lunes, 4 de julio de 2016

Sobre la pérdida de más de un millón de votos de Unidos Podemos



 Sabes, Nicolás, que soy un apasionado amigo de la reflexión y el análisis socio-político; que no hay nada que me llene más.

 Así, pues, entenderás que no haya nada a  lo que le esté dando más vueltas que a la reflexión de lo que haya podido pasar para que se haya dado una contradicción tan grande entre lo que vaticinaban todas las encuestas y los resultados obtenidos en las urnas  con Unidos Podemos, que es la única opción que me interesa.  A las otras tres, cuanto peor les vaya, mejor para el país y, en especial, para sus gentes más humildes en general y los jóvenes en particular.

Ya te dije en la carta anterior, que pese al tortazo, me parece un éxito histórico sin precedentes, que en tan poco tiempo se hayan conseguido 71 diputados y que yo me siento muy contento y feliz por ello, pero ahora toca analizar el porqué de semejante abstención y hacer la autocrítica que proceda. Y, en la siguiente, te hablaré de  la parte que más clara tengo: las tareas que nos aguardan que, al fin, podremos abordarlas con más tranquilidad y con la mirada larga en el horizonte de tres y cuatro años. Tres para las municipales y cuatro para las generales, cuyo objetivo debe ser ir a ganarlas, para lo cual tendremos que reconducir el discurso, y mucho.

Reconducirlo, Nicolás, es retornar al espíritu de cuando nacimos, desde la gente a través de los CIRCULOS, o mejor dicho desde su reconstrucción, que ahora mismo están agotados y muy disminuidos de tanta contienda electoral, de tanto correr y echarse los zapatos al mismo tiempo. Como te digo, esto será en la siguiente, pero déjame que te enuncie por adelantado las tres tareas que considero absolutamente prioritarias: 1) LOS CÍRCULOS, 2) LOS CÍRCULOS Y 3) LO CÍRCULOS.

Detesto, Nicolás, el oportunismo de criticar a toro pasado y más aún, hacerlo en negativo y, por lo mismo, voy a basarme principalmente en las opiniones y aportaciones que ya te he expuesto en otras misivas colgadas en el blog; principalmente en las cartas del 9, 13 23 y 29 de mayo de 2016.  El 16 y 20 de noviembre y  9, 15, 21 y 29 de  diciembre de 2014   y los días 12 y 20 de enero de 2015, dedicadas estas ocho últimas, al asunto de la corrupción y a la necesidad de un fuerte adelgazamiento de las Administraciones e Instituciones por arriba (sin que afecte a los trabajadores) a las que puede echarle un vistazo cualquier lector que lo desee.

LA ABSTENCIÓN SUFRIDA.

Abstenerse no es perder los votantes, sino sólo tenerlos descontentos y, por lo tanto, cabe recuperarlos siempre que se corrijan las causas por las que no han votado a Unidos Podemos el 26J y sí lo hicieron, en cambio, a Podemos, las confluencias, IU y Equo  el 20D. Discrepo de la teoría del miedo a la que se culpa en gran medida de la fuerte abstención sufrida por miedo a ganar. No me cuadra que tantos votantes de Unidos Podemos, los menos miedosos de todos los electores, se hayan quedado en casa por miedo. Me cuadra mucho más, que haya sido por descontento y decepción.

No quiero entrar, Nicolás, en cuántas abstenciones han provenido de IU, cuántas de Podemos y cuántas de las confluencias, y no tanto porque sean cuestiones de análisis interno, que en parte lo son, como porque desde Podemos ya se está haciendo una encuesta, que sin duda aportará datos infinitamente más precisos que los que pueda aportar aquí. No obstante, con todos los datos o sin ellos, se han cometido entre el 20D y el 26J ciertos errores de manual que, a mi juicio, han influido mucho en la abstención  que son los que voy a exponer:

El  mal ambiente entre Podemos e IU no era el adecuado para una alianza electoral, ni tampoco el que más favorecía para que se siguiera visualizando la política de los de abajo contra los de arriba, que en este crítico momento que vivimos sigue siendo transcedental. Pero el hecho es, que así se decidió desde el Consejo Estatal y con el refrendo  vinculante de los inscritos que fuimos consultados para la ocasión y, por tanto, nos toca a todos asumir colectivamente este acuerdo, con independencia de lo que  a toro pasado nos haya parecido a cada uno. No hacerlo así, es puro oportunismo y de los oportunistas hay que huir como de la peste. Yo, Nicolás, me encontraba entre los contrarios a esta alianza por las razones que di el 9-10-2014 en un artículo publicado en la Nueva Alcarria:  http://nuevaalcarria.com/articulos/alianza-podemos-iu-es-sumar-o-restar. Pero aunque sin demasiada convicción voté SÍ cuando se nos consultó a los inscritos y desde ese instante me corresponsabilizo plenamente de la alianza y de los resultados

Errores de forma cometidos en el proceso de negociación:
El primer error fue, que la propuesta de gobierno de coalición no debía haber llegado más allá de haber dicho: “la Presidencia para Sánchez, la vicepresidencia para Iglesias y los ministros se negociarán proporcionalmente a los resultados obtenidos”. Y, por supuesto, explicar bien las razones del por qué era imprescindible un gobierno de coalición. Explicar que los acuerdos se toman para comprometerse con ellos y garantizar su cumplimiento y que eso pasa por no darle un cheque en blanco a nadie, sino corresponsabilizarse  participando en el gobierno, máxime con el PSOE, tras la larga trayectoria de promesas incumplidas que tienen a sus espaldas las dos fuerzas del bipartidismo.

