Ayer por la tarde leyendo anécdotas sobre los cónclaves para
elegir Papa y después por la noche, escuchando al dirigente socialista Rafael
Simancas en una entrevista sobre la investidura a Presidente del Gobierno (dos
datos en apariencia sin relación) me vino a la cabeza la idea de hacerte esta
carta de tenor distinto a otras que te he enviado.
A la muerte del Papa Clemente IV en 1.268, los cardenales se
tiraron la friolera de tres años sin ser capaces de elegir un nuevo mandatario eclesiástico; pero hete
aquí que la propia ciudadanía religiosa, harta ya de tanta demora, forzó a los cardenales
a reunirse en el Palacio Episcopal de la ciudad de Viterbo cerrándolo a cal y
canto y no permitiendo a los mismos otro sustento que pan y agua hasta que no
eligieran Papa. La medida dio frutos inmediatos y en un santiamén fue elegido pontífice Gregorio X.
De inmediato, Nicolás, me vino a la cabeza la idea de que los
militantes y votantes de los tres partidos autodenominados por ellos mismos
como partidos constitucionalistas, podían forzar a sus dirigentes a encerrarse
en cualquier lugar en las mismas condiciones que los cardenales entonces y, en un abrir y cerrar
de ojos, seguro que habría acuerdo de envestidura.
Me preguntaba para mis adentros, Nico ¿cómo es posible que no
se pongan de acuerdo PP y PSOE si en esencia tienen las mismas políticas?
Verás: PP y PSOE han decidido sendos rescates bancarios; sus
deudas a los bancos les son condonadas a ambos; en Europa son aliados; uno y
otro han demostrado con hechos la aplicación de recortes a los más humildes en el
tiempo que a cada cual gobernó durante la crisis; de la reforma constitucional y del
artículo 135 ni hablemos; el descomunal
esquilme de los caudales públicos por sus señorías del Congreso y del Senado con
infinidad de viajes sin justificar, no les llevó a que se conociera la magnitud
de la estafa, sino a ponerse de acuerdo para taparla; en las tarjetas black de
bankia el mangoneo fue común; las privatizaciones de empresa públicas los dos
partidos las han practicado por doquier; de la corrupción los dos partidos
están pringados hasta las orejas, con más intensidad del PSOE en la primera
etapa y del PP en la segunda; de nepotismo y clientelismo los dos andan bien
servidos; lo mismo cabe decir de las reformas laborales; del abandono absoluto
de un sinfín de comarcas rurales deprimidas; del tema catalán etc. Y no sigo para no
hacerme más pesado, que no porque no haya más coincidencias.
De Ciudadanos ¿qué decir? El único rasgo en el que pretendían
diferenciarse de los dos partidos referidos era el asunto de la regeneración
política y resulta que pactan, en la Andalucía de los Eres con Susana Díaz y en
el cenagal de Madrid con el PP. Creo que con eso ya está dicho todo.
En fin, que consideraba inexplicable que no buscaran una
salida entre las tres fuerzas y que me parecía el colmo de la paciencia, que los
seguidores de los tres partidos no estuvieran ya movilizados para encerrarlos
donde fuera y tenerlos a pan y agua hasta que salieran con una solución de investidura.
Pero hete aquí, que por la noche en la 13 escucho una entrevista
a Rafael Simancas, donde todo giraba en torno
a quien tenía más culpa, si el PP o el PSOE, de que no hubiera una
salida a la envestidura y se lo tiraban
a la cara el entrevistador, el
entrevistado y los tertulianos, de que eso no era mirar por el país, sino mirar
por el partido, según la fuerza a la que defendía cada cual. Pero en un momento dado,
el Sr Simancas, no pudo más, le entró un ataque de sinceridad y soltó el BOMBAZO.
