Denle las vueltas que quieran amigos del
medio rural y no rural. Una, mil, diez mil, las que quieran, y verán cómo
llegan a la conclusión de que las acciones contra la despoblación y la
reactivación de las comarcas deprimidas, sólo tienen una salida: La
ley de desarrollo sostenible para el medio rural de 2007 (en adelante LDSMR) y
decreto (752/2010) para su aplicación. En lo sucesivo omito el Decreto, pues
cada vez que cite la Ley, me refiero a ambas piezas conjuntamente. Las demás
propuestas, sin excepción, son fuegos artificiales, en la mayoría de las
ocasiones pensadas para cargarse la LDSMR. SIGUE....
Esta Ley concreta las 105 comarcas
despobladas que denomina a “revitalizar” y otras 84 llamadas “intermedias” que
también se hallan en proceso de despoblación. Entre las 189 ocupan el 72% de la
superficie del país y todas están ubicadas en la España Rural Interior. También
especifica la LDSMR, la aplicación obligatoria de un
paquete de medidas trasversales, a modo de Planes Integrales, en cada una de
las 189 comarcas para combatir su despoblación, revitalizarlas y
garantizar una calidad de vida digna en ellas. Y, asimismo, la creación de
organismos con agentes de las propias comarcas con capacidad de hacer propuestas
y ejercer el seguimiento en la ejecución.
Pero la LDSMR excluye
expresamente de estas ayudas a las áreas rurales que la ley
llama periurbanas,que son las zonas de distancias inferiores a 45
kms de las capitales, por considerar que disponen de mejores infraestructuras,
servicios y oportunidades, que las 189 comarcas antes citadas. Y, por supuesto,
también excluye a las capitales.
Y llegamos al quid de la cuestión: Que
mientras la LDSMR obliga a invertir todo el dinero presupuestado a revitalizar
las 189 comarcas despobladas y, prioritariamente, las 105 que se
encuentra en una situación más crítica; los políticos y los empresarios, no
quieren utilizar ni un solo euro en las mismas, ya que los principales
caladeros de votos y de ganancias no está en estas 189 comarcas, sino en las
áreas periurbanas y las capitales que son las que quedan fuera de la LDSMR.
En definitiva, el PP, no quiere ni oír
hablar de la LDSMR y parte del PSOE tampoco. Y aunque la LDSMR la sacaran los
socialistas, ahora quieren dar marcha atrás, para no verse obligados a
descender con el dinero a las 189 comarcas más despobladas.
Pero en política, los que no quieren
asumir cambios o ir al fondo de los asuntos siempre readaptan su discurso para
mantener su statu quo, al menos en lo esencial. Primero se
apropian del lenguaje de los que piden soluciones, intentando que la ciudadanía
piense que todos dicen lo mismo y si se ven muy forzados, ceden en aspectos
secundarios pero no en lo principal. En línea con este deplorable axioma
universal de la política imperante, PP y PSOE decidieron cargarse la LDSMR,
dejándola en un cajón en vez de reactivarla como procedía. Para ello, formaron
una Comisión en el Senado y, cómo si la LDSMR no existiera, empezaron de nuevo
a hacer otras propuestas que se parecieran en todo a la LDSMR, menos en
un punto, el de la obligatoriedad de hacer descender el dinero a las áreas
despobladas, para así utilizarlo después donde a ellos les interesa: capitales
de provincia y aéreas periurbanas.
La Comisión del Senado se constituye en
2014 por consenso, despliega toda la parafernalia al uso,-consulta con expertos
y entes relacionados con el mundo rural- y finalmente sacan unas conclusiones,
en las que se apropian de dos aspectos esenciales de la LDSMR (huyendo de aquel
que les estorba, como quien huye de la peste). Se apropian de las medidas
trasversales (hasta 50) y del ámbito, admitiendo que la despoblación se da en
toda la España Rural Interior. Pero liquidan a su vez, la OBLIGATORIEDAD de
que el dinero presupuestado se invierta en las comarcas necesitadas.
Recientemente, han rehecho la Comisión de Senado que había quedado paralizada
por las contiendas electorales, reforzándola con un Comisionado del
Gobierno aprobado en Consejo de Ministros en Enero, bajo el
control de Soraya Sáez de Santamaría, que coloca en la Comisión del Senado a
una tal Edelmira de la máxima confianza de la Vicepresidenta; para intentar
darle credibilidad a lo que es una mortal puñalada por la
espalda a la LDSMR.
