Ya te demostraba en la anterior, Nicolás, que las resistencias que tenemos que
vencer para que el proyecto Celtiberia
pueda abrirse paso y recibir ayudas europeas, son las de los gobiernos de la
Nación y de las CCAA con territorio en la Celtiberia. También te decía, que esa
falta de interés permanente de los gobernantes por las áreas rurales más
despobladas proviene de que somos pocos y no tenemos rentabilidad electoral
para ellos, que es lo único que parece importarles.
No obstante, esos enroques tienen dos lados débiles que nos
dan posibilidades de romperlos. Por un lado, la resistencia no es la misma
cuando el dinero de las ayudas llega de Europa, como es el caso, que cuando proviene de las
arcas del estado de nuestro país. Y por otro, estamos hablando de las
ayudas estructurales europeas para
2020-2026, lo cual, nos da un margen de tiempo a la ciudadanía para mover
nuestras fichas; esto es, para organizarnos desde la base y cambiar la
correlación de fuerzas, que es la manera más segura de forzar la ruptura del
enroque.
Ayudas europeas
2020-2026 y sucesivas para la Celtiberia
Empiezo por poner las miras en el horizonte de las ayudas de los fondos estructurales habituales europeos y, en concreto, en los de nomenclatura Nuts 2, que es el caso del Proyecto Celtiberia, y que si logramos que Bruselas lo reconozca, a partir de ese momento estaríamos en condiciones en toda la Celtiberia, nada más y nada menos, que de poder acceder de forma permanente a las ayudas plurianuales de la Unión Europea por razones de ruralidad, despoblación y montaña. Estos fondos para el 2014-2020 ya están asignados, de ahí que tengamos que centrar todos los esfuerzos en hacer lo necesario para llegar a tiempo a los del 2020-2026.
Empiezo por poner las miras en el horizonte de las ayudas de los fondos estructurales habituales europeos y, en concreto, en los de nomenclatura Nuts 2, que es el caso del Proyecto Celtiberia, y que si logramos que Bruselas lo reconozca, a partir de ese momento estaríamos en condiciones en toda la Celtiberia, nada más y nada menos, que de poder acceder de forma permanente a las ayudas plurianuales de la Unión Europea por razones de ruralidad, despoblación y montaña. Estos fondos para el 2014-2020 ya están asignados, de ahí que tengamos que centrar todos los esfuerzos en hacer lo necesario para llegar a tiempo a los del 2020-2026.