aunque hubiera mayoría absoluta entre PSOE y Unidas Podemos.
El nuevo gobierno que se forme será de la
triderecha, si les dieran las cifras o del PSOE con Cs o con el PP si no les
dan. Y muy remotamente del PSOE en solitario si se acercara mucho a la
mayoría absoluta. Pero lo que no habrá, será un pacto PSOE-Unidas Podemos, ni en
forma de coalición de gobierno ni de pacto a la Portuguesa. Sólo si se hiciera
algo que expondré al final de la carta existirían posibilidades para el pacto
PSOE-Unidas Podemos.
La carta anterior, que podéis pinchar los
lectores en el enlace que tenéis al final de esta misiva, forma parte del mismo
relato. En ella doy unas cuantas razones, sin partir de las cuales, será más
difícil entender ésta y darle la credibilidad y seriedad que humildemente, creo
que merece. De ahí, que quien no haya
leído la otra le sugiero que lo haga.
Ambas fuerzas, en vez de centrarse en las
necesidades sociales y políticas más perentorias de la ciudadanía han puesto su
esfuerzo en lo que han considerado más importante para cada fuerza. El PSOE, en que no se sellara un acuerdo
para volver a convocar elecciones y pactar con un partido a su derecha, pero
aparentando que quería el pacto para intentar justificarse ante su sector de militantes y votantes de: ¡Con Rivera No!
Y
Unidas Podemos en hacer un principio de entrar al gobierno o NADA, desdeñando un pacto a la Portuguesa, que es el mejor pacto posible y, en todo caso, el único que cabe en la actual correlación de fuerzas. Espero que con las razones que explico en la carta anterior y las que voy a agregar ahora, queden pocas dudas de que es así, aunque también me espero, que al no coincidir con el relato de la la dirección de U. Podemos en el planteamiento, habrá quien me leerá con recelo.
Los
pactos políticos sólo son posibles, si las partes asumen la CORRELACIÓN DE FUERZAS DE LA QUE
PARTEN.
¿Y cuál era la fuerza de Sánchez? Esa
fuerza era tan grande como paradójica. Resulta, Nicolás, que entre sus militantes
y votantes había un amplio sector que quería pacto y en absoluto nuevas
elecciones. En este sentido, esa gente era, objetivamente, favorable para U.
Podemos, que tampoco las quería. Su fuerza colosal y contraria a pactar con
Podemos le venía impuesta; factor este, que sin desentrañar sus
entresijos, es imposible saber de qué va la vaina. Es imposible entender
el porqué Pedro Sanchez tenía que simular que quería un pacto con U. Podemos, a
la vez que garantizar que no se
hiciera para ir a nuevas elecciones que era lo exigido
Ha habido que ir a nuevas elecciones en
primer lugar y por encima de todo, porque así lo querían los poderosos, los que
mandan en la política, sin presentarse a elecciones:
¿Cómo entender si no, la presión que estos
mismos poderosos ejercieron sobre el PSOE, dramatizando las cosas y viniéndonos
a decir que si no se abstienen para que gobernara Rajoy, poco más o menos que
se hundiría España, porque la economía no aguantaba ni un día más sin un
gobierno?
¿ Y cómo no entenderlo, si vemos con nuestros
propios ojos, que los dirigentes socialistas de España y de casi toda Europa,
más allá del barniz, se pliegan a los poderosos en lo mollar como las otras
fuerzas de derechas?
¿Y cómo explicar que en esta ocasión estos
poderes no hayan dicho ni palabra ni hayan ejercido la más mínima presión para
que, fuera como fuera, se formara gobierno cuanto antes, como hicieron cuando
Rajoy?
Pues
muy sencillo, Nicolás, porque la dirección del PSOE tenía que hacer
simulaciones de pactar para intentar justificase ante los que: Con Rivera, NO, y tratar de no perder esos votantes, Pero hecho de
tal modo, que les quedara después un relato lo más digerible posible: “Hemos
intentado el pacto progresista. Pero por culpa de Podemos no ha sido posible y
no queda otra salida que ir a nuevas
elecciones”.
No se olvide tampoco, que dentro de esos
poderosos está también la banca, a la que el PSOE le debe el impagable favor de
condonarle entre sesenta y setenta millones de euros de préstamos concedidos, y que ahora, de
nuevo, están con otra deuda parecida. Es decir, que la banca tiene a los
dirigentes del PSOE cogidos por ese sitio
un poco prosaico que todos sabemos.
Y esto, no es que lo diga yo, es que lo
dijo el viernes en Antena 3, el propio Presidente del Círculo de Empresarios Sr
John de Zulueta, con todas las letras y por todo el morro. Le dijo a Cristina
Briso, que ellos estaban en contra de un
pacto PSOE-Unidas Podemos y querían un Pacto PSOE con una fuerza a su derecha y
eso sólo era posible si iban a nuevas elecciones (sic).
Y cuando la entrevistadora le repreguntó,
que si se daban cuenta que eso supondría que al menos hasta febrero no habría
nuevos presupuestos, el Presidente le quitó toda la importancia a esa tardanza y
recalcó que ellos preferían esperar el tiempo que hiciera falta, que ver a U.
Podemos en el pacto y que por esperar, a la economía no le iba a pasar nada. Además
se permitió el lujo de decir que no hablaba a título personal, sino que así pensaba
todo el empresariado y que hasta habían hecho encuestas entre ellos en ese
sentido y estaban de acuerdo en lo que él estaba aseverando.
Con lo expuesto, y sabiendo cómo se pliega
el PSOE a los poderosos cuando éstos lo necesitan, ya sería más que suficiente
para explicar la correlación de fuerza tan grande, aunque fuera impuesta, que
existía a favor del PSOE para que no
hubiera pacto.
