Nicolás, mirando detenidamente las candidaturas municipales (BOP
del 22 de abril) que los viejos partidos presentan en la Comarca, se da uno
perfecta cuenta de que son fuerzas instaladas en el inmovilismo e incapaces de cambiar.
Da igual lo que nos prometan y los programas que nos presenten, porque los
hechos demuestran que van a hacer todo lo contrario. Te aclaro que las
candidaturas de los partidos las hacen y las validan los jefes políticos de
Guadalajara.
Los viejos partidos, Nico, se llenan la boca contándonos lo
relevantes que son las elecciones municipales y nos recalcan que los ayuntamientos son las instituciones
más cercanas a la gente y, por ende, las más importantes. Nos regalan los
oídos, además, con promesas de regeneración democrática, de listas abiertas, de
limitación de mandatos, etc. Y hasta nos exponen programas aceptables que podría suscribir, incluso, La Otra
Guadalajara. Todo tan perfecto, en definitiva, que obliga a preguntarse: ¿Y
para qué leches se presenta, entonces, en Molina una candidatura de cambio como
Molina se mueve? Vamos a los hechos,
que son los únicos que nos pueden dar una respuesta seria a esta pregunta.
Candidaturas
paracaidistas
Un simple vistazo a las candidaturas presentadas nos demuestra,
que siguen con su timo electoral (legal,
por supuesto) de presentar candidatos paracaidistas en varios pueblos. Estas
personas, por regla general, no son conocidas en los pueblos donde aterrizan,
ni van a estar después en la tarea municipal de esa localidad. Existen
experiencias sobradas. No son candidatos, pues, pensados para defender los
intereses de esos municipios, que les importan un bledo, sino para atrapar unos
puñados de votos más, que les permitan
incrementar el porcentaje de los resultados globales de cara a la imagen del partido respectivo.
Son también, y principalmente, votos rebañados con la intención de conseguir
algún diputado más en las ademocráticas
Diputaciones, cuando lo que se está esperando ya de los partidos, no es que pugnen por estar en
ellas y legitimarlas, sino todo lo contrario, que hagan propuestas claras para
suprimirlas. Las diputaciones son instituciones absolutamente
innecesarias por repetidas y paralelas a las CCAA. Son, además, anti democráticas,
(no se eligen por sufragio) y nos cuestan a los ciudadanos unos 2.500 millones
de euros anuales, solamente en cargos, burocracias y gastos generales, que bien
vendrían para atender algunas de las necesidades más perentorias que tiene el
país.
La perpetuación en los
cargos.
Ofende al sentido común, Nicolás, que cuando está siendo aceptado
en este país en líneas generales, la idea de limitar por ley a dos los
mandatos de todos los cargos públicos, desde el presidente del gobierno hasta
el alcalde del pueblo más pequeño, como un factor necesario para regenerar la
vida democrática, veamos en las candidaturas presentadas en esta
comarca un montón de candidatos que repiten por tercera, cuarta, quinta y hasta
sexta vez. No cabe mayor contradicción, ni mayor evidencia de que de palabra
dicen una cosa y en la práctica, hacen la contraria. Si ya tenían los viejos
partidos un fuerte déficit de credibilidad por la corrupción, por lo mal que
han hecho las cosas y por lo mucho que han mentido ¿Quién les va a creer que traen
aires nuevos a los municipios después de ver estas cosas?
Las largas permanencias en los cargos, todos los sabemos, son
el principal caldo de cultivo para que puedan acabar germinando las peores
prácticas de la política: Conservadurismo, altanería, autoritarismo, personalismo,
opacidad, chanchullos, pactos de despacho, clientelismo, tratos de favor etc,
amén de sentar las bases más apropiadas para que la corrupción pueda surgir.
Sumisión a los de
arriba.
No me atrevería a afirmar, Nicolás, por falta de datos, qué
sentido tienen de su autonomía municipal los ayuntamientos en general, ni
siquiera dentro de nuestra propia provincia, donde en líneas generales los
ayuntamientos de la zona norte, por ejemplo, son mucho más independientes de
los poderes que los de nuestra comarca. Pero en lo que se refiere a esta zona,
se ha ido creando desde el inicio de la democracia una escuela de obediencia
debida y sumisión a los de arriba, que deja a los ayuntamientos convertidos en meras correas de trasmisión de
los dirigentes políticos del partido, de la Diputación y de la JCCM. Estoy
hablando de una tendencia impuesta desde arriba que ha acabado interiorizándose
y convirtiéndose en norma; lo cual, no quiere decir, que después todos los municipios
pasen por el redil, pues siempre hay algunos o bastante con la suficiente
personalidad como para no dejarse tutelar por nadie. Pues bien, también en este
tipo de candidaturas sumisas de las que estamos hablando, se ven un buen número
de candidatos que tienen acreditado su perfil de obediencia debida.
