martes, 28 de junio de 2016

Mi valoración de las elecciones desde la óptica de Unidos Podemos



Me siento bien, mal y compresivo al mismo tiempo, Nicolás.

Me siento bien

Me siento bien, Nicolás, porque parece un sueño  hecho realidad el hito histórico de conseguir 71 diputados en tan corto tiempo de existencia de Podemos, porque  esos resultados son base más que suficiente para ganar las siguientes elecciones generales si se trabaja aceptablemente bien y porque la marca Podemos tiene más y mejor imagen que el propio candidato a Presidente, que es lo verdaderamente trascendente. Es un bien de incalculable valor que prime siempre el colectivo, sobre las personas individualmente.

Me siento bien, porque he votado por la única opción de cambio clara que existe, porque he votado lo mismo que la mayoría de los jóvenes, que hoy por  hoy son quienes tienen cerradas las puertas del futuro a causa de las malas políticas del bipartidismo; muy especialmente por los dos últimos años de Zapatero y los cuatro del PP.

Me siento bien, por último, porque por primera vez he podido depositar el voto con la cabeza y el  corazón plenamente conciliados: voto útil y de conciencia al mismo tiempo En esta ocasión no he tenido que votar con pinzas en la nariz. Me siento bien, porque estoy seguro que la noche del escrutinio dormí mejor que gente que eligieron otras opciones que obtuvieron mejores resultados, no para ellos ni para la gente humilde, sino para los partidos a los que votaron

Me siento mal


Me siento mal al mismo tiempo,  Nicolás, porque Unidos Podemos ha tenido un pésimo resultado electoral en comparación al obtenido el 20D

Me siento mal, sobre todo, porque el mal resultado supone que las desigualdades, el paro, el empleo precario que no da para vivir, la participación política de la ciudadana,  el cerrojazo al futuro de la juventud… se demoran una legislatura más y, se necesita ser más insensible de lo que yo soy para que no te duela un retraso tan grande en reconducir una  situación cada vez más injusta e insoportable. Me siento mal, porque en Europa se retrasa también la posibilidad de llevar una voz a Bruselas antiaustericida y defensora de lo social, de los derechos humanos y de la solidaridad.

Me siento mal, porque tengo el pleno convencimiento que el trío de fuerzas autollamadas constitucionalistas son la garantía de que todo seguirá igual o peor, formen el gobierno que formen; aunque no tengo la menor duda, que lo harán con un lenguaje lo más parecido posible al de Podemos para intentar confundir e incluso que tomarán alguna medida positiva  de tenor menor, pero con mucho bombo, con el mismo fin de confundir y contrarrestar a Podemos los tres al unísono, como han hecho durante todo la campaña, echándose los tres al cuello del enemigo común, al cuello  de Unidos Podemos

Me siento comprensivo

Me siento comprensivo, Nicolás, con los Círculos que, en estado embrionario todavía y con mayoría de gente nueva llena de buenas intenciones  y preparada, pero poco o nada bregada en la acción política, les ha tocado afrontar un año brutal con varias contiendas electorales por medio y han llegado a esta última, muy desgastados y con la lengua fuera y eso, en alguna medida, ha sido una de las causas que ha mermado la eficacia de la campaña.

También comprendo a los cientos de miles de jóvenes que antes votaron a Podemos y ahora se han abstenido por no acabar de convencerles aquel Podemos en el que creyeron al principio.

 Y por último, también era comprensible que el hecho de que Podemos e IU, hayan pasado en tan poco tiempo de una fuerte competencia electoral a una alianza, no creaba las condiciones más propicias para que éste pacto sumara y menos para que multiplicara.

En cuanto si se han abstenido más los de una fuerza o los de la otra, no saldrá de mi boca una sola palabra de reproche, porque aunque me encontraba entre los que no veía bien esta alianza, tal y como publiqué en un artículo de la Nueva Alcarria, lo cierto es, que la mayoría aplastante de los inscritos votaron a favor de este pacto y, a partir de ahí, soy uno más asumiendo el acuerdo  que conlleva trabajar por la creación de un clima de confraternidad para que en las próximas generales no sólo se produzca una suma, sino una multiplicación. En resumen: respeto todas las abstenciones, aunque me duelan en el alma, porque con su voto habríamos dado el sorpasso

Finalmente decirte, Nico, que me quedan por comentarte dos apartados más, uno bastante crítico referido a cuatro o cinco errores de bulto que, a mi juicio, han incidido para mal en la campaña electoral y el otro comentando las sólidas razones que existen para la esperanza, para que otra política distinta pueda ser, al fin, una realidad, pero eso será en la carta que recibirás mañana miércoles o el jueves. De momento, lee ésta detenidamente y se discrepas en algo, no dudes en hacerme un comentario y lo mismo les digo a los lectores del blog




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