Hola, Nicolás, una vez
que has pasado lo peor, yo creo que ya tienes ánimo suficiente como para seguir
leyendo mis cartas e ir tomándole el pulso a lo que por aquí acontece que, te
prevengo, no es nada halagüeño.
Vamos con lo más
reciente, amigo, los resultados de las elecciones andaluzas, que debido al
fenómeno de la irrupción de VOX, ha quedado en segundo plano, lo que, visto
desde la óptica de la gente sana, que de corazón, se siente progresista y de
izquierdas, era lo más trascendente: Que PSOE-A y Adelante Andalucía hubieran propuesto en la campaña una alianza a posteriori Pero han hecho todo lo contrario, trasmitir el mensaje
de que no se produciría y cómo ninguna de las fuerzas iba a sacar los diputados
suficientes para gobernar por sí sola, pues era tanto como darles garantías al
PP y Cs de que gobernarían ellos y servirles la gobernanza en bandeja de plata.
Peor imposible.
Estas elecciones se
daban en una situación en que el Partido Socialista de Andalucía, ya no podía
ser creíble por ningún votante progresista
o de izquierdas de corazón propusiera lo que propusiera, tras 37 años seguidos,
cuyo balance extractado era el siguiente
Ser una de las Autonomías
con mayor hedor a corrupción.
La primera de España y de Europa en redes clientelares (tipo PRI mejicano), redes que, por otra parte, cuestan un ojo del
cara, que hay que quitarlo de otras necesidades sociales para alimentar a tanto
zángano de colmena. La primera del país en fracaso escolar; en subsidiación por
no haber sido capaces de trasformar la política de los PER en economía
productiva tras 37 años seguidos y la primera también en paro juvenil.
Y para colmo, con una
Presidenta de la Junta que como el pez, ha muerto por la boca. Era tal el alarde
de demagogia, de populismo y de sentido patrimonialista de que Andalucía era
suya que, como farsas que eran, no podían durar mucho tiempo y ha acabado viéndosele el plumero.
En definitiva, el
Partido Socialista de Andalucía es el único responsable histórico de estos 37 años seguidos de tan calamitosa
política para la Autonomía Andaluza. Y su descrédito era tal, que ofreciera lo
que ofreciera en estos comicios (que tampoco ofreció nada excepto populismo) ya
no podía ser creíble y sólo quedaba por saber, cuántos votos y diputados
perdería. Sin embargo, a nadie le pasaba por la cabeza que ganaría lo que
entendemos por derecha. Pero Adelante Andalucía se encargo de hacer una campaña
tan rematadamente mala, que convirtió en realidad, lo que parecía imposible.
¿Y cómo? Pues muy
sencillo tirando de la ignorancia táctica que caracterizaba a IU, que ha sido
superada -y ya es decir- por una ignorancia todavía mayor de Podemos. Ignorando
que para ello tenía que mantener a sus votantes, conseguir otros nuevos y que los
que forzosamente tenía que perder el PSOE-A fueran a parar a Adelante Andalucía
Pero ha sido tal su descalabro que no sólo no se ha llevado votos de los
400.000 que ha perdido el PSOE, si no
que han perdido 273.000 de los que sacaron entre IU y Podemos en las
elecciones andaluzas de 2015 (33% de su propio electorado)
Metámonos a estrategas
de campaña por un momento, Nicolás, y veamos: ¿Cuál debería ser el
planteamiento de dicha campaña por parte de Adelante Andalucía?. Partir del
único hecho creíble para el sentido común de cualquier votante progresista y de
izquierdas que así se sientan de corazón; esto es: O alianza sí o sí entre PSOE-A
y Adelante Andalucía o vía libre al PP y Cs, porque ni los socialistas por
separado ni Adelante Andalucía podían sacar por si solos diputados suficientes
para gobernar.
Para alcanzar esa mayoría
era evidente que el PSOE-A tras 37 nefastos años no podía hacer nada, propusiera
lo que propusiera, porque ya no era creíble, por cuya razón la tarea de no
perder esa mayoría de izquierda para gobernar recaía enteramente sobre las
espaldas de Adelante Andalucía, que estaba obligada a marcarse una estrategia
que garantizara mantener a todos sus votantes y otros nuevos, amén de recoger
también los votos que forzosamente perderían los socialistas.
Por otra parte como
los males que aquejan a esa CA son muy graves y urgentes de solucionar. Ello
obligaba a Adelante Andalucía a centrarse obstinadamente durante toda la
campaña en ofrecer unas propuestas sencillas y bien priorizadas que la gente se
aprendiera de memoria, para ir atajándolas desde el primer día que empezar a
gobernar, ya que si bien los socialistas no eran creíbles, ellos sí podían
serlo. Sin embargo, ocuparon la campaña perdidos en justas pero estériles acusaciones
Y para conseguirlo,
tenían dos opciones entendibles y apoyables de voto útil: 1ª) Proponer el sorpasso
al PSOE-A como la manera ideal de imponer sus propuestas y 2ª) Demostrar que en
este caso especial, aunque no se
produjera sorpasso, si obtenían de nuevo sus propios votos, más los de nuevos
votantes, más los desencantados del PSOE, también sería un voto muy útil para
conseguir los logros planteados, aunque fuera con más dificultades, dado que los
socialistas tras el nefasto lastre que arrastran no estaban en condiciones de
oponerse a esas propuestas y no les quedaba otro remedio que asumirlas, al
menos las más prioritarias.
Y, por supuesto dejando claro y por escrito: que lo más decisivo no era
si entraban o no entraban en el gobierno, sino crear un comité de seguimiento de
ambas fuerzas, donde los compromisos estuvieran priorizados y tasados sus
tiempos de ejecución, donde trimestralmente se rindieran cuentas ante la
ciudadanía de la plasmación de los acuerdos. Compromisos que habrían de constar por escrito y colgados
en las páginas Web de los pactantes, así como tener un aval notarial.
Pero no, como
consumados ignorantes de la táctica política en general y la electoral en
particular, se limitaron a lo fácil, a decir que la derecha eran todos menos
Adelante Andalucía, porque el Susanismo también era la derecha y que si ganaba
no pasarían de algún acuerdo puntual, y
el elector sano de base progresista y de
izquierdas se quedó huérfano y sin vislumbrar que su voto pudiera ser útil,
porque votar Susanismo, era imposible y votar a Adelante Andalucía, igualmente
estéril; porque era inviable que ellos solos pudieran gobernar y, como es
lógico, dada la inutilidad de su voto, se abstuvieron. Vamos, peor imposible.
Algún día hablaremos del porqué Podemos no da una en el clavo a la hora de
plantear tácticas y estrategias de alianzas.
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