En la carta anterior, Nicolás, que tienes debajo de esta, ya te
dije las dos premisas imprescindibles
que se precisaban para conseguir en dos años a todo más tardar, el cambio real de
gobierno que este país necesita. Te las recuerdo: Que Podemos no salga dividido de
Vista Alegre 2 y que Pedro Sánchez se presente a las primarias del PSOE y las
gane.
Algunas observaciones
antes de ir a la propuesta
A Sánchez no le basta con ganar, porque su continuidad no se la
van a garantizar los barones, ni los que se pusieron a favor o se llamaron
andana ante el golpe de estado que le asestaron, la Gestora de obediencia
rubalcabista que crearon y, en definitiva de convertir el PSOE en la muleta del
PP. A Sánchez, una vez en la Secretaría General sólo lo podrá hacer fuerte, el
equipo del que se rodee y, sobre todo, la militancia, a la que está obligado a serle fiel, ya que la
victoria la adquiriría precisamente por oponerse a esas políticas de apoyo al PP y por mostrarse
favorable al cambio mediante una alianza con Unidos Podemos.
El peligro, el gran peligro, es que la militancia socialista se debate entre la educación recibida de que lo primero es el partido y lo que le dicta su conciencia, es decir, que lo prioritario es lo que permita resolver cuanto antes los gravísimos problemas por los que están pasando varios millones de personas, que lleva aparejado desalojar al PP del poder lo antes posible con un gobierno de cambio y esto, a su vez, requiere gestar una alianza sólida y urgente con todos los que mantienen esta postura, esencialmente con Unidos Podemos.
Con el No es Sí habrá gobiernos del PP quien sabe para cuántos años, gane Susana o gane cualquier otro chaquetero oportunista. Después del chaqueterismo y las traiciones que ha recibido Pedro Sánchez, incluso dentro de su equipo, ningún candidato del PSOE que no sea Sánchez es ya creíble para una política de cambio con Unidos Podemos
Este orden de prioridades, primero la gente, segundo la alianza con Sánchez y tercero Unidos Podemos, se lo han de aplicar igualmente al pie de la letra en Podemos y dejarse de peleas injustificadas, personalistas e infantiles; y si no lo hace y sigue enzarzado en sus disputas internas, dejará demostrado que no está a la altura de las circunstancias y que no le sirve a la gente para el urgente cambio de gobierno que el país necesita.
En cualquier caso, Nicolás, yo parto de la priorización que te describo. Y el partido que con hechos no demuestre que lo primero es la gente, para mí sobrará, aunque se llame Podemos, se llame PSOE o se llame Sursuncorda
Hay que ser
muy derechosos y muy falaces para proponer a Susana Díaz como candidata
Que todos los dirigentes del PSOE derechosos prefieran a Susana
como la inquilina de Ferraz, tengan mando en tropa o no la tengan (Bono,
Felipe, Corcuera, Guerra, Leguina, Zapatero, Vara, Page, Vázquez, Caballero, Fernández,
Rubalcaba…., ya es un dato como para llevarse las manos a la cabeza y echarse a
temblar, pero si agregamos el miserable y derechoso currículum de la candidata
preferida; entonces sí que es, como para que la militancia socialista haga piña
con Pedro Sánchez o de lo contrario, salirse por pies del PSOE. Veamos qué
títulos nos muestra la ínclita
Presidenta andaluza:
-No haber trabajado en su vida y llevar una eternidad como dirigente del partido en Andalucía.
-Campeona de Europa de paro
general, y aun más grave, de paro juvenil.
-Campeona del mundo, en
clientelismo político con decenas de miles de personas puestas a dedo en el
partido y en las instituciones comiendo la sopa boba, que viven a nuestra costa
y que son los que se tiran a la calle para que el partido gane las elecciones y
seguir con su chollazo.
-Presidir una de las tres
CCAA con mayor grado de corrupción.
-Campeona de España en
fracaso escolar.
-No haber sido capaces en
casi cuarenta años de trasformar el mundo rural de los PER en economía
productiva y empleo real.
-Campeona, quizás del
universo, en demagogia.
Nunca jamás se ha dado un caso, al menos en España, que alguien,
mientras te está mintiendo, te mire a los ojos dando la sensación de que dice
la verdad, sin que se pueda percibir en su expresión, en su voz, en sus gestos
detalle alguno de que está mintiendo. En esa colosal demagoga y en su capacidad
inigualable para mentir, es en la que basa el ala derechosa socialista el apoyo
a la baronesa para Secretaria General. ¡Qué tristeza! ¡Qué estafa más grande a
la ciudadanía! ¡Pachasco no sea la
preferida por el PP!