Molina paradigma de estas malas prácticas municipales.
Excepto el paracaidismo, Nicolás, los demás elementos
negativos que te acabo de poner de manifiesto, se están dando -¡y de qué modo!-
en el ayuntamiento de Molina, y eso perjudica sobremanera, en la medida que no
es un municipio más, sino el que, por su relevancia, más influye en el conjunto de la Comarca.
Si lo miramos desde la óptica de la larga permanencia en los
cargos, nos encontramos con dos
agrupaciones municipales, cuyos cabezas de lista llevan más años de la cuenta
en la vida municipal y, dado su personalismo, todo hace pensar, que si una ley
de limitación de mandatos no lo impide, seguirán
la estela Rubalcaba en cuanto a perduración en las instituciones.
Las consecuencias de
la larga permanencia de estos políticos, ya se están dejando sentir, para mal, en
el ayunto de Molina en varios de los aspectos
antes referidos; muy especialmente, en el
autoritarismo y el personalismo con que se gobierna y en los pactos ocultos de
despacho, entre ambos políticos, contrarios a la trasparencia, que si sabemos de
su existencia, no es porque hayan informado a nadie, sino porque los hechos lo han ido poniendo evidencia,
pues es imposible seguir ocultando, que el grupo gobernante del PP viene recibiendo
la estabilidad que precisa para gobernar a través del apoyo político que le
brinda el grupo municipal de IU, salvo
en algunos casos más puntuales y menos relevantes, que se apoya en el grupo de los
independientes, que esa es otra; no entiendo que pinta un grupo independiente,
aquí y ahora, formando parte del equipo del gobierno de los populares.
Las concesiones del PP por tan atípico apoyo político, no nos
las han explicado, aunque es vox pópuli,
que algo tendrán que ver con el hecho de que el responsable del grupo municipal
de IU, ejerza por entero el control de los espacios del centro cultural de San
Francisco para sus fines, mientras que hay muchas organizaciones y asociaciones,
que no consiguen una simple sala municipal en ninguna parte como sede para sus cosas.
El compromiso de ambos grupos, por inexplicable que parezca,
es muy sólido; tanto, que no les ha importado votar juntos cosas tan negativas
para Molina y para el libre ejercicio de la libertad, como dar luz verde a la
mutilación del parador o que el alcalde no tenga que dar explicaciones en el
pleno ante el descontento de los grupos y asociaciones de la sociedad civil,
motivado por las prohibiciones, trabas y discriminaciones cometidas contra
ellos por el ayuntamiento.
No son, pues, personalismos ni pactos ocultos y negativos
para Molina, lo que necesita este municipio, sino ponerle fin a este extraño tipo
de bipartidismo y a estas maneras opacas y autoritarias de hacer las cosas. Son
momentos, Nicolás, para apostar por el cambio y empezar a hacer las
cosas de forma diferente, de dar paso a una acción municipal de plena trasparencia,
de trabajar desde la cercanía y contando con la ciudadanía. Pero todo esto, no puede
venir de la mano de partidos que han dado grandes pruebas de más de
lo mismo, tanto en la preparación de sus candidaturas para la comarca,
como dentro del ayunto de Molina, donde ni los dos partidos del pacto contra natura ni los demás, han dado la
menor señal de querer ir por la senda del cambio que el municipio precisa, a
pesar de haber tenido todo el tiempo del mundo para demostrarlo.
Son momentos, Nicolás,
para unir los votos de todos los vecinos y vecinas de Molina que tienen
ansias de cambio, alrededor de una candidatura que represente y responda a sus
anhelos. Esa candidatura existe y se denomina, Molina Se Mueve, que se
ha presentado exclusivamente con ese fin. Una candidatura nueva cuya ilusión contagia, una
candidatura con ideas y propuestas necesarias e innovadoras, que de poco
servirían, si no estuvieran impulsadas por un grupo de personas serias,
preparadas y formadas, partidarias del trabajo en equipo, de tomar las decisiones en las asambleas, de la cercanía, del fomento
de la participación ciudadana, de la trasparencia, de la defensa de la dignidad
municipal…, cuyos rasgos constituyen sus señas de identidad.
El día 24 nos dirán las urnas si todos los partidarios del
cambio han sabido juntar sus votos en la candidatura que representa sus anhelos;
ojala que así sea, y que al día siguiente se pueda empezar a iniciar el cambio
que el ayunto de Molina necesita.
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