Con esta carta, Nicolás, pretendo conseguir dos cosas. La primera, vencer tu resistencia a comprarte el ordenador, ya que, de lo contrario no tendrás opción a seguir leyendo mis cartas, puesto que, en adelante, te las voy a mandar a través de mi blog, como ya te dije días atrás y tú me aceptaste. Y la segunda, abrir la posibilidad de que accedan a la lectura y al comentario más personas, pues siempre habrá alguien que le pueda intersar lo que te cuente de por aquí.
Me refiero, como ya te dije, a las cartas que no contengan asuntos personales, ya que las demás seguirán siendo privadas, como siempre. Ser tu amigo de pupitre me da la ventaja de conocerte a fondo, de saber lo tradicional que eres en ciertas cosas y de pensar que seguirás prefiriendo echarme tus cartas en el correo y punto. Pero también sé que cuando das una palabra la cumples y aceptaste abrirte un blog, para comunicarnos públicamente, excepto en lo que consideremos privado entre nosotros.
He echado un vistazo a todo nuestro intercambio epistolar desde 2005 y observo que el noventa por ciento de nuestras misivas no contienen nada personal que no se pueda comentar en público. Si te fijas, verás que desde esas fechas hemos hablado casi siempre de lo mismo: que si la comarca, que si las necesidades del mundo rural, que si la crisis, etc. Y cartas de este tenor no está demás que las conozca quien quiera. ¿De acuerdo?
Así que cómprate el ordenador y dile a tu amigo, a ese que dices que sabe tanto de informática, que te enseñe su manejo y a navegar por Internet. Te pongo el blog: http://jeronimolorente.blogspot.com/
¡Ah!, otra cosa, recuerda que me diste el consentimiento para airear la carta que te escribí el 22 de septiembre de 2005 en la que te esbozaba, a grandes rasgos, un panorama general de los graves problemas de nuestra zona. ¿Te acuerdas? Será, pues, la primera carta que ponga en el blog. Bueno, la primera es esta. La pondré en dos veces, porque es larga. Creo que puede ayudar a situarse en la problemática de nuestra tierra a personas que no la conocen y, de paso, pienso que servirá también para ir constatando que desde entonces hasta hoy, algo empieza a moverse. Algo empieza a cambiar, para bien, en nuestra comarca. Ojala que no sea flor de un día, porque si difícil es echar a andar un proyecto más difícil es consolidarlo.
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