Empiezo, Nicolás, posicionándome: Votaré a Podemos en las próximas
elecciones autonómicas y generales que se avecinan.
Son muchas las veces que he ido a votar con la nariz tapada al
encontrarme con papeletas que destilaban olor a podredumbre en mayor o menor medida.
Esta vez, al fin, tendré en la cabina las papeletas de un partido nuevo y de
cambio, que merece un diez en los dos únicos aspectos que se le puede juzgar
públicamente hasta ahora como tal partido: El comportamiento ejemplar de sus cinco diputados
en la Comunidad Europea y las finanzas absolutamente trasparentes del partido,
que las tiene colgadas en Internet, en contraste total con las cuentas opacas y atadas a los bancos de
todos los partidos viejos.
Elegir la opción que deseo
y, además, sabiendo que es un voto útil, es algo excepcional, algo que ni en
los mejores sueños podía imaginarme que pudiera acontecerme, dado lo atado que
parecía tenerlo todo el bipartidismo y por la edad que ya tengo. Pero mira por donde, voy
a tener la ocasión de ir a las urnas sin pinzas en la nariz y con la
indescriptible ilusión de acudir a votar un cambio para desalojar del poder a las
viejas élites que tanto daño y sufrimiento le han causado a millones de
personas, que tanto han podrido las instituciones, que tanto dinero han robado
y que tanto han protegido el fraude de los poderosos. Y para colmo, sé que
votaré lo mismo que los sectores más jóvenes, que son los que más precisan abrirle las puertas al
futuro y en ese sentido, mi papeleta será también un voto de solidaridad con
ellos.
Ya sé, Nicolás, que tú nunca me ibas a emplazar a que dijera
abiertamente a quien voy a votar, pero me ha parecido conveniente hacerlo, para
que no quede la más mínima duda sobre la solidez de mi opción, a pesar de las
disonancias que vas a ver en esta misiva sobre Monedero en relación con la
Hacienda. Sigo:
Estoy al cien por cien con Podemos en sus denuncias públicas de
cómo las élites de los viejos partidos y su inmensa cohorte de medios y
tertulianos, se han lanzado como hienas al cuello de los dirigentes de la nueva
formación, con todo un arsenal de difamaciones y mentiras que, además, elevan a
la categoría de gran corrupción, en un intento desesperado de extender la
creencia de que los partidos nuevos son como ellos, a fin de desanimar a los
votantes más dubitativos y limitar lo más posible el auge de Podemos.
El chiste con el que abría la carta en la que me refería a
que Podemos debería elevar el listón de su código ético (Se encuentran dos amigos y el
uno le dice al otro: ¡qué mala suerte tenemos hoy los dos, a ti se te acaba de
morir tu madre y a mí se me acaba de manchar la corbata), ilustra
perfectamente cómo intentan meter en un mismo saco la Gürtel y los Eres, con
cualquier mínimo fallo que puedan suponerle a los dirigentes de Podemos, por
más aberrante y ridícula que sea la comparación.
Fui ayer al podólogo, Nico, y me estuvo comentando, que los
callos de los pies se pueden evitar la mayoría de las veces si se les da a
estas extremidades el tratamiento preventivo adecuado y, de súbito, me vino a
la cabeza que las viejas élites políticas y sus cavernas mediáticas, podrían
maquinar la idea de ponerles espías a los cargos de Podemos para ver cuántos de
ellos tienen callos en los pies a fin denunciarlos públicamente como personas
que deben dimitir de la política, bajo el alegato, de que si ni siquiera se
preocupan de la salud de sus propios pies, menos se van a preocupar de los
problemas de la ciudadanía. Da por hecho, Nicolás, que delirios, aberraciones y
estupideces semejantes se les ocurrirán y los lanzarán en las portadas de los
periódicos y los platós, porque ellos ya no juegan a ganar -se saben
desacreditados y que nadie los cree- y se lo juegan todo a una sola carta:
Intentar desprestigiar a los cargos de Podemos con el todo vale, incluida la mentira y la calumnia, para procurar
desgastarlos y ver, si así, pueden conseguir que no gane el nuevo partido y salvarse
de ser desalojados del poder.
Y no me sorprende, Nicolás, este Indismo cainita, porque visto desde la óptica de esas élites
casposas del bipartidismo que se habían acomodado en las instituciones como si
fueran de su propiedad, llenándolas desde arriba de redes clientelares e
impregnándolas de podredumbre y corrupción, les debe producir verdadero pavor sentir
que se están jugando, nada más y nada menos, que ser desalojados de la finca
del poder, que creían suya y para siempre. No me extraña que ante el gran miedo
de perder su gran bicoca y de lo que pueda aparecer debajo de las alfombras cuando
se pase la escoba, se sientan tan aturdidos y rabiosos y reaccionen tan desesperadamente
contra el nuevo partido que les está moviendo la silla; reacción, que hasta el
momento, se ha vuelto contra los acusadores, porque sólo ha servido para
estimular el crecimiento de Podemos según van indicando todas las encuestas, hasta
las del PSOEPAIS, como no podía ser de otra manera, ya que quienes lanzan las
sandeces son personajes o medios sin credibilidad que no hacen la menor mella
en una ciudadanía ansiosa de cambio, que no es tonta y que, en cualquier caso, encuentra
cero razones para seguir votando a los de siempre.
Me podrías decir que siguiendo esta línea argumental debería
darme igual lo que digan ahora de Monedero y te contestaría, Nicolás, que sí, que
da igual, excepto en un punto, el que se refiere a los pagos a Hacienda, porque
eso es harina de otro costal y lo es, porque para que Podemos pueda sacar
adelante sus políticas sociales básicas con los más desfavorecidos, necesita
recaudar mucho dinero y piensa conseguirlo principalmente haciéndoles pagar más
a las grandes fortunas y combatiendo el
fraude fiscal, lo cual obliga a los dirigentes de Podemos a predicar con el
ejemplo, para tener la credibilidad y fuerza moral necesaria, que reclama una tarea
tan ardua. En este sentido, el día que Monedero haga la rueda de prensa que ha
anunciado, deberá utilizar toda la pedagogía adquirida como profesor para demostrar,
que todo lo relativo a su declaración, se ha hecho correctamente y sin rastro
de que haya existido la menor intención de defraudar en ningún momento.
Si, como es de esperar, consigue demostrarlo con datos y razones inequívocas y logra
convencer, no a la carroña de la inquisición Indista, que eso da igual, porque de todos modos van a decir lo que
les venga en gana, sino a toda la gente, que estando sinceramente por el cambio,
le suscita dudas el proceder de Monedero con Hacienda; pues en ese caso,
debemos luchar todos por restablecer su buen nombre y dar el capítulo por cerrado; pero si no
consigue tal cosa, lamentablemente, no le cabe otra opción a Monedero que la hacerse
a un lado y apartarse de la dirección de Podemos, aunque no se le pueda acusar legalmente
de nada, porque su presencia en la dirección podría dañar la credibilidad de la
política fiscal de Podemos, y eso es sagrado.
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