El PSOE no puede abstenerse nunca jamás porque si lo hiciera
dejaría de defender los intereses generales del país, que pasan en estos
momentos por cerrarle el paso al populismo y para eso es necesario que el PSOE
aparezca como verdadera alternativa, cosa que sería puesta en duda si el PSOE
se abstuviera. Pero si me quedé atónito ante el arrebato del Sr Simancas, aún
aluciné más si cabe, al ver la cara que se les quedó a todos los tertulianos,
que no supieron responderle, porque en el fondo se dieron cuenta que ese era el
quid del asunto, para quienes no quieren cambiar realmente las
cosas (a lo sumo cuestiones de forma), o sea, los tres partidos
citados.
Visto lo visto, creo que si no públicamente, al menos sí en
privado, se irá imponiendo no solo en el PSOE, sino también en el PP la idea de
que lo mejor para el país, o sea para su bipartidismo, aunque sea imperfecto, es
que el PSOE no se moje y juegue en las mejores condiciones posibles su papel de
falsa alternativa, para intentar taponar
el “populismo”, que sí es una alternativa real.
En función de ello, podrían abrirse dos nuevos escenarios,
hasta ahora no comentados, al menos en público. Ambos nefastos para Cs y
también para que sean lo más desfavorables posibles a Unidos Podemos y las
confluencias. El primero sería la envestidura
de Rajoy en segunda sesión pactando con PNV y Cs. Con los primeros lo tiene más
fácil, presentándolo el PNV como un voto sin otra pretensión que salir del
bloqueo, pero con un acuerdo de legislatura secreto que se pondría en marcha
tras las elecciones autonómicas en Euskadi próximas a celebrarse y a los segundos,
porque dado el carajal en el que se han metido, tienen todas las papeletas para
que el PP los deje reducidos a su mínima expresión, hagan lo que hagan
La segunda salida, si no cuajara la primera, sería que Sánchez
se presentara con una propuesta draconiana de gobierno monocolor y unas medidas
naif que se las propusiera a Ciudadanos y a Podemos, con la pretensión de intentar
salvarle la cara a Cs por segunda vez y de desgastar a Podemos tanto si acepta
como si no. Y, de no cuajar, ir a unas nuevas elecciones, donde el PP
finiquitaría prácticamente a Cs, mientras que a Unidos Podemos y las
confluencias, tratarían de machacarlos entre los demás partidos, culpándolos
de ser los únicos responsables de que haya que repetir las elecciones por tercera vez al no
haber votado a favor de la investidura del “progresista” Sánchez.
Son sólo hipótesis las que te expongo, pero tan lógicas o
más, que las que se vienen manejando.
Pero en medio de tanta miseria y basura política, Nicolás, uno
al menos se siente bastante colmado de dignidad y satisfacción de formar parte
de aquellos que se implicaron en la lucha contra la dictadura y ahora de apoyar
a la única alternativa que existe: Unidos Podemos y las confluencias, ante la
degradación de la democracia, que tiene responsables concretos: PP y PSOE.
Lo adorne como lo
adorne, el PSOE, su formación es parte del problema y no la alternativa a nada. Ha sido y
podría ser la alternancia al PP, o sea, un mero cambio de un gobierno por otro,
para practicar después, en casi todo, la misma política; pero jamás la
alternativa, que es una cosa radicalmente distinta, porque supone un cambio
sustancial de las políticas que se vienen practicando desde hace muchos años
por el bipartidismo.
Los que hemos formado parte de la caída de la dictadura y ahora de la alternativa de Unidos Podemos y las confluencias, no creo que
lleguemos al medio millón de personas, porque la gran mayoría de este voto de alternativa real fue voto joven. Creo que ese medio millón o los
que seamos, tenemos más motivos que nadie de nuestras generaciones, de tener la
conciencia ausente de remordimientos y de sentir una satisfacción interna, que
sólo pueden disfrutar quienes en ambas circunstancias han estado en el lugar
que debían estar.
Algo es algo, aunque mejor sería estar menos satisfechos a nivel personal y ver superada esta
degradación de la democracia con una auténtica alternativa, con una política
nueva en lo esencial que hoy por hoy está representada en Unidos Podemos y las
confluencias. En fin, no queda otra que luchar desde el parlamento y desde la
calle, para conseguir una mayoría suficiente que posibilite dicha ALTERNATIVA dentro de tres años y pico. SÍ, SE PUEDE
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