Pero es que, además, quería nuevas
elecciones el PP. Y lo que es aún peor, las quería el sector derechoso de PSOE
que, incluso, ya tienen preparada la opción B) por si hubiera que darle
matarile político a Pedro Sánchez, para el caso de que no doblara la rodilla
como Dios manda. El sustituto de
Susana Díaz sería García Page, tan derechoso o más que Susana, para lo cual, y
por si las moscas, ya se ha preparado el aval que lo acredite para tal misión:
En Castilla-La Mancha a pesar de tener
mayoría absoluta el PSOE, Page ha pactado con Ciudadanos y con el PP para que,
llegado el caso, pueda aparecer como un garante que sabe pactar con la derecha.
Es decir, ya tienen preparado hasta un plan B) que garantizaría estabilidad y que
los poderosos puedan dormir sin necesidad de tomar valeriana, incluido el sector Susanista del partido y la propia
dirección actual del PSOE. “Va, mejor que
la valeriana la tomen, al menos cuatro años más, los millones de personas que
viven en precario y que ya están acostumbrados.” Se dirán
Por eso, precisamente por eso, por los
millones de personas que tienen que seguir tomando valeriana o hasta suicidarse
si no soportan la presión de la angustiosa situación, es por lo que U. Podemos
ha cometido un error de consecuencias dramáticas; porque el pacto a la
Portuguesa, tal y como explico en mi carta anterior, es mejor que una coalición
de gobierno y, ni siquiera se intentó, a pesar de que el PSOE lo ofreció como
última salida, sin duda que sabedores de que los negociadores de Unidas Podemos
no se iban a salir nunca de su cerrazón d: Coalición
de Gobierno o NADA.
Y así, con ello, mataban dos pájaros de una
sola pedrada: Se quedaban para ellos el relato de que fue U. Podemos quien no
quiso avenirse a razones, porque le ofrecieron también un pacto a la portuguesa,
incluso con tres comités de control, seguimiento y rendición de cuentas y lo
desdeñaron. De paso, cumplían con el compromiso, tan sigiloso como evidente, de
no haber traspasado la línea roja que les habían impuesto los poderosos y todos
los que no querían ningún tipo de pacto PSOE-U. Podemos
Si se hubiera podido llegar o no al acuerdo
del pacto a la Portuguesa por parte de Unidas Podemos ya no lo podremos saber,
pero sí sabemos, que si Unidas Podemos hubiera tomado la palabra a los
socialistas en vez de rechazarlo, a la
dirección del PSOE se la hubiera puesto
entre la espada y la pared y hubieran tenido dificilísimo inventarse otra
excusa creíble, sobre todo entre sus militantes y votantes de que: Con
Rivera No, y dependiendo de la magnitud del rechazo y del precio a
pagar por el mismo, no era descartable que ante tal tesitura y con la venia de
los poderosos, los propia dirección socialista se hubiera visto obligada a
aceptar el pacto a la portuguesa; con lo cual, hoy mismo, o 48 horas
después, se estaría aprobando en el
Parlamento el Pacto de de legislatura.
Pero lo cierto es, que se rechazó y ahora a ver quien el guapo o la guapa de Unidas
Podemos, que se atreve a explicarles a esos millones de desesperados, que como
no se ha podido hacer la coalición de gobierno, pues que ya daba lo mismo el
Pacto a la portuguesa que hacer nuevas elecciones y que ellxs antes que un
pacto a la portuguesa prefieren nuevas elecciones; aún a sabiendas que estas se
harán para que la dirección socialista se desprendan de los Unidas Podemos y
pactar con la derecha, tal y como ordenan los Poderosos. ¡Qué difícil debe ser
asumir a quienes lo están pasando tan mal, que les espera otro cuatrienio
negro! ¡Y qué vergonzoso! ¡Y qué indignante!
Y no, no, no y mil veces no. Entre un pacto
a la portuguesa para ponerlo en marcha ya mismo y otro demorado del gusto de la
derecha, no es que haya diferencia, es
que media un abismo absoluto. Además, y esto es de la máxima importancia, esos
pactos han funcionado bien en Portugal y
Dinamarca, como así lo reconoce de un modo bastante generalizado la opinión
pública europea y también la española. Son un espejo en el que mirarnos y las
dos mejores y únicas referencias que hoy por hoy, tenemos Europa
¿Hay alguna solución, Nicolás, a pesar de
tan negrísimo panorama? Te dirás. Mi respuesta es que sí, pero sólo hay una. ¡Tan
solo una! y es ocupar todas las plazas de los pueblos y ciudades de España desde
el día 11 de noviembre de forma permanente y seguir en ellas hasta que el pacto
de izquierdas se haya firmado.
He dicho y mantengo, Nicolás, que los
pactos son siempre una cuestión de correlación de fuerzas. Y, del mismo modo,
que la fuerza de los negociadores del PSOE se ha hecho infinitamente más
potente con la exigencia de todos los poderosos desde fuera, de forma
extraparlamentaria, nosotrxs también podemos cambiar esa correlación de fuerzas
haciendo desde fuera lo mismo que los poderosos desde todas sus tramas y
organismos no parlamentarios. Nuestra fuerza democrática de presión puede ser
tan potente y más que la suya y, además, lleva incorporada otra fuerza más de
un valor incalculable: llevar toda la razón en defensa de causas justas e
inaplazables sociales, de igualdad de género, medio ambientales y de cambio
climático
Quien no haya leído la carta anterior,
complementaria de esta, y la quiera ver, que vaya a ella en mi blog pinchando aquí
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