Nicolás, la segunda de las dos opciones que te comentaba en
la carta anterior tiene visos de imponerse y, aunque la prefiera a la primera,
como es lógico, también me da miedo, porque a tenor de lo comprobado, yo no veo a los dirigentes de Podemos capaces
de salir airosos de esa circunstancia, salvo que se hiciera algo urgente y
convincente para evitarlo.
Ese algo, a mi juicio, requeriría de una Asamblea
Extraordinaria de Podemos convocada tan
pronto se supiera que Rajoy no va a ser investido y que Sánchez se ha postulado
para intentarlo. Dicha Asamblea tendría como único punto del Orden del día:
Autocrítica
por la mala campaña electoral del 26J llevada a cabo, rectificación a fondo y
concreción de la táctica a seguir con el PSOE y Cs ante la posible propuesta
que nos lanzarán ambos partidos para investir a Pedro Sánchez.
La opción de Rajoy es muy difícil que salga adelante, por
mucho que la desee el PP, Cs, Bruselas;
el Ibex, los amigos de los negocios con tiranos Cebrián y Felipe González, los
dinosaurios, varios varones y la
varonesa del PSOE, porque tal y como se han puesto las cosas, es casi imposible
incluir a la minoría catalana y que Cs diga SÍ, mientras que el PSOE lo más
probable es que diga NO, dada la correlación de fuerzas en este partido a favor
del voto negativo. Quedaría el PNV, que, en ese contexto, daría igual lo que votara.
Así, pues, Nicolás, parece estar cercano el momento de la posible,
que no segura, postulación de Pedro Sánchez a través de un pacto
PSOE, Cs y Podemos o Unidos Podemos, que es, por otra parte -¡oh casualidad!-
lo que piden las 450 personalidades en su manifiesto
pagado como publicidad el jueves pasado en El País. Si el pacto fuera asumible
para Podemos, pues tema resuelto, se vota a favor y ya está, pero para nada es
descartable, máxime teniendo en cuenta los antecedentes, que PSOE y Cs ofrezcan
a Podemos o Unidos Podemos y las confluencias, un pacto draconiano e inasumible,
parecido al que ya pactaran en su día el PSOE y Cs con las políticas económicas
de Cs y aderezos sociales del PSOE. ¿Cómo serán de malas para que 125 de ellas
las asuma el propio PP?
ENVESTIDURA o
LEGISLATURA.
Comprender bien la diferencia entre ambas figuras es crucial tal y como están las cosas en estos momentos. Votar envestidura y legislatura a la vez, supone
no solo envestir al candidato, sino el compromiso de hacerlo a través de un
pacto que implique impulsar un programa conjunto durante todo el mandato,
sea mediante una coalición de gobierno o sin ella.
Pero también se puede votar envestidura solamente dando el
voto o absteniéndose, según exijan los números, a los solos efectos de que salga
envestido un Presidente, y sin ningún compromiso posterior con el mismo, ni con
su gobierno. Y no sólo eso, sino explicando en la propia sesión de envestidura
con total claridad, que se va a estar nítidamente en la oposición, porque no se
comparten las políticas del gobierno que va a salir, pero que como no queda más
salida que investir a un presidente o ir a las terceras elecciones, se prefiere
lo primero, y se actuará desde la oposición.
Y dentro de votar solamente envestidura, también cabe otra
opción, votar No e ir a otras elecciones con todas las consecuencias y con todo
el precio que haya que pagar por ser acusados de ser lo culpables de tener que
ir a las urnas por tercera vez.
Ni que decir tiene, que la primera opción, la de un pacto de
investidura y legislatura, es lo deseable, pero un pacto así tiene que ser un
pacto digno y consensuado por todos y no un trágala, donde dos partes le quieran
imponer sus políticas a la otra. También deben existir obligatoriamente
organismos públicos de seguimiento, para garantizar que se lleva a la práctica
lo pactado tanto en el contenido como el calendario que se establezca y ello se
puede hacer con un pacto de coalición de gobierno, que es la mejor fórmula o, a una mala, a través
de un organismo público de seguimiento entre
las partes. Si se hace un pacto así, pues miel sobre hojuelas, aunque esté
también Cs.
