Continúan con el acoso y derribo social a nuestra querida
tierra, Nicolás. O ya me dirás si no, como podemos interpretar que siendo tan
urgente el rescate de la Comarca a través del Plan Integral, la JCCM siga
haciendo caso omiso del mismo y, por el
contrario, tenga cuatro frentes abiertos para arrebatarnos lo que ya teníamos
conseguido o encarrilado.
Para que te puedas hacer una idea del negro panorama,
Nicolás, te agrego a lo que ya te he venido contando y a lo último que te dije sobre
la mutilación del proyecto del Parador, las nuevas fechorías que la JCCM se trae ahora entre manos. A
saber:
Nos quieren cerrar los centros de conservación de las
carreteras de Molina y Villanueva de Alcorón que, dada la gran lejanía de esta
zona con cualquiera de los centros que permanezcan abiertos, supondría dejar las carreteras de la Comarca desatendidas, con
el agravante de que el invierno dura medio año por estos pagos. A nuestros bosques, que siguen siendo auténticos polvorines por carecer de un plan
de montes de tareas silvícolas de clareo, poda y limpieza, los desatienden por
completo en esta época de grave peligro de incendios, desmantelando los retenes y puntos de vigilancia que antes
había y que son determinantes para apagar los fuegos en sus inicios.
Y para colmo, la Residencia de Las Sabinas (alberga a las
personas mayores de la tierra que no pueden valerse por sí mismas), no solo la
privatizan, sino que hacen una drástica reducción de horas laborales en la plantilla, que hace absolutamente inviable
la atención suficiente y digna que
precisan y merecen nuestros mayores imposibilitados, a los que no se pueden
tratar como mercancía, sino como lo que son: Seres humanos, que necesitan más
atenciones, respeto y cariño, si cabe, que el que precisamos cualquiera de
nosotros. De lo que está pasando con la
Residencia Las Sabinas es de lo que quiero ponerte hoy al corriente.
La Residencia, Nicolás, incluida su área ajardinada, está montada
sobre suelo municipal concedido gratuitamente por el Ayuntamiento de Molina y la construcción
del edificio y la instalaciones se
hicieron con dinero público aportado por la JCCM. La prestación y gestión de
los servicios hasta ahora, era mixta: La JCCM aportaba la parte de personal
dedicado a menesteres de tipo sanitario, mientras que la acción privada se
encargaba de las tareas no sanitarias de limpieza, cocina, etc. Y el control
recaía, como no puede ser de otra manera, en la JCCM.
La variación ahora consiste, en que la JCCM sigue poniendo
las perras, pero la gestión es
privada al cien por cien, incluido el personal sanitario, y se le adjudica a
una empresa por concurso público. Ha de entenderse, que a pesar de la gestión
privada, la JCCM queda comprometida a garantizar la buena marcha de los servicios,
tanto porque sigue poniendo el dinero (dos millones y medio de euros al año)
como por lo delicado, sensible y humano de la actividad: nada más y nada menos,
que la atención permanente a personas mayores que no pueden valerse por sí
mismas.
Permitir que manos privadas hagan negocio redondo en una tarea tan sensible y delicada, en la que
deben prevalecer las garantías de atención
a estas personas, sobre cualquier criterio de ganancia, es ya, en sí
mismo, una intolerable tropelía de la JCCM. Pero mucho más lo es aún en este caso, que se
hace a costa de un suelo cedido de forma
altruista y gratuita al suponerse que era para una noble y digna misión y no
para fines usureros. Y a costa, asimismo, de un edificio y unas instalaciones
realizados enteramente con el dinero público de todos. Y aún es mayor la bicoca
de la empresa adjudicataria, si encima se sirve de una plantilla de
trabajadores experimentada. Si como se suele decir, donde no hay ganancias todo son pérdidas,
mirándolo al revés también se puede aseverar en esta ocasión: que donde no hay pérdidas, todo son
ganancias.
Pero el colmo de la desvergüenza de esta adjudicación
privada reside, sobre todo, en que la JCCM garantice a la empresa una ganancias
usureras y desmedidas a través del pliego de condiciones, donde reduce drásticamente las jornadas del personal -y en mayor proporción las del personal
sanitario-, que según los cálculos, incluidos los oficiosos, es el
equivalente a veinte trabajadores menos;
o sea, a la pérdida de casi un tercio de la plantilla, de cuyo ahorro no se
beneficia siquiera la JCCM, que tiene que soltar religiosamente los dos millones y medios de euros, sino que se
lo lleva directamente al bolsillo la empresa privada adjudicataria.
