Cuando
los Brincos lanzaron al aire la canción “Nadie te quiere ya”, le pusieron
música y letra melódica. Pero yo, Nicolás, sólo puedo hablarte en una prosa tan
áspera y y cruda como las circunstancias exigen.
Y
es que sigo indignado, que a estas alturas ni Susana Díaz ni Teresa Rodríguez, como candidatas a la Presidencia del gobierno de
Andalucía y cabezas visibles de las candidaturas del PSOE-A y Adelante
Andalucía (A.A en lo sucesivo), no hayan salido todavía a dar la cara, haciendo una autocrítica seria
asumiendo sus grandes errores cometidos y sus gravísimas consecuencias.
Si
ambas, habéis sido las lideresas de esas fuerzas, las dos estáis obligadas a dar la cara sobre el porqué del
más estrepitoso fracaso electoral cosechado por la izquierda, absteniéndose en el ámbito de una sola
Autonomía la asombrosa cifra de 700.000 votantes que concurrieron en 2015.
Las
dos estáis obligadas a pedir perdón por haber dejado a Andalucía en manos de la
derecha, la extrema derecha y la extrema derecha de la extrema derecha y, en
consecuencia, de dar pasos para atrás y ninguno para adelante durante otra
legislativa más, a pesar de ser Andalucía la autonomía que tiene el mayor número
de gente viviendo en la precariedad. sigue leyendo
Hoy Susana Díaz, después Teresa Rodríguez
A mí, Nicolás, me gusta analizar, comparar o
justificar las cosas desde la casa
propia y no la del vecino. Dejo a un lado, pues, a la derecha y me centro en
qué debieron hacer y no hicieron las dos fuerzas políticas andaluzas autodenominadas
de izquierda, teniendo sólo en cuenta los factores internos a nivel
de Andalucía.
Algunos antecedentes que pueden ayudar
a comprender el porqué el PSOE-A ha resistido 37 años en el poder
En
la etapa que me dediqué al sindicalismo, tuve la suerte de recorrerme todo el
país. Esto me permitió comprobar cómo en la Andalucía terrateniente (también
Badajoz), las injusticias, precariedad, sometimiento y humillaciones a los
trabajadores y a toda la gente humilde en general, por parte de un puñado de
terrateniente asalvajados, era mucho mayor que en otras partes.
En
esa situación tan extrema era lógico que cuando se consiguió la democracia
“pluscuan-imperfecta” la
mayoría social con ideología o sin ideologizar, apoyara a las fuerzas de
izquierda y que al propio PSOE andaluz lo recibieran como maná llovido del
cielo.
Habían
sido tantas y tan malas las vivencias y habían quedado tan interiorizadas en la memoria del colectivo
social, que por más que los socialistas viraran cada vez más hacia la derecha,
no resolvieran la mayoría de sus principales problemas y crearan una inmensa
red clientelar y de corrupción, el descontento que generaba se tendía a soportarlo, con tal de no correr el riesgo a
nada que se pareciera a tiempos anteriores. Aunque cada vez menos, porque las
viejas generaciones van desapareciendo por ley de vida y las nuevas no han
vivido aquellas tiránicas políticas
En
realidad, lo que han venido haciendo los dirigentes socialistas andaluces
podíamos denominarlo robo revestido de
legalidad y de un agravio comparativo sin precedentes hacia las capas humildes,
porque tanto los ERES como la inmensa y parasitaria red clientelar montada (zánganos
de colmena) no sólo se hacía con el dinero público de todos, sino que en el
caso de los ERES era robándoselo a los más necesitados a los que iba destinado.
Y la inmensa red clientelar se mantenía año tras año, con el dinero que se
detraía de partidas destinadas a
necesidades sociales.
El PSOE-A, ya no era soportable ni
creíble y solo quedaba por saber qué precio electoral pagaría.
En
definitiva, a mi entender, los miedos y resabios del pasado explican, al menos en buena parte,
el porqué ha tardado tanto en quedar puesto de manifiesto el rechazo de una
gran parte del pueblo andaluz a los socialistas. Pero claro, el currículo de la
dirección del PSOE-A ha sido tan deplorable, que aunque haya costado 37 años,
tenía que desembocar en lo que ha desembocado: En un gran declive socialista, a
cuyos dirigentes ya nadie los cree ni los volverán a creer hasta que no lo vuelvan
a merecer.
Al
PSOE no lo volverán a creer en Andalucía hasta que no haga una gran catarsis
que vaya acompañada de hechos y que sea percibida por la ciudadanía, aunque la
misma, en mi opinión, llega ya demasiado tarde. Y lo que es peor, quizás no
llegue nunca, como ha pasado con los partidos socialistas de Italia y Grecia,
que se enrocaron en sus poltronas y corruptelajes, y prefirieron desaparecer
antes que cambiar. No sé, Nicolás, no sé, pero en las largas gobernanzas se
instala tanto la soberbia y la obsesión
por trepar y/o mantener el cargo, que seguramente ni el aceite hirviendo
serviría para echarlos del puesto.
