Hoy, Nicolás, quiero hablarte del eslabón más débil de la cadena, del sector más acuciado; hoy quiero hablarte del comercio de nuestra comarca.
Hoy te hablo de un sector con claros signos de agonía, que se debate entre la necesidad de subsistir, porque de algo hay que vivir, y el riesgo de echar el candado, porque no salen las cuentas.
De un sector que abarca a todos los que dependen del consumo local y zonal, que ya venía padeciendo una crisis aguda y permanente a causa de la despoblación que no cesa, de un sector al que se le han juntado dos crisis a la vez, la que ya tenía y la general que ha llegado ahora.
Sí, Nicolás, sí: dos crisis a la vez. Dos crisis juntas, a las que es imposible hacerles frente, si no se toman medias especiales y rápidas. Es como la gripe A. Si nos alcanza a quienes estamos sanos, pues pasamos unos días malos y a correr, pero si la cogen personas que ya vienen padeciendo enfermedades crónicas, el riesgo es mucho mayor y precisan de cuidados y tratamientos especiales para combatirla
Hoy te hablo, Nicolás, de un conjunto de pequeños negocios, de cada uno de los cuales depende una familia entera y de unos cuantos de ellos, los más grandes, varias. Te hablo de una gente, que no puede hacerse planes de futuro, porque su propio presente se ha convertido en un verdadero enigma, cuya incertidumbre no proviene tanto de no saber qué pasará si las cosas siguen así (subsistir mientras sea posible y cuando no, cerrar), como de no saber si se tomarán o no se tomarán las medidas que la crítica situación exige y si se iniciarán o no se iniciarán a tiempo
Recetas milagrosas para abordar una doble crisis como ésta, puede que no haya, pero proceder como si no ocurriera nada gravísimo, es dejar al enfermo desatendido ante su dura enfermedad. Si la situación del sector es especial; especiales tendrán que ser también las medidas que se emprendan. Y, entre ellas, es evidente que no puede faltar el acceso al crédito, y si la banca privada se lo niega, el Gobierno Regional tendrá que garantizar que les llegue el crédito oficial. También parece de cajón que, al menos hasta que amaine el temporal, deben establecerse, o bien exenciones fiscales o bien ayudas para la subsistencia. Y, por supuesto, que se les otorgue el tope de la ayuda de los planes Leader que se concede para las iniciativas privadas -el 40%- a todos los que, en estas adversas circunstancias, se atrevan a desafiar el riesgo y efectúen reformas o ampliación de su negocio.
Y, a la par de lo anterior, que el Gobierno Regional ponga en marcha sin más dilación, todas y cada una de las medidas del Plan Integral que nuestra zona precisa y que once mil personas doscientas personas le hemos demandado con nuestra firma a pie de escrito, porque de la plasmación de ese Plan –de todo él- dependen las posibilidades que todavía le queden a esta comarca y a su comercio para salir hacia adelante, para propiciar el desarrollo e incrementar la población
¿No dicen que por aquí nos parecemos mucho a los maños? ¿Y no se dice también que los maños son muy erre que erre? Pues eso, erre que erre hasta conseguir las cosas, No nos queda otra salida. Seguir como si tal, es consentir por inacción que nuestro comercio se vaya hundiendo más aún, y eso es algo que no deben permitir los comerciantes, pero tampoco los demás; porque queremos seguir viviendo aquí, sí, pero en condiciones, consolidando y ampliando los lugares donde poder comprar el pan, unos zapatos, un saco de cemento, un vídeo o una puerta y no desmantelándolos.
Consolidar los actuales negocios y crear otros, es buscar una salida, no sólo a sus propietarios sino a toda la comarca; empezar a cerrarlos en la crítica situación que ya se encuentra la misma, es conducirla hacia el ocaso. En definitiva, Nicolás: ante las dos crisis que les están cayendo encima a nuestro comercio no hay quelevamosahacer que valga; pues como decía Séneca, cuando se esta en medio de las adversidades, ya es tarde para ser cautos
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