Las dos consecuencias inmediatas de este robo o corrupción legal -las cosas por
su nombre, Nico- es que los trabajadores no van a poder vivir de ninguna manera
con los raquíticos sueldos que muchos de ellos van a percibir tras las
reducciones de jornada, y algo más dramático todavía: que habrá -que hay ya-
continuas desatenciones a los residentes
impedidos, por falta de personal que los pueda atender, algo
que no podemos tolerar de ninguna manera, aunque tenga que arder Troya. Es tan
brutal, tan indigno y tan inhumano lo que se ha empezado a hacer con nuestros
mayores impedidos para garantizarle a la empresa ganar dinero a espuertas, que tengo que hacer un esfuerzo muy grande, Nico, para
no calificarlo de hecho criminal o potencialmente criminal, ya que esas desatenciones
por falta de medios humanos pueden adelantar el proceso de muertes o causarlas
directamente. Pero en fin, renuncio a este calificativo, por si las moscas.
Y por si quedaban dudas de adonde conduce este atropello de
la JCCM, en cuanto a desatenciones
básicas a nuestros mayores residentes, tengo que decirte, que desde que la
nueva empresa privada se ha hecho cargo, varios servicios necesarios y básicos,
sobre todo de tipo sanitario, se han dejado de prestar y otros se les
encomiendan a personas que no están
facultadas para tal función. Una parte de esas desasistencias, se deben a la imposibilidad de atenderlas tras la drástica reducción de horas y jornadas contempladas en el pliego de
condiciones y otra parte, a que ni
siquiera se han puesto aún en marcha los exiguos servicios sanitarios contenidos en dicho
pliego, todo lo cual están denunciando con peros y señales los familiares de
los residentes.
Aún hay más, Nicolás:
Dos miembros de La Otra Guadalajara a título particular, recurrimos los pliegos
de condiciones sin que todavía hayamos recibido respuesta, lo que nos lleva a pensar
que quieren resolver la negativa al recurso de alzada por la vía del silencio administrativo, según el cual y
como supongo que sabrás, si a los tres meses de realizado no se ha recibido
respuesta se entiende que ha sido desestimada la reclamación.
En el citado recurso,
se demanda que se resuelva la flagrante contradicción
existente dentro del propio pliego de condiciones, donde se dice, por una lado,
que se deben garantizar todos los servicios y atenciones que precisen nuestros
mayores y por otro, se impide cumplir con ese deber por la
reducción drástica de jornadas y horas que contiene el citado pliego. Se
solicita, además, que quede sin efecto el correspondiente pliego de condiciones
y la adjudicación, por la evidente ilegalidad que supone, basar parcialmente el pliego de condiciones en la
reforma de una orden sobre atenciones mínimas en las residencias, que todavía no estaba en vigor el día que
salió el citado pliego (12 de junio), ya
que esa orden entró en vigor al día siguiente (13 de junio). Se tiene pensado acudir al contencioso administrativo si no
responden favorablemente al recurso de alzada como parece, porque lo que no
podemos aceptar, bajo ningún concepto, es quedarnos en el primer paso, estando la ley
y la razón de nuestro lado y siendo tan grave todo lo que está pasando.
Termino diciéndote, que los familiares de los afectados se
están movilizando y reclamando que se reparen inmediatamente estas desatenciones
que sufren sus seres queridos. Esperemos que se les haga caso y que las
soluciones sean satisfactorias. Pero si no lo fueran, es evidente que la ciudadanía de la Comarca
tendremos que movilizarnos hasta conseguir que las cosas queden como estaban
antes; hasta que en la Residencia de Las
Sabinas se puedan atender a nuestros mayores impedidos con la suficiencia, el
decoro y la dignidad que se les debe dispensar a unos seres humanos, que hoy
son los que son y mañana podemos ser nosotros mismos, porque es un problema que
nos afecta a todos los que vivimos en esta Comarca
No hay comentarios:
Publicar un comentario