El acuerdo de almacenar en un único lugar los residuos altamente radioactivos de todas las centrales nucleares, se tomó por unanimidad en el Parlamento de la Nación en diciembre de 2004, entre cuyos parlamentarios, no se olvide, estaban también los del PP y del PSOE de Castilla-La Mancha. Esa decisión podrá ser todo lo legal y representativa que se quiera, pero es, a mi juicio, una irresponsabilidad, dicho sea con todos los respetos hacia sus Señorías. Una determinación así, solo cabía tomarla tras acordar previamente un proceso que pusiera fin a las Centrales Nucleares y, mientras tanto, funcionar a través de las ATI, o sea, seguir almacenando los residuos donde está ubicada cada central nuclear. Aquel fue un acuerdo parlamentario entre fuerzas que están a favor de la energía nuclear y fuerzas que no lo están. Y en tal situación, el primer deber de los que no están por la continuación de las centrales nucleares era intentar llegar a un pacto estratégico ampliamente mayoritario. Y si fuera necesario, convocar un referéndum, ya que se trata, nada menos, que de la seguridad de todos los españoles. Tras ello, y sólo tras ello, sería el momento de decidir qué hacer con los residuos altamente contaminantes. Sólo tras ganar la batalla del cierre de las centrales nucleares se puede empezar a valorar si es mejor continuar como ahora con los cementerios de residuos individualizados donde están las centrales nucleares o, por el contrario, apostar por un cementerio único centralizado, a pesar del riesgo que supone trasladar por las carreteras españolas durante los días que dure el proceso del almacenamiento de todos los residuos en un único lugar. Pero ¿Y si se imponen los pro nucleares? En ese supuesto, lo que habría sucedido es, que el voto de las fuerzas no nucleares habría servido en bandeja el respaldo legal de un cementerio centralizado a los partidarios de la energía nuclear, o lo que es lo mismo: el respaldo para duplicar el riesgo existente, ya que eso significa dar luz verde al trasiego permanente por las carreteras de España de un material capaz de crear una inmensa catástrofe a poco que haya un escape en un bidón o que un camión tenga un accidente. Y si el trasiego de esos materiales, aunque sea sólo por unos días, conlleva sus riesgos, sobra decir lo que supondría el trasiego permanente hasta quien sabe cuando. Por otra parte, los criterios por medio de los cuales se convoca a todos los ayuntamientos de España a presentar su candidatura de instalar en su término municipal el cementerio centralizado, salieron de una Comisión Interministerial nombrada al efecto, por Real Decreto de 775/2006 de 23 de junio, que son los que ha aplicado después el Ministerio de Industria a través de la Secretaría de Estado de Energía al hacer la convocatoria. Es pues, en esa Comisión gubernamental, donde se coció la indecente jugada de tirar una red llena de billetes a todos los ayuntamientos de España a ver si había alguno que se dejaba comprar y aceptaba colocar en su término el cementerio nuclear centralizado. El ejemplo de dignidad que han dado los 8.200 ayuntamientos de España, echándole la espalda a esa sucia jugada de la Comisión Interministerial a pesar de las necesidades económicas y de desarrollo que tienen, no puede quedar manchado por algunos ediles vendidos de Yebra y/o de otros dos o tres municipios más, indignos del cargo que ocupan. Muy por el contrario, ese gran ejemplo debería servir, para que a esos pocos ediles se les llene la cara de vergüenza, retiren su propuesta, dimitan y se dediquen a otra cosa, y para que el Ministerio de Industria deje desierta la convocatoria, se retome el tema en el Parlamento y se hagan las cosas como se tienen que hacer. Debes saber, Nicolás, por concluir con los antecedentes, que a pesar de que se estén haciendo las cosas de un modo tan irresponsable como es, el que un asunto estratégico de interés Nacional como este se deje depender de lo que decidan unos ediles vendidos de un pueblo determinado, el Presidente Zapatero prometía algo muy distinto en el 2006 con motivo del debate del Estado de la Nación. Prometía esto: “Y paralelamente también está el tema de los residuos, que exige, sin duda alguna, un amplio consenso social de organizaciones defensoras del medio ambiente, que exige el mayor consenso territorial posible y ojala el mayor consenso político, porque, como muy bien sabe S.S., es un problema de hondo calado” ¿Dónde está ese amplio consenso social y territorial prometido? . Dicho en positivo: No hay duda posible, que si el Presidente respeta su propia promesa, no habrá cementerio nuclear centralizado en Yebra, porque aquí ya tiene el consenso que decía, dado que todos los defensores del medio ambiente, todo el territorio y todas las fuerzas del mismo estamos en contra de ese cementerio. En breve te mandaré otra carta exponiéndote mi opinión del porqué debemos rechazar que se ponga el cementerio centralizado en nuestra provincia y de lo que creo que podríamos hacer para impedirlo.
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