¿Pero y si se quiere imponer un trágala, un pacto draconiano
a Podemos o a Unidos Podemos, que no se pude asumir? ¿Qué se hace?, porque hay
que estar preparado también para lo peor, pues como dice el refrán, para las cuestas arriba quiero mi burro, que
las cuestas abajo yo me las subo. Ante una imposición así, solo caben dos
opciones: votar No a la investidura e ir a las terceras elecciones o votar Sí para
que la envestidura sea posible, pero actuando desde la oposición en todo
momento.
Dar una respuesta acertada a esto dos últimos supuestos, sólo
es posible si se tienen en cuenta tres circunstancias que están ahí y que
ignorarlas o minusvalorarlas podría llevar a Podemos a estrellarse. La
primera, la de votar No a la investidura y llevar a la ciudadanía por tercera
vez a las urnas, va a suponer recibir un castigo muy fuerte para el partido que
consideren el principal culpable de esta tercera concurrencia. La segunda, que
si esa culpa se le imputar a Podemos, como sería el caso, el castigo
sería mucho más fuerte, porque cuenta para hacerle una salvaje propaganda en
contra con todas las buitreras políticas y mediáticas del país, mientras que si
el causante fuera otro, las críticas estarían más repartidas y serían más moderadas.
Y la tercera, que está muy reciente todavía es, la pésima
campaña electoral llevada a cabo por Podemos el 26J, de la que aún no han dado señales
sus dirigentes de ser conscientes de ello y por lo tanto, de rectificar. No voy
a cansar recordando todos los errores cometidos porque ya están dichos en
recientes cartas colgadas en el blog, pero hay uno, que sí lo voy a traer a
colación por lo mucho que puede afectar sino se rectifica, ya que el error ha
sido tan grave que merece un CERO ROTUNDO.
Me refiero a la posición inexplicable de todos los dirigentes
de Podemos de no defenderse y revertir la acusación cuando todos los socialistas
políticos y tertulianos se cebaron con Podemos acusándolos machaconamente de
ser los responsables de ir a las segundas elecciones y los dirigentes de
Podemos tragaron y callaron siempre ante tan falsas acusaciones (el que calla otorga)
cuando era evidente que los acuerdos del
Comité Federal del PSOE del 28 de diciembre de 2015 vetaban a Podemos del pacto,
tal y como ha denunciado hasta cansarse Pérez Tapias miembro de dicho Comité,
veto que también imponía Cs.
Que en plena campaña electoral el propio culpable de repetir
las elecciones por segunda vez, El PSOE (entre el 40 y el 50% culparon a este
partido de ser el culpable en seis encuestas consecutivas) te endose la culpa a
ti de tal repetición y que los dirigentes de Podemos se calle vez tras vez, es
algo que no cabe en la cabeza de ningún ser humano, y menos en una campaña.
Y si el PSOE culpaba a Podemos de repetir las segundas
elecciones a pesar de que eran ellos los culpables y consiguieron revertir la
situación por la inexplicable actitud de Podemos, no te digo ya, cómo pondrían
a Podemos ahora si no hubiera dado un Sí de investidura Pedro
Sánchez y pudieran cargarle el mochuelo de que las terceras elecciones son
culpa del No de Podemos en la misma.
En definitiva, si no se pudiera acordar un pacto digno, sería
preferible facilitar la envestidura de Sánchez, pero actuando en todo momento
desde la oposición, que votar No a la envestidura y tener que asumir las
consecuencias de culpabilidad de ir a terceras elecciones. Aunque cualquier
acuerdo, debería pasar por una Asamblea Estatal Extraordinaria tan pronto se
supiera que Rajoy no ha sido investido y que Pedro Sánchez se postula para intentarlo, que es el supuesto
del que estamos hablando.
Ya sé que a día de hoy no están las cosas centradas en este
debate, pero los dirigentes que se precien de serlo, deben ser previsores y no
desprevenidos, pues como dice el dicho Camarón
que se duerme se lo lleva la corriente
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