Ante
este panorama, de robo y enchufismo tan grande por un lado. Y por el otro -en
flagrante contraste- con una precariedad social más amplia que en ningún otro lugar, con el
mayor paro juvenil de Europa, con el mayor fracaso escolar de España, con la
incapacidad o falta de voluntad de transformar los PER en economía productiva,
etc El empeoramiento, el agravio y el antagonismo de las gentes humildes con la
nueva casta dirigente política se ha hecho tan abismal, que la pérdida de
credibilidad del PSOE andaluz es total y ya nadie los cree, digan lo que digan
y prometan lo que prometan.
Se
jugaron como última carta, poner al frente a Susana Díaz, la política más
demagoga que existe en España hoy por hoy, pero la artificial maniobra se les
ha venido abajo y no les quedan más cartas en la manga que jugarse. Por lo que
están obligados a hacer cuanto antes una gran catarsis o caminar a paso ligero hacia la irrelevancia.
Para
mayor desfortuna de Dª Susana Díaz, a su
demagogia sin igual, se une un ego y una
obsesión patológicos e indisimulados por el poder, que ha hecho que ella solita
se desenmascarara. Todos los días y a todas las horas mareando con “su” amada
Andalucía en la boca y que quien se meta con ella se está metiendo con
Andalucía. Y luego resulta, que el amor a su tierra era infinitamente
menor, que su obsesión por salir de San Telmo, cruzar el Despeñaperros e
instalarse en Ferraz, con lo cual pinchó por completo el globo de su vacío
discurso.
Por
otra parte, han querido engañar con el CIS-Tejanos, atribuyéndose que tendrían 15 diputados más
de los que han sacado, con lo que sólo consiguieron echarse tierra a los ojos.
Pensaban que podían seguir engañando a la gente otros cuatro años más y
llevarla a las urnas con el optimismo de las encuestas tejanas. Este mensaje es tan perverso y equivocado, que sólo podía ser
comprado por gente instalada en la soberbia. Electoralmente sólo es rentable
el triunfalismo si el viento sopla a favor, ya que agranda el optimismo y
contagia la ilusión y las ganas de votar.
Pero
mira por donde, Nicolás, el viento daba completamente de frente, arrastraba
toneladas y toneladas de desencanto y
decepción contra la dirección socialista y en ese contexto, el triunfalismo tejano se percibía por una parte
importante del electorado socialista como una auténtica tomadora de pelo, que
entre dientes y por lo bajines seguro que acabó murmurando muchas veces esa feota frase de “anda y que les den” y se quedaron en
casa
El
PSOE-A solo podía frenar la sangría abstencionista si desde lo más alto de su
soberbia hacía un aterrizaje de emergencia y bajaba a la tierra; montaba unos cursillos acelerados,
pero intensos sobre la humildad; pedía perdón abiertamente por todo su malhacer y, a
partir de ahí, ponía sobre la mesa las cinco o seis medidas más apremiantes con
un calendario y con fechas de ejecución de las mismas. Y con esa misma humildad, proponerle a A.A una pacto pos-electoral sincero, donde una de las medidas para
que fuera creíble sería iniciar a fondo y en serio un proceso de desmonte de la
red clientelar.
Pero
claro, por muy evidente que parezcan esas bases mínimas, esperar que las asuman
unos dirigentes tan altaneros, es como esperar que los olmos den peras. Y como nada de esto hicieron y era la
evidencia misma que no les llegaba para gobernar solos, pues estaba que
objetivamente con su política les estaban haciendo el juego a la trilogía derechista.
Y
ahora se encuentran que al no dimitir siquiera su amortizada Presidenta como
principal responsable del fracaso, se ha iniciado un proceso de exigencias
desde los ayuntamientos andaluces que piden por el bien de sus resultados electorales,
que Susana Díaz dimita para no perjudicarlos y como mínimo, que permanezca muda
durante la campaña electoral municipal para no perjudicar y hacerla en cada lugar en clave local.
Y lo peor para ella, es que empiezan a exigirlo cada vez con más fuerza no sólo
los Sanchistas, que también, sino muchos candidatos que hasta hace cuatro días
todavía eran Susanistas.
Y
es que Susana, el ego y la soberbia cuando pasan a ser patológicos, son ya
incurables y si se dan en el grado tan extremo que tú los padeces, no te digo
ya. Dimite, por favor, que nadie te quiere ya.
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