Con esta carta, Nicolás, pongo fin al rosario de misivas tendentes
a demostrar que la corrupción en España es muchísimo más que las puertas
giratorias.
He dejado para el final la que podríamos llamar, corrupción con
mayúsculas. La que se considera delito en el código penal y está en el debate público
todos los días, la que se viene practicando continuadamente a través de organizaciones
criminales surgidas desde las cúpulas
de los partidos desde hace más de treinta años. La que
arrancó con los casos Nasairo, Filesa y los fondos reservados y sigue ahora con los casos Gürtel, Bárcenas,
financiación en B del PP, Eres de
Andalucía, tramas valencianas, Puyol y 3% en Cataluña, Nos, Púnica, etc. La
denominación de organizaciones criminales
no me la invento yo, es como lo define el Código Penal en el artículo 570.