Me siento bien, mal y compresivo al mismo tiempo, Nicolás.
Me siento bien
Me siento bien, Nicolás, porque parece un sueño hecho realidad el hito histórico de conseguir
71 diputados en tan corto tiempo de existencia de Podemos, porque esos resultados son base más que suficiente
para ganar las siguientes elecciones generales si se trabaja aceptablemente bien
y porque la marca Podemos tiene más y mejor imagen que el propio candidato a
Presidente, que es lo verdaderamente trascendente. Es un bien de incalculable
valor que prime siempre el colectivo, sobre las personas individualmente.
Me siento bien, porque he votado por la única opción de
cambio clara que existe, porque he votado lo mismo que la mayoría de los
jóvenes, que hoy por hoy son quienes
tienen cerradas las puertas del futuro a causa de las malas políticas del
bipartidismo; muy especialmente por los dos últimos años de Zapatero y los
cuatro del PP.
Me siento bien, por último, porque por primera vez he podido
depositar el voto con la cabeza y el
corazón plenamente conciliados: voto útil y de conciencia al mismo
tiempo En esta ocasión no he tenido que votar con pinzas en la nariz. Me siento
bien, porque estoy seguro que la noche del escrutinio dormí mejor que gente que
eligieron otras opciones que obtuvieron mejores resultados, no para ellos ni
para la gente humilde, sino para los partidos a los que votaron
Me siento mal
Me siento mal al mismo tiempo, Nicolás, porque Unidos Podemos ha tenido un
pésimo resultado electoral en comparación al obtenido el 20D
Me siento mal, sobre todo, porque el mal resultado supone que
las desigualdades, el paro, el empleo precario que no da para vivir, la
participación política de la ciudadana,
el cerrojazo al futuro de la juventud… se demoran una legislatura más y,
se necesita ser más insensible de lo que yo soy para que no te duela un retraso
tan grande en reconducir una situación cada
vez más injusta e insoportable. Me siento mal, porque en Europa se retrasa
también la posibilidad de llevar una voz a Bruselas antiaustericida y defensora
de lo social, de los derechos humanos y de la solidaridad.
Me siento mal, porque tengo el
pleno convencimiento que el trío de fuerzas autollamadas constitucionalistas son la garantía de que todo seguirá igual o
peor, formen el gobierno que formen; aunque no tengo la menor duda, que lo
harán con un lenguaje lo más parecido posible al de Podemos para intentar
confundir e incluso que tomarán alguna medida positiva de tenor menor, pero con mucho bombo, con el
mismo fin de confundir y contrarrestar a Podemos los tres al unísono, como han
hecho durante todo la campaña, echándose los tres al cuello del enemigo común,
al cuello de Unidos Podemos
Me siento comprensivo
Me siento comprensivo, Nicolás, con los Círculos que, en
estado embrionario todavía y con mayoría de gente nueva llena de buenas
intenciones y preparada, pero poco o
nada bregada en la acción política, les ha tocado afrontar un año brutal con
varias contiendas electorales por medio y han llegado a esta última, muy
desgastados y con la lengua fuera y eso, en alguna medida, ha sido una de las
causas que ha mermado la eficacia de la campaña.
También comprendo a los cientos de miles de jóvenes que antes
votaron a Podemos y ahora se han abstenido por no acabar de convencerles aquel
Podemos en el que creyeron al principio.
Y por último, también
era comprensible que el hecho de que Podemos e IU, hayan pasado en tan poco
tiempo de una fuerte competencia electoral a una alianza, no creaba las
condiciones más propicias para que éste pacto sumara y menos para que
multiplicara.
En cuanto si se han abstenido más los de una fuerza o los de la
otra, no saldrá de mi boca una sola palabra de reproche, porque aunque me
encontraba entre los que no veía bien esta alianza, tal y como publiqué en un
artículo de la Nueva Alcarria, lo cierto es, que la mayoría aplastante de los inscritos
votaron a favor de este pacto y, a partir de ahí, soy uno más asumiendo el
acuerdo que conlleva trabajar por la
creación de un clima de confraternidad para que en las próximas generales no
sólo se produzca una suma, sino una multiplicación. En resumen: respeto todas
las abstenciones, aunque me duelan en el alma, porque con su voto habríamos
dado el sorpasso
Finalmente decirte, Nico, que me quedan por comentarte dos
apartados más, uno bastante crítico referido a cuatro o cinco errores de bulto
que, a mi juicio, han incidido para mal en la campaña electoral y el otro
comentando las sólidas razones que existen para la esperanza, para que otra
política distinta pueda ser, al fin, una realidad, pero eso será en la carta
que recibirás mañana miércoles o el jueves. De momento, lee ésta detenidamente
y se discrepas en algo, no dudes en hacerme un comentario y lo mismo les digo a
los lectores del blog
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