Me dices en tu carta, Nicolás, que no acabas de aclararte qué es y qué propone el proyecto Celtiberia y
me pides que te lo explique lo mejor posible, aprovechando que conozco el asunto
más de cerca. Lo intentaré, amigo, lo intentaré, otra cosa es que lo
consiga.
A veces se hacen proyectos sociales, Nicolás, cuyos esfuerzos
no son nunca baladís. Ni siquiera, aunque no se consigan los objetivos
propuestos. Son aquellos que, incluso, en el peor de los supuestos dejan un
camino iniciado, al que se le puede dar continuidad en cualquier momento, a
partir del trabajo que se ha dejado hecho y sin necesidad de retornar al
principio.
Tal es el caso del proyecto de la Serranía Celtibérica que
han elaborado y dado a conocer, el catedrático de Prehistoria por la
universidad de Zaragoza, D. Francisco Burillo y su equipo, porque tanto sirve
como base de la hoja de ruta propuesta, como para establecer otras distintas o
complementarias, si ello fuera necesario.
Se puede afirmar con rotundidad, Nicolás, que el proyecto Celtiberia es por sí mismo, y
con independencia del camino o los caminos por los que tenga que transitar, una
gran aportación a la causa de la lucha contra la despoblación y para la
reactivación de esta agonizante España rural interior de la Celtiberia.
Esto se lo debemos al Sr Burillo y a su equipo.
¿Pero qué aporta el
proyecto, en concreto, a la causa?
Uno.- Un estudio muy documentado sobre la
identidad histórica, cultural y territorial de todo lo que se define como
área de la Serranía Celtibérica, que nos permite entender de un modo consciente
los vínculos y rasgos comunes que nos unen a todo el ámbito celtibérico y ello
hará, que nos sentimos más cercanos, identificados y solidarios entre
nosotros, que buena falta nos hace.
Dos.- Un análisis concienzudo que pone
delante de nuestros ojos la dramática realidad despoblacional y el estado
agónico en que se halla sumida toda el área celtibérica, cuya visualización
global, nos ayuda a entender que los problemas esenciales son los mismos en
toda la Celtiberia y, por ende, las mismas han de ser, en general, las soluciones
que se precisan y unitarios han de ser, asimismo, los esfuerzos que se
requieren para revertir este proceso de agonía por otro esperanzador antes de
que sea demasiado tarde.
Tres.- Una referencia o marca unitaria, “Serranía
de la Celtiberia” o “La Celtiberia”, que une en un solo concepto, y en positivo, lo que hemos venido considerando
hasta ahora como áreas distintas, sin
conexión entre sí, sin una historia y una cultura afín y sin una causa común
por la que luchar.
Cuatro.- La demostración, con datos y
estadísticas rigurosas, de que todo el
territorio Celtiberia se encuadra dentro de lo que se denomina Nuts-2 y que
reúne las bases de despoblación, ruralidad y montaña, que se exigen en Bruselas
para poder acogerse a las ayudadas
europeas que, como es sabido, se conceden en sucesivos periodos
plurianuales, el siguiente de los cuales será en el 2020; ayudas éstas, que ya reciben otras zonas
europeas de características similares,
como Laponia.
Cinco.- Una herramienta para la acción, porque
el proyecto está hecho con la intención deliberada de que sea asumido por la
ciudadanía, las instituciones, los gobiernos de las cinco CCAA del ámbito Celtiberia
y el Gobierno de la Nación y, finalmente, para darle traslado a Bruselas con la
aspiración de que sea reconocido y reciba luz verde, a partir de cuyo momento,
ya podríamos acogernos a las ayudas europeas por los tres conceptos citados, siempre que antes, hayamos sido capaces de ponernos de
acuerdo en un programa de medidas de carácter finalista. Todas las tareas expuestas
en este punto son muy difíciles. Pero difícil no quiere decir, imposible. Intentaré
explicártelo en la carta siguiente.
Seis.- Una ocasión inmejorable y quizás
única, de crear plataformas ciudadanas apartidistas y unitarias por doquier en toda la España rural interior de la Celtiberia, tanto para
unir reivindicaciones transversales y
esfuerzos comunes, como para luchar dentro de cada
Zona concreta por aquellos planes o medidas específicas (siempre transversales), como
vienen haciendo las plataformas ya existentes.
El primer paso en este sentido, ya lo han dado las cuatro
plataformas ciudadanas que se reunieron en Medinaceli el día 18 de enero 2014, donde se aprobó apoyar
e implicarse en el proyecto Celtiberia -incluido pertenecer al organismo unitario
y representativo que se forme para impulsar el proyecto- así como dar
continuidad a estos encuentros de las plataformas, a los que se irían
incorporando las nuevas que se fueran creando. Las plataformas ciudadanas son,
a mi juicio, tan necesarias para
impulsar el proyecto Celtiberia y, en general, para todo el proceso de la lucha
contra la despoblación y por la reactivación de todo el territorio de la
Celtiberia, que bien vale la pena, Nicolás,
que te lo razone en otra misiva aparte.
En resumen, Nico, si reflexionas despacio sobre todo lo que
aporta el proyecto, no creo que te sea muy difícil llegar a las mismas
conclusiones que he llegado yo; esto es, que
el proyecto Celtiberia contiene todo lo necesario, como para considerarlo la
herramienta imprescindible de la que siempre tendremos que partir, tanto para
impulsar las tareas que se están llevando a cabo ahora, como para otras
distintas o nuevas que sea preciso promover,
si llega el caso.
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