•El segundo, el inoportuno momento elegido para proponerlo. Sánchez, estaba  reunido con el Rey para asumir la investidura y tocaba sí o sí dejar que hablara a la salida y al día siguiente o al otro, salir Podemos con su propuesta de programa y de gobierno de coalición; ello hubiera impactado muy favorablemente en la opinión pública, pero tal y como se hizo, sonaba a oportunismo. Oportuno y oportunismo, aunque parezcan conceptos derivados el uno del otro etimológicamente hablando, en el lenguaje usual, son antitéticos. Son torpezas mal gestionadas en la forma, que han perjudicado a Podemos, máxime cuando al acecho estaban los buitres políticos de los autollamados llamados partidos constitucionalistas y todas sus buitradas de medios, plumíferos y comentaristas dispuestos a devorar la pieza, al mínimo fallo.

•El tercer error -también de forma-  se  cometió el día de la ruptura definitiva de las negociaciones. Se debió salir a hablar tras la reunión y dar la cara ante la prensa como se había prometido, aunque sólo fuera para decir que no habían visto ninguna posibilidad de pacto, pero que no podían adelantar más, porque primero querían reunir a la dirección y valorarlo y también consultar a las confluencias, antes de tomar una posición pública definitiva.

Errores de fondo

El cuarto error -este de fondo- fue la carencia de explicaciones claras e irrefutables  de Podemos en relación al pacto a la valenciana. No se ha sabido pasar de la cantinela genérica de su enunciación y no se le ha trasmitido a la gente que el PSOE no ha querido nunca ese pacto a pesar de los datos tan apabullantes que teníamos para demostrarlo.
Se tenía el dato de que el PSOE primero estampó la firma de un pacto con Ciudadanos, que aparte de ser inasumible en lo económico, era un aliado que se oponía radicalmente a que en ese pacto estuviera Podemos. Teníamos la prueba de que ese pacto a la valenciana también lo rechazaba totalmente el PSOE; bastaba con apelar al documento demoledor del acuerdo del Comité Federal del PSOE del día 28 de diciembre (véase Pérez Tapias).

Y, por último,  tampoco se ha sabido desenmascarar la absoluta falsedad de los dirigentes socialistas de que no daban los números para un pacto a la valenciana, cuando lo cierto era que 161 diputados más 6 del PNV que estaba chupado conseguir, daban 167, que eran diputados de sobra para la envestidura en una segunda sesión, máxime cuando se tenía asegurada la abstención de las minorías catalanas. Pero es que, además, en número de votantes daban las mayores cifras de respaldo directo a un gobierno que jamás haya recibido ningún otro desde el inicio de la democracia, incluidas las legislaturas de mayorías absolutas: 11.642.375 votantes y 11.943.960 si se suman también los del PNV

 ¿Y cómo es posible que no se haya intentado siquiera desmontar y dejar en ridículo las falacias del PSOE? Yo, Nicolás, no me lo explico, pero como dice Ana Pastor en su programa del Objetivo de la Sexta “estos son los datos y suyas son las conclusiones” Y claro como las falsedades del PSOE no se desmontaron, pues ellos se permitieron el lujo de agregar otra mentira más: la pinza Podemos- PP, cuando la evidencia prueba que hubo que ir a nuevas elecciones por culpa exclusiva del PSOE, que se negó taxativamente en todo momento a que se formara un gobierno progresista y de cambio a la valenciana. Siempre me quedará la duda de si hubiera podido esquivar ese pacto el PSOE, si Podemos no hubiese estado tan desacertado y tan falto  de reflejos para poner en evidencia las tretas y las mentiras socialistas.

En la campaña electoral todavía peor

Una causa que no ha ayudado  precisamente a ganar votos la explico en la carta del 23 de mayo, dirigida a los mayores que peinamos canas. Vengo a decir, que se ha hecho un discurso simple y equivocado al apelar solamente a los viejos luchadores que trajeron la democracia, es decir, apelar a nadie, porque en términos electorales, los viejos luchadores son (somos si se me autoriza incluirme) los únicos mayores que ya teníamos el voto decidido de ante mano por ideología, hábito y fidelidad. Los mayores que había que ganar eran, justamente, todos los demás y singularmente, los mayores que tienen hijos y nietos que lo están pasando mal y con las puertas del futuro cerradas.

Otra es, que la alianza nos ha hecho perder de vista por completo el insistir, a pesar de ello, en los de abajo y los de arriba, al menos por parte de Podemos. Cierto que con la alianza era más difícil introducir este mensaje, pero de ahí no se infiere que hubiera que abandonar un menaje tan transcendental.

