Que se cumplan ambos
deseos no garantiza el cambio real antes de dos en nuestro país, pero son
premisas imprescindibles para que pueda darse.
El primero es, Nicolás, que Vista Alegre 2, no acabe como el
rosario de la aurora, ni tampoco dividido, sino lo más unido posible.
En realidad lo que yo deseo que salga de ahí es una dura y
sincera autocrítica por las ridículas e injustificadas divisiones twiteras aireadas
a los cuatro vientos y con un compromiso absoluto de hacer un carnet de
identidad imaginario donde ponga lo siguiente:
Por una cara: que ninguno de nosotros, absolutamente
ninguno, pintamos nada, ni siguiera Podemos como tal. Y por la otra:
si
no es para erradicar el infantilismo y el personalismo y juramentarnos que nos dedicaremos
íntegramente a atender los problemas de la gente y propiciar el cambio cuanto
antes.
Sé, Nicolás, que una pretensión tan necesaria y justa es, en
estos momentos, una utopía, ya que eso supondría, para dar ejemplo y garantías,
dejar derrotadas a las tres corrientes que pugnan injustificadamente y elegir a las y los mejores entre los que no se
presentan por ninguna corriente; incluido el cargo de Secretari@ General.
Así, pues, para dar validez a la idea general que quiero exponer,
de hacer el cambio real en menos de dos años, valdría con que Podemos no se
rompa y salga con una imagen pro unitaria muy mejorada en relación a la mala e injustificada, que ha dado
últimamente, ya que todas las propuestas
políticas que se conocen son complementarias entre sí y necesarias todas ellas,
por lo cual, no hay motivo político posible que pueda justificar los
personalismos y las divisiones.
Que se presente y gane
Pedro Sánchez
De Pedro Sánchez se dirá lo que se quiera, pero a pesar de
que el todopoderoso rubalcabismo, ató a Sánchez de pies y manos en el Comité
Federal del PSOE del 28 de diciembre de 2015 para que no pudiera pactar, bajo
ningún concepto, un gobierno a la valenciana con Podemos y/o Unidos Podemos y
el apoyo de alguna fuerza nacionalista para el que sí daban los números. A
pesar de que sólo se le dejara pactar con Cs, la marca blanca del PP, tras
repetirse las elecciones y ante el riesgo de llegar a unas terceras, Sánchez tuvo
la osadía de gestar en secreto (no tenía otra opción) un pacto a la valenciana que fue reventado tan
pronto se filtró, con un rápido y bien organizado golpe de estado que le asestó
el rubalcabismo, que además, ya tiene preparadas distintas maniobras por si
osa presentarse otra vez.
Pedro Sánchez, por todas las encuestas conocidas ya sabe, que
si se presenta a las primarias, tiene a la mayoría de los votantes a su favor,
otra cosa es, si esa correlación se da también en la misma o parecida
proporción a nivel de militancia, que son quienes tienen que votar, pero por lo
que se viene detectando tras el golpe de
estado, es de suponer que sí. Además la mayoría de esta militancia sabe que el rubalcabismo y
todo lo que maneja se mueve por un doble principio: hacia la izquierda y hacia el
cambio real ni un solo milímetro que ceder, hacia la derecha todo cuanto se
pueda avanzar, sin límites de ningún tipo
Eso sí, sabe Pedro Sánchez, que si, por una parte, cuenta con
militancia suficiente para ganar; por otra está el excepcional móvil de Rubalcaba que llega y manipula con sus
estratagemas a los cuadros y dirigentes del PSOE, a la gestora que creó y que
maneja a su antojo, a Mariano Rajoy, a los medios del grupo PRISA y a los demás
medios de la derecha que están con él en esta batalla, amén de la banca y otros
medios económicos.
Pero Sánchez, aparte de que cuenta muchísimas posibilidades
de ganar, tiene la obligación de presentarse, por dos razones incuestionables:
La primera, porque con el triunfo de los candidatos de obediencia rubalcabista,
Patxi López, Susana Díaz y cualquier
otro, el PSOE no pasará de ser la muleta que precisa el PP, para garantizarse
dos o tres legislaturas más con sus gobiernos de continuidad. Y contra eso, hay
que darlo todo, aunque exista el riesgo de perder. Y la segunda, porque Sánchez
ya ha demostrado con hechos, que cuando ya estaba encima el riesgo de las
terceras elecciones, se la jugó, se reveló contra los acuerdos derechosos del
28 de diciembre de 2015 e intentó como pudo formar un gobierno a la valenciana y,
después, con Jordi Évole, tuvo el valor de hacer autocrítica pública y reconocer
abiertamente, que su mayor error fue no reconocer la realidad de Podemos y de
que es necesario pactar con ellos.
En definitiva, Nicolás, que no sólo es imprescindible que
Vista Alegre 2, salga aceptablemente bien, sino asimismo, que se
presente y gane Pedro Sánchez. Pero si ya en esta carta voy a dejar mosqueados
y con dudas a much@s de qué leches tiene que ver esto, con afirmar que es
básico para conseguir el cambio antes de dos años, excuso decirte, Nico, el incómodo y
desacuerdo que va a generar la carta siguiente con la propuesta que voy a
hacer.
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