Vamos a empezar, Nicolás, por las medias anticorrupción que, a mi juicio, son imprescindibles en relación a la financiación de los partidos políticos. En una o dos cartas más, te hablaré de otras medias que también son indispensables para acabar con esta lacra.
V
Fundamentos de la propuesta:
Para formular la propuesta tengo en cuenta lo siguiente:
* Que los partidos, como tales, no son instituciones públicas que gobiernen ni legislen ni que se hayan creado por sufragio universal. Son asociaciones políticas privadas de personas que han decidido unirse voluntariamente por objetivos comunes. Así, pues, ateniéndonos a su naturaleza, sus gastos de mantenimiento y sus actividades propias no se pueden sufragar con el dinero público de todos los contribuyentes como, vergonzosamente, se está haciendo en España, amparándose en leyes coercitivas injustas y propias de otros tiempos, hechas para beneficio de sí mismos, que deben derogarse.
* Que la realidad de ahora no se parece en nada a la de hace 35 años cuando se inició la transición política. Se parece, o se debería parecer, a las llamadas democracias occidentales consolidadas. Tomo como referencia el modelo alemán, donde la financiación es privada, excepto las campañas electorales, que es el mismo modelo que siguen, con o sin matices, la mayoría de las democracias estables, salvo los países anglosajones, cuya financiación es privada al cien por cien. Sólo excluyo del modelo alemán, las donaciones privadas, ya que estamos hablando de España, donde la corrupción se está colando a espuertas por la grieta de la donación y se ha hecho tan grande que es menester taparla con hormigón armado. Y aún así, ya veremos.
La excepción de financiar con dinero público las campañas electorales me parece necesaria, ya que los candidatos de los partidos precisan comparecer ante la opinión pública a exponer las propuestas y programas para acceder a las instituciones públicas de acuerdo con el veredicto de las urnas. Es decir, las campañas electorales son esencia de carácter público por su finalidad institucional y como tales, deben financiarse.
* Que los gastos electorales se pueden y se deben reducir drásticamente, reuniendo todas las convocatorias (elecciones generales, europeas, autonómicas y municipales) en una sola o a lo sumo en dos y por otro lado, modernizándose; esto es, otorgando una cantidad testimonial a la financiación de carteladas, pancartas y mítines, que son formas decimonónicas, inútiles y costosísimas y poniendo el énfasis, en aquellas fórmulas que permiten acercar de vez las propuestas y mensajes a millones de personas, muy especialmente con intervenciones suficientes de los candidatos en la radio y la televisión, garantizadas por ley y, asimismo, utilizando a fondo Internet y las redes sociales que permiten llegar a la ciudadanía sin costos y, además, con suma rapidez y amplitud.
* Que estas medidas son de carácter excepcional, ya que se pretende con ellas, nada menos, que acabar con la corrupción que nos invade y, en una situación en la que la desafección de la ciudadanía con los partidos es fortísima y generalizada, tanto por la falta de voluntad política demostrada para actuar contra la corrupción durante un cuarto de siglo, como por los malos gobiernos que estamos sufriendo y sus consecuencias sociales, que están siendo dramáticas para millones de personas.
* Que las medidas anticorrupción deben servir también para acabar con otras corruptelas y despilfarros, que para mí, son también corrupción, aunque se amparen en la ley. ¿O qué es si no, Nicolás, sufragar con dinero público las fundaciones de los partidos políticos como si fueran ONGs? ¿O qué es si no costear con dinero de los contribuyentes los gastos privados de mantenimiento y actividades específicas de los partidos y, además, con despilfarros escandalosos de varias decenas de millones de euros al año, destinados, entre otras cosas, a construir monstruosos aparatos con sedes y liberados por doquier? ¿O que es si no, que ese pastón para los partidos “arrebatado por ley” a los contribuyentes para sus gastos privados, todavía les parezca poco y recurran a los préstamos, de los que luego la banca los redime con renegociaciones de las deudas y con condonaciones millonarias? Todo esto, Nicolás, en mi conciencia, es corrupción pura y dura, diga lo que diga la ley.
Ya me dirás, Nico, qué otra cosa, que no sea soborno bancario a los partidos, se le puede llamar sin faltar a la verdad, al hecho de que los bancos y cajas condonen deudas millonarias a los partidos. Por eso, a nadie debe extrañar que los gobiernos (el anterior y este) no quisieran ponerse desde el primer momento a rescatar a los ciudadanos que no pueden pagar sus hipotecas arruinados por las crisis, como les viene exigiendo la plataforma antidesaucios desde hace más de cuatro años y que, en cambio, se apresuraran a rescatar a los bancos y cajas, para devolverles el favor de las condonaciones millonarias, con las cuales la banca tenían cogidos a los partidos por debajo mismo del músculo por donde se orina. Ayer por ti, hoy por mí y los demás que se jodan o que se suiciden.
Propuesta
1) Los partidos deberán financiarse para su mantenimiento y actividades específicas con sus propios recursos a través de las cuotas y/o ayudas de sus militantes y simpatizantes o cooperantes, quedando excluida, por su naturaleza, la financiación pública (dinero de todos los ciudadanos). En este mismo concepto se incluyen las fundaciones de los partidos, que por ser organismos de los mismos y por no realizar ningún papel social concreto, similar a las ONGs, no podrán seguir financiándose con dinero público como lo venían haciendo.