Siempre se ha dicho que una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad  (prefiero omitir el autor al que se le  atribuye la frase por lo que repudio su ideología) pero la realidad demuestra que la frase tiene mucho de cierta y las dos  mentiras clamorosas propagadas por el PSOE (( no daban la cifras para un gobierno a la valenciana y PP y Podemos le hicieron la pinza para que Sánchez no fuera presidente) las ha repetido el PSOE tanta veces, que han terminado por obtener de ellas un gran beneficio electoral, sin lo cual, su descalabro hubiera sido mucho mayor todavía.

Sabían los socialistas, mejor los sociolistos, que en seis encuestas seguidas donde se preguntó a la gente a quien consideraban culpable de que hubiera que repetir las elecciones, la gran mayoría, entre un cuarenta y un cincuenta por ciento, culpaban al PSOE y también sabían, que al que se considerara como principal culpable de repetirlas, pagaría un precio en las urnas. Pero hete aquí, que Podemos diseñó una campaña meliflua respecto al PSOE, que consistía exactamente en que cada vez que el PSOE atacara a Unidos Podemos, no se entrara al trapo y se limitaran a decir, “que no se confundieran de adversario porque tendrían que ser aliados después”.

Los socialistas se dieron cuentan que si repetían y repetían y repetían  y volvían a repetir hasta la saciedad sus mentiras y Podemos eludía las respuestas, sus falacias  podían transformarlas en medias verdades o verdades enteras; pues era la conclusión lógica que podía sacar cualquier ciudadanan@, que no  estuviera muy avezado en el juego de las feas maniobras políticas. Si oye que unos acusan sin cesar a la otra parte de actitudes graves y ésta, lejos de refutárselas, se sale por la tangente, pues la conclusión es muy sencilla: Lleva razón el que ataca, porque el otro no es capaz de refutarle

Se habló tanto de que la campaña iba a estar polarizada por los dos polos del espectro político, que todos lo dimos por hecho, pero lo cierto es, que en la práctica enseguida se vio que era: todos contra Unidos Podemos y muy especialmente los socialistas, sin embargo, no se supo ver que esta actitud del  PSOE, implicaba cambiar la estrategia, implicaba dejar la blandenguería  a un lado y desenmascarar las burdas mentiras socialistas que intentaban descaradamente cargarle el mochuelo de la repetición de las elecciones a Podemos. 

Por otra parte, esta política tan “fraternal”, adobada de argumentos que trasmitían la impresión de que casi pensábamos igual,  le ha permitido al PSOE dos cosas: la primera evitar que hubiera fugas de votantes del PSOE (digo de votantes, no de militantes  que son dos cosas muy distintas) a Unidos Podemos, pues como decía un amigo mío: pensaba  votar esta vez a Unidos Podemos, pero  vosotros mismos me habéis convencido de que siga  votando a los socialistas, pues si somos tan parecidos y pensamos casi igual no tiene sentido que cambie el voto. La segunda consecuencia, es que ha desilusionado a muchísimas personas que provenían del 15-M, de los que “PP y PSOE la misma mierda es” y que no les cabe en la cabeza que ahora se mimen a los mismos contra los que ellos se indignaron y ocuparon las plazas considerándolos culpables.

Y para acabarla de joder, nos sale Pablo loando la socialdemocracia y elogiando a Zapatero cuando fue precisamente el Presidente quien concitó mayor indignación en las plazas por haber estado negando la crisis constantemente, por ser el pionero de los primeros rescates de la banca, por decir amén en Bruselas y asumir acríticamente la  política del austericidio, el primero en aplicar recortes a los funcionarios y a los pensionistas, el primero en abrir de par en par las puertas al despido libre con su abaratamiento etc. Conozco a varias personas que no han ido a votar esta vez decepcionadas por lo que acabo de exponer y bueno habría sido, que en la encuesta  se hubiera preguntado también, si estos elogios a Zapatero les ha influido en la abstención.

Con todo, no seré yo quien pida la dimisión de Pablo Iglesias o por lo menos, no por ahora, y ello por  cuatro razones: La primera, porque Pablo lleva poco tiempo en escena y ha hecho un trabajo en Podemos inconmensurable. La segunda, porque ya tiene bastante con el acoso nunca jamás conocido, que se está ejerciendo contra él desde todas las buitreras. La tercera, porque confío que se dará cuenta del alcance de estos errores y más pronto que tarde hará la correspondiente autocrítica. Y la cuarta, porque soy enemigo furibundo de polarizar los debates en torno a personas o líderes, ya que cuando esto ocurre, la discusión se personaliza absolutamente y el debate de los temas de fondo que importan desaparece por completo.

 Resumiendo: Alianzas de gobierno con el PSOE  SÍ, pero no, porque seamos iguales o parecidos. No, porque tenga nada que ver su actitud con la nuestra. No, escondiendo o minimizando la verdad. No, callando cuando nos acusan falsamente para encubrir sus  propias culpas. Sólo, porque la correlación de fuerzas obliga a pactar con alguien y, a la hora de buscar aliados sólo nos queda el PSOE  con el  que existen  profundos antagonismos, pero también ciertos puntos del programa bastante semejantes en torno a los cuales se debe intentar pactar


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