martes, 9 de enero de 2018

A propósito del Consejo Estatal de Podemos.

Llevo más de cuatro meses dedicando mi tiempo a escribir un pequeño libro sobre los cambios que precisa Podemos ante los momentos adversos que atraviesa. Pero el análisis y propuestas son de tal calado, que no me ha sido posible acabarlo antes de la celebración de este Consejo Estatal como pretendía.

Y digo pretendía, porque mi postura es constructiva y leal y pretendo que lo conozcan los dirigentes antes que nadie e incluso, si había coincidencias importantes, dejar de publicarlo.

Expongo aquí, tal cual, cuatro o cinco páginas seguidas del borrador, que creo que orientan lo suficiente por donde van mis reflexiones, las cuales también envío a varios miembros de Consejo, por si pudieran serles de alguna utilidad y, en breve, les enviaré el texto entero.

Estas son las páginas... sigue leyendo


Dos disyuntivas: Priorizar las citas electorales o el asentamiento de Podemos

No cabe duda, que si Podemos hubiera aparecido dos años antes, habría irrumpido con un rescoldo mucho más vivo procedente de las llamaradas  del levantamiento pacífico de indignados del 15-M y, a su vez, con mucho más tiempo para consolidar los CÍRCULOS y articular, con debate suficiente, las políticas de Podemos e iniciar el pistoletazo de salida de  elecciones de 2015 en condiciones infinitamente más ventajosas.

Pero Podemos surgió cuando surgió, y darle vueltas a lo que no sucedió, no sirve de nada.

Ante tal tesitura, o bien, no se corría y se daba prioridad a atarse bien los zapatos, o bien se salía a toda prisa a por todas, aunque fuera con los cordones colgando; ya que ambas cosas  a la par eran incompatibles. Así, pues, ante tantos comicios a la vuelta de la esquina, sólo le quedaban a Podemos dos opciones legítimas y válidas, pero excluyentes entre sí:

A) Hacer lo que se hizo: Ir a por todas electoralmente, que implicaba abordar el paso tres antes referido, estando todavía en estado incipiente y sin la mínima consolidación exigible el paso segundo.

Eso obligaba a  estructurarse de manera centraliza, para actuar con eficacia y rapidez ante las batallas electorales tan cercanas y más aún, contando con un hándicap tan grande como la de no tener la  organización del partido consolidada.

Téngase bien presente que las elecciones, quiérase o no, son auténticas batallas; incruentas, pero batallas, que no se pueden abordar desde el buenismo ni al estilo del ejército de Pancho Villa. Y no se pierda de vista tampoco, que en frente había un bipartidismo muy estructurado y muy curtido en tácticas, estratagemas y argucias electorales de las que Podemos carecía. Y  bien que se penalizó en las urnas esa falta de experiencia.

B) O, por el contrario, dar la  prioridad a la consolidación de los CÍRCULOS, a construir y asentar desde el inicio el movimiento político horizontal que pretendíamos y articular las maneras de implicarse dentro de los movimientos de la sociedad civil. O sea consolidar el paso dos. Y no atender los comicios electorales o hacerlo sólo en la medida que dejaran tiempo esas prioridades, a sabiendas que en este caso, los resultados electorales serían testimoniales.

Se acertara o no se acertara, se impuso abrumadoramente la opción A) y ello obligaba a una gran  centralización y jerarquización para librar las contiendas electorales con la eficacia y agilidad requerida. Exigía nada menos que elaborar, asumir, expandir y hacer llegar a la ciudadanía las propuestas y mensajes que se deseaban trasmitir. Todo ello sin estructura, ni  tiempo para respirar.

El verdadero quid de la cuestión

Como es obvio, la  opción A) apoyada por casi todos, implicaba dejar aplazadas las tareas trascendentales de consolidación del partido, todavía en pañales, que se decía serían retomadas como un compromiso obligado donde toda la organización se iba a implicar apenas finalizados los comicios, a fin de concretar y consolidar  ese paso segundo apenas iniciado, y que el momento y el escenario apropiado sería VA II, en el cual deberían  tener toda la prioridad las tareas aplazadas por causas temporales de fuerza mayor. A mi juicio, las siguientes:

*Acabar de raíz con el sistema centralista y de candidaturas de circunscripción única creadas por los núcleos de dirigentes desde arriba, al margen y por encima de los círculos y de las circunscripciones de base.

*Democratización de un Podemos de características horizontales y donde los delegados que formen todos los organismos del partido, incluido el estatal, sean elegidos directamente desde las circunscripciones de base, provinciales, sectoriales, etc

*Extender el partido dirigido desde el reducido ámbito de la docencia universitaria a todos los ámbitos y sectores del conjunto de la sociedad.

*Las votaciones de todos los inscritos e inscritas por sí solas, no indican que el modelo de partido sea o no sea democrático.

*Consolidación de los Círculos y darles a estos un papel protagonista tanto hacia dentro como hacia la ciudadanía.

*Crear una potente Secretaría de Organización dispuesta a romper zapatillas y a hacer varios cientos de miles kms desde ahora hasta la celebración de las municipales.

*Entender la trascendencia del CONSENSO Y LA CORALIDAD en una sociedad y un Podemos tan plurales y adaptar las formas de organizarse de conformidad con este criterio básico y fundamental.

*Que se presenten los candidatos a Secretario General o Portavoces, después de aprobada la política y que el valor principal que se tenga en cuenta para la elección de este cargo sea su capacidad de integración y de generar consenso.

*Corregir los errores de bulto tácticos y estratégicos cometidos en las campañas electorales y las alianzas y pactos,  casi todos ellos achacables a falta de experiencia.

*Acabar de raíz con los enfrentamientos artificiales de 140 caracteres entre dirigentes, que han hecho mucho dañado a la imagen del partido.

*Elevar el listón del código ético, con la obligación de su estricto cumplimiento de todos los cargos a partir de su entrada en vigor.

*Marcar las tareas políticas de carácter estatal que se precisan a tenor de lo que acontece en Cataluña

*Presentar un programa de cambio de las reglas del juego en las Instituciones para limpiarlas de vividores, evitar la corrupción, actuar con más austeridad y eficacia y ahorrarle al erario público un gasto anual de entre doce mil y quince mil millones de euros.

*Y presentar un programa municipal (salvo grandes ciudades) dada la proximidad de estas elecciones.

Nada de esto se abordó en VA II, sino más bien todo lo contrario, y eso dificulta mucho reconducir a Podemos a su espíritu originario. Pero la mayoría social necesita un profundo cambio, tener un futuro y que este sea digno y justo. Y Podemos es la única herramienta, por ahora, de la que dispone la ciudadanía para conseguirlo.

Es, pues, un deber social insoslayable para el partido analizar con inconformismo y espíritu crítico el porqué de su retroceso, antes de que pueda convertirse en una fuerza irrelevante.

Quienes se sitúan acríticamente ante el retroceso, en nada ayudan al relanzamiento y quienes tiran la toalla por desánimo o decepción, tampoco.

No son momentos ni para lo uno, ni para lo otro; sino para redoblar esfuerzos y  reconducir lo que haya reconducir, arrimando una cerilla a las conciencias adormecidas y conformistas para reavivar las llamas, y todos y todas, como una piña, trabajar para recuperar la credibilidad y la ilusión ante la ciudadanía y, en primer lugar, para sacar de las trincheras de la abstención al millón largo de de votantes de espíritu 15M que, desanimados,  se han refugiado en la misma.


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