2) Sólo se pondrán financiar con dinero público las campañas electorales, cuyos gastos de las mismas habrán de reducirse drásticamente. Las cuantías que les correspondan a cada partido se fijarán por número de votos obtenidos en las elecciones anteriores que es el único dato objetivo que existe, aboliendo, por injusto y arbitrario, el criterio anterior de hacerlo por número de representantes conseguidos.
3) Las ayudas o cooperaciones que perciban los partidos, no podrán sobrepasar la cantidad de 12.000 euros por cooperante y año, como medida cautelar que impida que la corrupción penetre por esta vía, quedando expresamente prohibido el actual sistema de donaciones de empresas y de particulares.
4) Las cuentas de los partidos deberán ser transparentes y controladas, es decir, declarar año por año el número de militantes y sus ingresos por el concepto de cuotas, las ayudas o cooperaciones de particulares que reciban especificadas una por una con su cuantía y su procedencia y los ingresos procedentes de préstamos u otros. También deberán justificar todos sus gastos de personal, especificando todos los sueldos, y sus gastos en general, así como su patrimonio, en cada ejerció anual. Igualmente todos los cargos liberados que cobran su sueldo del partido deberán hacer pública la declaración de su renta y de su patrimonio, ya que es esta, otra de las grietas, por donde se viene colando la corrupción.
5) Las cuentas de los partidos se auditarán año por año a través de un organismo independiente creado al efecto.
6) Se les prohíbe a las entidades bancarias y financieras condonar deudas a los partidos. Tampoco podrán renegociarlas en condiciones más ventajosas que las que existan para los clientes en general. La violación de la norma se tipificará como delito por corrupción política en el código penal y la culpabilidad recaerá por igual en las dos partes implicadas.
7) Partir del principio de tolerancia cero contra la corrupción política y, en consecuencia, considerar delito con fuertes penas de cárcel a los delincuentes políticos por corrupción, a lo cual me referiré más en concreto en la siguiente carta, en la que expondré las medidas anticorrupción en las instituciones públicas.
Siempre se aprende de ti, Jerónimo. Vales para profe.
ResponderEliminarOtra cosa muy importante para combatir la corrupción es que en la Ley de Transparencia que se esta gestionando, tendrían que incluirse partidos políticos, sindicatos, iglesia..y cualquier otra entidad a la que se destine dinero público.
Las medidas se ponen con los hechos y no con las intenciones. Un abrazo, Jero
primer lugar quiero decir que cuanto más me esfuerzo en aportar soluciones a lo que está pasando –aparte de la crisis económica-, más me enredo en esa maraña de circunstancias que envuelven a esa precaria situación tanto política como institucional que estamos sufriendo, lo que me hace caer en el pesimismo por más que intento evitarlo, si no, no estaría escribiendo estas líneas.
ResponderEliminarPero vayamos al grano. El principal problema que yo veo no es solo la movilización ciudadana, más importante que esta considero es la implicación, empresa difícil tras 35 años limitándonos a votar y dejando nuestros intereses en manos de unos políticos corruptos y serviles a la clase explotadora, hasta llegar a la situación actual con la única alternativa PPSOE. La solución, desde mi modesto punto de vista, pasa por una regeneración política que inevitablemente debe emanar de la ciudadanía, con nuevas organizaciones o desde las bases de los partidos políticos y sindicatos, para lo que se hace imprescindible esa implicación ciudadana. Así mismo huelga decir que todo pasaría por una modificación de la ley electoral y posteriormente de la propia constitución.
También se podría pensar en una ley que limitara el poder de las mayorías legislativas, remitiendo a la aprobación mediante referendun aquellas leyes que afecten a los derechos básicos de los ciudadanos. En una palabra, se deben buscar fórmulas que faciliten la participación democrática si queremos que aumente esta implicación. Para resumir, se hace necesaria una nueva transición hacia una democracia más amplia y participativa, que no será posible con los políticos y leyes actuales.
Solo desde la perspectiva esgrimida anteriormente, podremos hablar de medidas para evitar la corrupción, que si bien comparto en líneas generales las indicadas por ti, Jerónimo, sí me gustaría introducir algunos matices, así como aportar otras nuevas, por ejemplo:
.-El límite de 12.000 € por cooperante podría ser engañoso, imagínate una familia mileurista que puede aportar 100 €, mientras la familia Botín pueda aportar 12.000 € por cada miembro. .-Habría que disponer de un mecanismo que impidiera que esa cooperación voluntaria se convirtiera en beneficio para el cooperante.
.-En cuanto a los préstamos bancarios a los partidos políticos, éstos debería avalar en cantidad suficiente para cubrir el importe prestado, obligándose por ley a las entidades bancarias a ejecutar dichos avales en caso de impago.
.-Otra medida podría ser que Hacienda fuera un poder independiente como es el judicial, de esta forma el control estaría en manos de profesionales y no de los gobiernos. Ojo, no quiero decir que el poder judicial funcione bien, no olvidemos que la corrupción, no es que se haya colado por grietas, es que son verdaderos túneles por los que discurre y mucho el hormigón necesario para taparlos.
En fin, como decía al principio, son tantos los problemas que yo veo que no sé si habré acertado en mi intento de colaborar en este asunto.
Saludos