De los citados gerifaltes, muchos de ellos no cuentan, porque no
creo que tengan crédito ni para conseguir el voto de su familia. Cuentan,
aunque no mucho, Felipe González y Zapatero, que antes de entregarse a la
derecha política y económica, fueron muy apreciados por la militancia
socialista. También cuentan, aunque menos de lo que se piensa, los barones con
mando en tropa en CCAA: Pero cuenta, sobre todo, Rubalcaba, el urdidor maquiavélico
que desde la sombra sigue gobernando todavía el partido entero, a base de
controlar todos los hilos de cuadros y dirigentes y moverlos a su conveniencia
en todo momento. Urdidor, que ha dirigido con verdadera maestría el golpe de
estado a Sánchez, ha impuesto “su” Gestora, y el que tiene preparado
minuciosamente planes A, B, C… para llevar a tan derechosa e impresentable
presidenta andaluza a Ferraz, a la vez que bloquea Pedro Sánchez.
¿Y
cuál sería la propuesta para el cambio? ¿Alianza electoral o alianza pos
electoral?
Pues que si sale adelante de manera creíble la unidad en Vista
Alegre 2 y la militancia socialista le quiere hacer el favor histórico a las
gentes más necesitadas de este país de que gane Sánchez; es decir, si quedan
resueltos favorablemente los dos principales escollos, que un equipo del PSOE y
de Unidos Podemos, se encierren en algún lugar tranquilo y no salgan de allí
hasta que no hayan llegado a un acuerdo común de mínimos, bien concretado, bien
priorizado y con números detrás de las propuestas. Acuerdo que será ahora más
fácil, después de que Sánchez admitiera en su entrevista con Évole la realidad
plurinacional de España. También con un acuerdo claro de dirección floral de
gobierno, que haga muy difícil que los afanes partidistas y/o personalistas malogren
tan necesaria alianza.
Volvemos a lo mismo, si lo primero es la gente, si lo primero es
empezar a resolver el drama que viven varios millones de personas, entonces no
cabe ninguna duda que hay que hacer una alianza electoral que es el camino más
corto para un cambio de gobierno y de políticas. Esto podría conseguirse en dos
años a todo más tardar, que es cuando el gobierno ya habría agotado el tiempo
legal de prorrogar los presupuestos de este año; entonces, con que no pudiera
aprobar otros nuevos bastaría para hacerle caer al gobierno y si no se le tumba
mediante el voto de censura.
Bien es verdad que el PP, viéndolas venir, sea él mismo quien se adelante a provocar la crisis, pero de ahí, lo único que se desprende, es que hay que espabilar y estar preparados para lo peor cuanto antes.
Queda por decir, que con el actual sistema electoral la referida alianza tiene garantizada la mayoría absoluta. Quince millones de personas, más o menos, echaron el voto en la urna en las pasadas elecciones creyendo que votaban cambio, que era lo que les proponían ciertas fuerzas.
Durante este año de elecciones repetidas, todos los partidos se han quitado la careta y, en futuras elecciones, nadie que no fuera esta alianza electoral, sería ya creíble si volvieran a hablar de cambio. Pero es que, aunque no votaran a la misma, por lo que fuera, dos o tres millones de personas de los que quieren cambio, la alianza tendría porcentaje de votos más que sobrado para la mayoría absoluta y, además, se sabe, que si es preciso, siempre se podría contar con el apoyo de algún grupo nacionalista. Por el contrario, presentarse por separado sería conseguir bastantes menos diputados y hacer muy difícil un pacto posterior.
No faltará quien piense tanto por el lado de Unidos Podemos, como de Pedro Sánchez y quienes lo apoyan, que lo mejor ahora es que el PSOE se siga quemando como muleta y sostén del PP y que ya llegará el momento propicio. Sin embargo, si se piensa en la gente antes que en el partido, Sánchez tiene el deber de presentarse gane o pierda y si gana, ambas fuerzas, tienen la obligación inexcusable de volcar todos los esfuerzos en acelerar cuanto sea posible la alianza electoral referida, a fin de acabar cuanto antes con el sufrimiento de tanta gente que lo está pasando mal.
Sé que estas propuestas van a tener bastante rechazo; de ante
mano, el de todos los que, en la práctica, están pensando en su partido antes
que en la gente, pero eso no me importa, al contrario, me apetece distanciarme
de esas ideas, que no comparto en absoluto y menos en momentos tan críticos
como el actual, en el que hay tanta gente que lo está pasando tan mal.
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