Sigo, Nicolás, hablándote de la corrupción protegida por la
ley. Hoy, sobre las cuevas de ladrones en que han convertido las administraciones
públicas los que nos vienen gobernando, desde las que ya no es posible
gobernar si no se hacen profundos cambios en las mismas, que las limpie de los
grandes enjambres repletos de zánganos que se han instalado en ellas, para que las
abejas puedan trabajar de forma decente, trasparente,
austera y laboriosa. Ni siquiera un partido nuevo podría hacer apenas nada,
desde unas instituciones tan podridas y clientelares Quedaría atrapado,
igualmente, en el mismo fango.
Estamos en un estado laico, Nicolás, y Jesucristo,
aunque quisiera, no podría bajar con un vardusco
a desalojar de las instituciones a los
mercaderes y ladrones que las están pudriendo y saqueando. No es de su
competencia. Pero sí es facultad de la
ciudadanía atiborrar las urnas de votos de cambio para que otro gobierno nuevo
y cercano a la gente pueda gobernar y barrer el cenagal en el que se han
convertido las administraciones.
Soy consciente de que Podemos lleva poco tiempo en danza, que sus dirigentes andan desbordados y que no se les puede pedir el oro y el moro de súbito. Pero aun así, creo que no le están dando la prioridad requerida al problemón que se van a encontrar al día siguiente de la investidura en el caso de que gane el cambio.
Soy consciente de que Podemos lleva poco tiempo en danza, que sus dirigentes andan desbordados y que no se les puede pedir el oro y el moro de súbito. Pero aun así, creo que no le están dando la prioridad requerida al problemón que se van a encontrar al día siguiente de la investidura en el caso de que gane el cambio.
Se van a encontrar con unas herramientas institucionales
tan podridas, que no van a poder dar pasos hacia adelante, si no hacen reformas
inmediatas y profundas en ellas. De no realizarlas, ya podemos imaginarnos lo que pasará:
Se irá cayendo poco a poco en las mismas corruptelas, despilfarros, clientelismos,
etc, en los que hallan sumidos los que han venido gobernando, porque las
administraciones las han ido transformando en instrumentos para esos sucios
menesteres y han quedado prácticamente inutilizadas como herramientas útiles, trasparentes
y eficaces al servicio de la ciudadanía, que
es lo que deberían ser.
Hacer un diagnóstico claro de las corruptelas que se están dando en las administraciones y disponer desde ya mismo de un discurso de las reformas concretas que se precisan para atajarlas es, en primer lugar, la mejor manera de estar preparados para las tareas que aguardan en este terreno al día siguiente de la investidura; de lo que hay que suprimir, restringir o cambiar para funcionar decentemente y con eficacia.
Hacer un diagnóstico claro de las corruptelas que se están dando en las administraciones y disponer desde ya mismo de un discurso de las reformas concretas que se precisan para atajarlas es, en primer lugar, la mejor manera de estar preparados para las tareas que aguardan en este terreno al día siguiente de la investidura; de lo que hay que suprimir, restringir o cambiar para funcionar decentemente y con eficacia.
Pero es, en segundo lugar, conectar plenamente con las
demandas que viene reclamando masivamente la ciudadanía desde el 15-M en las
redes sociales, en la calle y en todos los medios donde puede expresarse; con
lo cual, miel sobre hojuelas, porque tener
propuestas claras desde ya mismo de las profundas reformas que precisan las
administraciones, supone una gran ventaja electoral para Podemos, dado que sus
contrincantes en la disputa del poder, están en absoluta inferioridad en este
terreno, porque nadie los cree, al ser los dirigentes de estas fuerzas los
causantes de haber podrido las instituciones durante más de treinta años
seguidos y lo que te hubiera rondado
morena, de no ser, porque la gente -mucha de sus propios partidos- se ha
plantado y ha dicho: basta ya.
Y es, en tercer lugar, rescatar para la inversión pública y para
primeras necesidades sociales más de tres mil millones de euros cada año,
que ahora van a parar injustificadamente a los bolsillos de los políticos y toda
la larguísima red clientelar que tienen detrás de militantes, familiares y
amigos, que es en lo que han convertido a las instituciones y a los propios
partidos que dirigen.
Dicho sea entre paréntesis, Nicolás, no quiero pasar por
alto, que entre todos los que queremos el cambio, los que peor lo tienen son
los centenares de miles de militantes, simpatizantes y votantes de las fuerzas que
hay que desalojar del poder, pues aunque tengan las mismas ganas de cambio que
todos, debe ser bastante duro para ellos, dejar de votar a un partido en el que
creían y con el que tenían afinidad. Por eso, Nicolás, me quito el sombrero
ante todos los seguidores de esos partidos que, esta vez, se inclinan por votar
el cambio y considero su postura de gran transcendencia, pues sin esos votos
valientes no se podría conseguir la mayoría que se precisa para que un partido
nuevo pueda gobernar.
En fin, Nicolás, todas las reformas -supresiones, restricciones
y cambios- que hay que hacer en las administraciones para liberarlas de
corruptelas y ponerlas al servicio de la gente y para rescatar tres mil millones
de euros para el bien público, requeriría escribirte una carta por cada medida,
pero haré un esfuerzo de síntesis y te las expondré todas en la carta siguiente,
confiando en que las entiendas, pues casi todas ellas están en el debate
público y el que más y el que menos, ya va teniendo sus ideas al respecto. Lo
que sí abordaré en misiva aparte, es la financiación de los partidos, porque es
un asunto más de fondo y complicado de lo que parece.
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