Es obvio que esta maniobra deliberada
perpetrada desde el Senado, si logra imponerse, traiciona por completo las
esperanzas de las 189 Comarcas deprimidas, impidiendo que el dinero se aplique
a las mismas. No obstante, y por encontrarle algo positivo a una maniobra tan
nefasta para la LDSMR, sirve, al menos, para delimitar el terreno de juego, en
el sentido de que se carga de raíz todas las propuestas que no tengan
naturaleza trasversal o de plan integral, y también todas las de ámbitos
reducidos que no abarquen al conjunto de las 189 comarcas de la España Rural
Interior, entre ellas, la que pretendían políticos y empresarios de Cuenca,
Soria y Teruel o el denominado proyecto Serranía Celtibérica, propuestas que
estaban creando confusión; aunque a la Serranía Celtibérica siempre le cabe la
posibilidad de proponer alguna actividad de carácter cultural que realce sus
señas identitarias.
Por otro lado, la VI conferencia de
Presidentes de las CCAA y el Gobierno celebrada en Enero, va exactamente en la
misma línea que la Comisión del Senado. Nada menos que ocho CCAA consideran que
tienen comarcas despobladas en su interior y piden que para el reparto de los
fondos a las CCAA, se tenga en cuenta el concepto de despoblación, ya que en
muchas de sus comarcas rurales olvidadas, los costes de los servicios son
superiores en relación a los habitantes beneficiarios. Pero como ocurre con la
propuesta del Senado, el dinero ni se pide con carácter finalista ni para
comprometerlo en dichas comarcas, sino en “plan libre”, para luego destinarlo
donde más rédito electoral y económico aporte. Eso sí, también reconocen que el
ámbito de las comarcas despobladas abarcan a la España Rural del Interior.
Y para acabar cinco apuntes, que en
realidad darían para cinco artículos más.
1º) Cuando decidieron cargarse la
LDSMR estaban los partidos de siempre, pero ahora hay más partidos en escena y
sólo con que U Podemos se aplicara en serio a defender la LDSMR podía forzar al
PSOE a hacer lo propio, ya que de lo contrario, cualquier porción de votos que
perdiera en beneficio de U Podemos en áreas deprimidas, le penalizaría mucho en
número de diputados, dado que en las provincias pequeñas se necesitan
muchísimos menos votos para conseguir un diputado.
2º) Resulta apremiante que dentro del
ámbito de cada comarca se creen plataformas unitarias con propuestas
trasversales (planes integrales), condición sine que non para
que las medidas se propongan y se apliquen con justicia y en las necesidades
más urgentes, sin que los caciques que pululan por todas las comarcas, puedan
aprovecharse de las circunstancias. Sólo en la Comarca de Molina, que yo sepa,
hay una plataforma de estas características, La Otra Guadalajara, con un plan
Integral hecho, incluso, dos años antes de que saliera la LDSMR. Quiere ello
decir, que de aquí a 2020 deberían constituirse plataformas similares en todas
las comarcas a revitalizar, con su programa plan integral, para que fueran el
motor en cada lugar.
3) Excepto en Aragón y Cataluña, que
tienen sus comarcas constituidas, en el resto la LDSMR ha optado por comarcas funcionales,
que no siempre coinciden con las naturales. Pero en la medida que no queda
excluido ni uno sólo de los pueblos afectados por el azote despoblacional, esas
comarcas funcionales dan para echar a andar, en tanto se construyen las
comarcas naturales mediante la correspondiente reordenación del territorio. Lo
que no podemos permitir jamás, es que se utilice la despoblación de nuestras
comarcas, como coartada para después destinar el dinero a las capitales y a las
´zonas periurbanas, que es lo que pretenden desde la Comisión del Senado y la
VI Conferencia de Presidentes de las CCAA y que sólo se puede
impedir con la LDSMR
4º) Las ayudas europeas
tienen una finalidad esencialmente económica, mientras que las del
Estado son inherentes a sus deberes como tal: infraestructuras,
servicios, fiscalidad, atajar desequilibrios, conservación del patrimonio,
planes de montes, vivienda etc. Son medidas de este tenor las que
deben estar contenidas y presupuestadas en la LDSMR, aunque es muy ventajosa la
coincidencia en los sexenios de las ayudas europeas y las del Estado, porque se
complementan y se enriquecen entre sí. Como las europeas para este sexenio ya
están en vigor, debe reactivarse ya mismo la LDSMR y poner en marcha algunas
medidas transitorias propias para el presente sexenio
5º) Disolviendo las ademocráticas Diputaciones, reubicando una
parte de sus empleados en las comarcas, cuyos ayuntamientos quedarían mejor
atendidas que ahora y repartiendo otra parte por diversos organismos de las
administraciones, se ahorrarían anualmente, según la mayoría de las
estimaciones, unos 3.000 millones de euros que pueden pasar en su integridad a
financiar la LDSMR. Agréguese a dicha financiación, el Fondo de Solidaridad
Interterritorial, cuya finalidad es atajar desequilibrios, el mayor de los
cuales de un modo abismal a cualquier otro es el existente entra las 189
comarcas deprimidas de la España Rural Interior y el resto; y ahí tenemos una
excelente financiación para la LDSMR, a coste cero. He ahí, una propuesta
necesaria, justa y posible.
4 abril, 2017
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