Mira, Nicolás, una cosa es pensar en el discurso o programa que se precisa para luchar contra la despoblación y otra muy distinta, articular cómo intentar llevarlo a feliz término. Es muy importante discernir bien ambos conceptos y analizarlos por separado.
Ahora si te parece, vamos a pararnos en lo primero, vamos a dedicar unas cuantas misivas al programa y, tranquilo, que ya llegaremos a la parte segunda, que es la más peliaguda.
Para construir el discurso no contamos, ciertamente, con otras experiencias significativas en las que basarnos y esto a priori es un hándicap, pero no tanto, o no principalmente, por lo que pudiera ayudarnos a elaborar nuestro propio programa, como por la credibilidad que daría poder decir: que esto que aquí se propone, ya está dando resultados en tales o cuales lugares de la despoblada España rural interior.
Pero bueno, la situación de nuestra comarca es más aguda que cualquier otra. Los 1,6 habitantes por km2 que nos quedan, son un auténtico toque de rebato urgiéndonos a construir nuestro propio discurso, sin andar esperando a que surjan otros en lugares parecidos. Si lo que de verdad queremos es que no se le ponga el candado a más viviendas de las que ya lo tienen y conseguir que cada vez sean más las casas que desde el humo de sus chimeneas y la apertura de sus persianas nos vayan dando señales de que nuestros pueblos se están recuperando, no caben más demoras, que vamos ya demasiado tardíos.
Tampoco te creas, Nico, que elaborar un programa que acierte en lo esencial es tan difícil. De hecho ahí tenemos el Plan Integral de la Otra Guadalajara, que es muy acertado en lo principal y que no ha necesitado ni de otras referencias, ni de sabios, ni de ninguna lumbrera de la política para elaborarlo, ni tampoco de ningún partido o institución para trasladárselo a la ciudadanía de la comarca y a la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. En lo esencial, pues, el programa, ya está escrito y propuesto. Tan es así, que ya no es posible hablar con rigor en esta comarca de discurso alguno contra la despoblación, que pueda esquivar lo que propugna este movimiento. Otra cosa es que quepa hablar, como nosotros lo vamos a hacer, con mucha mayor profundidad, argumentación teórica, historia, datos estadísticos, matices etc. que lo constreñido en un Plan Integral de esta naturaleza, necesariamente conciso, pero en el fondo siempre que nos refiramos al programa, estaremos hablando de propuestas que ya ha puesto encima de la mesa el citado movimiento.
Y bien, Nicolás, ¿qué preguntas caben hacerse y a qué demandas hay que responder, para sentirnos seguros que acertamos con el conjunto de las medidas que requiere un programa orientado a incrementar la población de nuestros municipios, generar desarrollo y mejorar la calidad de vida en todota la zona? En la siguiente, Nicolás, te contaré las interrogantes que yo me he hecho y las respuestas que me he dado, por si te sirven. A mí, al menos, me están siendo tan básicas, que si no partiera de ellas, no sabría ni qué decir, o sería un mero hablar por decir algo; cosa, que como tú sabes, no va conmigo.
Ahora si te parece, vamos a pararnos en lo primero, vamos a dedicar unas cuantas misivas al programa y, tranquilo, que ya llegaremos a la parte segunda, que es la más peliaguda.
Para construir el discurso no contamos, ciertamente, con otras experiencias significativas en las que basarnos y esto a priori es un hándicap, pero no tanto, o no principalmente, por lo que pudiera ayudarnos a elaborar nuestro propio programa, como por la credibilidad que daría poder decir: que esto que aquí se propone, ya está dando resultados en tales o cuales lugares de la despoblada España rural interior.
Pero bueno, la situación de nuestra comarca es más aguda que cualquier otra. Los 1,6 habitantes por km2 que nos quedan, son un auténtico toque de rebato urgiéndonos a construir nuestro propio discurso, sin andar esperando a que surjan otros en lugares parecidos. Si lo que de verdad queremos es que no se le ponga el candado a más viviendas de las que ya lo tienen y conseguir que cada vez sean más las casas que desde el humo de sus chimeneas y la apertura de sus persianas nos vayan dando señales de que nuestros pueblos se están recuperando, no caben más demoras, que vamos ya demasiado tardíos.
Tampoco te creas, Nico, que elaborar un programa que acierte en lo esencial es tan difícil. De hecho ahí tenemos el Plan Integral de la Otra Guadalajara, que es muy acertado en lo principal y que no ha necesitado ni de otras referencias, ni de sabios, ni de ninguna lumbrera de la política para elaborarlo, ni tampoco de ningún partido o institución para trasladárselo a la ciudadanía de la comarca y a la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. En lo esencial, pues, el programa, ya está escrito y propuesto. Tan es así, que ya no es posible hablar con rigor en esta comarca de discurso alguno contra la despoblación, que pueda esquivar lo que propugna este movimiento. Otra cosa es que quepa hablar, como nosotros lo vamos a hacer, con mucha mayor profundidad, argumentación teórica, historia, datos estadísticos, matices etc. que lo constreñido en un Plan Integral de esta naturaleza, necesariamente conciso, pero en el fondo siempre que nos refiramos al programa, estaremos hablando de propuestas que ya ha puesto encima de la mesa el citado movimiento.
Y bien, Nicolás, ¿qué preguntas caben hacerse y a qué demandas hay que responder, para sentirnos seguros que acertamos con el conjunto de las medidas que requiere un programa orientado a incrementar la población de nuestros municipios, generar desarrollo y mejorar la calidad de vida en todota la zona? En la siguiente, Nicolás, te contaré las interrogantes que yo me he hecho y las respuestas que me he dado, por si te sirven. A mí, al menos, me están siendo tan básicas, que si no partiera de ellas, no sabría ni qué decir, o sería un mero hablar por decir algo; cosa, que como tú sabes, no va conmigo.
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