martes, 23 de mayo de 2017

Así, NO, Pablo Iglesias; excluyendo, NO

¿Acaso no es cierto que podemos surgió desde arriba a partir de un grupo de profesores y profesoras?   

¿No es cierto, asimismo, que  Carolina, Iglesias, Errejón  y Echenique fueron destacando ante la ciudadanía a nivel general como las cuatro personas con más credibilidad y notoriedad pública?                       

¿No  lo es, igualmente, que entre las veces que aparecieron en los medios públicos en calidad de invitados e infinidad de veces más por su actividad pública, consecuencia de  tantas elecciones seguidas, acabaron por ser personas conocidas por toda la ciudadanía y admirados por una parte muy amplia de ella?                      

¿Y no es evidente también, que aportaba cada cual una personalidad, un perfil y unos matices diferentes pero complementarios, que más que sumar, suponían un factor multiplicador por el atractivo que aportaba la armonía de trabajo en equipo desde la pluralidad?                         

 ¿Y no lo es, que mucha gente votaba a la marca Podemos sin más, pero muchísima también,  lo hacía atraída por el tirón personal de ésta o la otra persona de las cuatro citadas? Continúa leyendo


¿Hay alguna duda que después de las divisiones, sobre todo entre Iglesias y Errejón, surgió el desánimo en una parte del electorado que, por otra parte, se ha percibido por parte de los posibles votantes, más como una división personalista que de contenido?                      

¿Y  es que alguien que no sea un sectario irremediable puede dudar, que a los vencedores de Vista Alegre II les ha podido la soberbia y han hecho una pésima utilización de la victoria, al apartar de la acción pública y mediática a dos personas como Carolina y Errejón, que por sí mismas arrastran muchos cientos de miles de votos?

¿Y puede haber personas tan desconocedoras de la política, y en concreto de la electoral, que no lleguen a entender que la superación de Vista Alegre II pasaba inexorablemente por ver a los cuatro dirigentes en la vida pública ejerciendo codo con codo las principales responsabilidades? Y no sólo por dar imagen unitaria, sino también, porque en las tareas que desempeñaban Carolina y Errejón, cualquier sustituto o sustituta estaba mucho menos capacitada que ellas.

Y si se pretendía feminizar el puesto de portavoz del Congreso ¿No era acaso Carolina, hoy por hoy, una persona mucho más idónea por madurez, preparación y credibilidad que Irene Montero para desempeñar esa responsabilidad?                      

¿Cómo se puede digerir que Errejón tuviera que dejar las  tertulias de hora 25 por orden de la Directiva de Podemos? ¿O que el otro día en la Puerta del Sol en una cita estatal de esa importancia, no les dejaran dirigir la palabra a la audiencia a ninguna de las dos personas? Eso, lisa y llanamente, supone retirar de la relevancia pública a ambos y meterlos en la nevera como se hace a modo de castigo con los árbitros, que arbitran mal.

Ganar y hacer después un Consejo y una Directiva estatales proporcional a los resultados, ya es de por sí una política poco inteligente con los perdedores, porque se puede y se debe demostrar generosidad que es mucho más conciliador y positivo; pero no haber respetado ni siquiera la proporción es una actitud de arrogancia y soberbia de los vencedores impositiva e incalificable, mucho más cuando la realidad en Podemos y fuera de Podemos es plural y no es posible mayoría de ningún tipo, si no mediante la tolerancia, la generosidad y el encuadre de todas las sensibilidades

Pero haber metido, además, en la nevera a Errejón y Carolina, eso sí que  ya no tiene nombre; eso es dejarse por el camino a muchos cientos de miles de votos, tanto por lo que arrastraban las dos personas citadas directamente, como porque Pablo Iglesias no es un líder aglutinador indiscutible. Suscita pasiones, sí, debe ser el líder, sí, pero sin perder de vista ni por un segundo, que genera también bastante rechazo, que mira por donde, es el  que canalizaban  y atraían las dos personas relegadas.

No se puede hablar con un mínimo de credibilidad de atraer a los que nos faltan, cuando se demuestra con hechos, que ni siquiera caben los que están; cuando dos de los cuatro mejores, ni juegan y ni siquiera están en el banquillo, sino que se les envía a la grada.

Pero quizás lo más grave de todo, es que se haya caído en la ceguera de no querer ver los pasos hacia atrás que Podemos está dando, porque si se admitieran, a continuación podrían corregirse y rectificarlos.

¿O es que no es un aviso clamoroso, que a pesar de la crisis y el drama descomunal en que se halla sumido el PSOE; U. Podemos en vez de pegar un repunte fuerte, retroceda? ¿O no es también un gran aviso y fracaso, que solo participe en una consulta tan importante como el voto de censura un 18 o un 31% de los inscritos, según el baremo que se tome? ¿O es que tampoco se sabe ver y analizar la abismal diferencia de concurrencia en la puerta del Sol entre el día 31 de Enero del año anterior y esta del 20 de mayo?

Pues nada, sigamos así, sigamos asidos a Pablo Iglesias como única referencia que arrastra con fuerza a un sector, pero que genera también muchas reticencias y rechazos, sigamos con Errejón en la nevera y dejemos un importante espacio libre a Pedro Sánchez; pero luego no nos lamentemos si en vez de avanzar hacia el 25, 26 o 27% que podríamos alcanzar haciendo las cosas bien; retrocedemos hacia el 15 o el 14%

He escrito esta carta de forma interrogativa, con el sano deseo de que incite a la reflexión para que se analice por qué se está retrocediendo y enderezar el rumbo antes de que sea demasiado tarde.

Me espero unas cuantas críticas por privado, como me ha pasado otras veces que he hecho cartas parecidas, pero no me importa, porque si hay a quien le molesta que se critique una política que les parece bien tal y como está orientada, a mí también me duele muchísimo, que no podamos acercar a los que faltan, porque ni siquiera caben los que están, ni siquiera dos de las cuatro personas más valiosas.





















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