domingo, 21 de diciembre de 2014

O se limpian las administraciones de podredumbre o no se podrá gobernar para la gente (IV)

 

Sigo, Nicolás, hablándote de la corrupción protegida por la ley. Hoy, sobre las cuevas de ladrones en que han convertido las administraciones públicas los que nos vienen gobernando, desde las que ya no es posible gobernar si no se hacen profundos cambios en las mismas, que las limpie de los grandes enjambres repletos de zánganos que se han instalado en ellas, para que las abejas puedan trabajar de forma decente, trasparente, austera y laboriosa. Ni siquiera un partido nuevo podría hacer apenas nada, desde unas instituciones tan podridas y clientelares Quedaría atrapado, igualmente, en el mismo fango.
Estamos en un estado laico, Nicolás,  y  Jesucristo, aunque quisiera, no podría bajar con un vardusco a  desalojar de las instituciones a los mercaderes y ladrones que las están pudriendo y saqueando. No es de su competencia. Pero sí es facultad de la ciudadanía atiborrar las urnas de votos de cambio para que otro gobierno nuevo y cercano a la gente pueda gobernar y barrer el cenagal en el que se han convertido las administraciones. 
Soy consciente de que Podemos lleva poco tiempo en danza, que sus dirigentes andan desbordados y que no se les puede pedir el oro y el moro de súbito. Pero aun así, creo que no le están dando la prioridad requerida al problemón que se van a encontrar al día siguiente de la investidura en el caso de que gane el cambio.

Se van a encontrar con unas herramientas institucionales tan podridas, que no van a poder dar pasos hacia adelante, si no hacen reformas inmediatas y profundas en ellas. De no realizarlas, ya podemos imaginarnos lo que pasará: Se irá cayendo poco a poco en las mismas corruptelas, despilfarros, clientelismos, etc, en los que hallan sumidos los que han venido gobernando, porque las administraciones las han ido transformando en instrumentos para esos sucios menesteres y han quedado prácticamente inutilizadas como herramientas útiles, trasparentes y eficaces  al servicio de la ciudadanía, que es lo que deberían ser.
Hacer un diagnóstico claro de las corruptelas que se están dando en las administraciones y disponer desde ya mismo de un discurso de las reformas concretas que se precisan para atajarlas es, en primer lugar, la mejor manera de estar preparados para las tareas que aguardan en este terreno al día siguiente de la investidura; de lo que hay que suprimir, restringir o cambiar para funcionar decentemente y con eficacia.
Pero es, en segundo lugar, conectar plenamente con las demandas que viene reclamando masivamente la ciudadanía desde el 15-M en las redes sociales, en la calle y en todos los medios donde puede expresarse; con lo cual, miel sobre hojuelas, porque tener propuestas claras desde ya mismo de las profundas reformas que precisan las administraciones, supone una gran ventaja electoral para Podemos, dado que sus contrincantes en la disputa del poder, están en absoluta inferioridad en este terreno, porque nadie los cree, al ser los dirigentes de estas fuerzas los causantes de haber podrido las instituciones durante más de treinta años seguidos y lo que te hubiera rondado morena, de no ser, porque la gente -mucha de sus propios partidos- se ha plantado y ha dicho: basta ya.
Y es, en tercer lugar, rescatar para la inversión pública y para primeras necesidades sociales más de tres mil millones de euros cada año, que ahora van a parar injustificadamente a los bolsillos de los políticos y toda la larguísima red clientelar que tienen detrás de militantes, familiares y amigos, que es en lo que han convertido a las instituciones y a los propios partidos que dirigen.
Dicho sea entre paréntesis, Nicolás, no quiero pasar por alto, que entre todos los que queremos el cambio, los que peor lo tienen son los centenares de miles de militantes, simpatizantes y votantes de las fuerzas que hay que desalojar del poder, pues aunque tengan las mismas ganas de cambio que todos, debe ser bastante duro para ellos, dejar de votar a un partido en el que creían y con el que tenían afinidad. Por eso, Nicolás, me quito el sombrero ante todos los seguidores de esos partidos que, esta vez, se inclinan por votar el cambio y considero su postura de gran transcendencia, pues sin esos votos valientes no se podría conseguir la mayoría que se precisa para que un partido nuevo pueda gobernar.  
En fin, Nicolás, todas las reformas -supresiones, restricciones y cambios- que hay que hacer en las administraciones para liberarlas de corruptelas y ponerlas al servicio de la gente y para rescatar tres mil millones de euros para el bien público, requeriría escribirte una carta por cada medida, pero haré un esfuerzo de síntesis y te las expondré todas en la carta siguiente, confiando en que las entiendas, pues casi todas ellas están en el debate público y el que más y el que menos, ya va teniendo sus ideas al respecto. Lo que sí abordaré en misiva aparte, es la financiación de los partidos, porque es un asunto más de fondo y complicado de lo que parece.

No hay comentarios:

Publicar un comentario