martes, 4 de abril de 2017

Contra la despoblación, solo hay una solución: Ley de Desarrollo Sostenible para el Medio Rural de 2007


Denle las vueltas que quieran amigos del medio rural y no rural. Una, mil, diez mil, las que quieran, y verán cómo llegan a la conclusión de que las acciones contra la despoblación y la reactivación de las comarcas deprimidas, sólo tienen una salida: La ley de desarrollo sostenible para el medio rural de 2007 (en adelante LDSMR) y decreto (752/2010) para su aplicación. En lo sucesivo omito el Decreto, pues cada vez que cite la Ley, me refiero a ambas piezas conjuntamente. Las demás propuestas, sin excepción, son fuegos artificiales, en la mayoría de las ocasiones pensadas para cargarse  la LDSMR.  SIGUE....

 Esta Ley concreta las 105 comarcas despobladas que denomina a “revitalizar” y otras 84 llamadas “intermedias” que también se hallan en proceso de despoblación. Entre las 189 ocupan el 72% de la superficie del país y todas están ubicadas en la España Rural Interior. También especifica la LDSMR, la aplicación obligatoria de un paquete de medidas trasversales, a modo de Planes Integrales, en cada una de las 189 comarcas para combatir su despoblación,  revitalizarlas y garantizar una calidad de vida digna en ellas. Y, asimismo, la creación de organismos con agentes de las propias comarcas con capacidad de hacer propuestas y ejercer el seguimiento en la ejecución.

Pero la LDSMR excluye expresamente de estas ayudas a las áreas rurales que la ley llama periurbanas,que son las zonas de distancias inferiores a 45 kms de las capitales, por considerar que disponen de mejores infraestructuras, servicios y oportunidades, que las 189 comarcas antes citadas. Y, por supuesto, también excluye a las capitales.
Y llegamos al quid de la cuestión: Que mientras la LDSMR obliga a invertir todo el dinero presupuestado a revitalizar las 189 comarcas despobladas y, prioritariamente,  las 105 que se encuentra en una situación más crítica; los políticos y los empresarios, no quieren utilizar ni un solo euro en las mismas, ya que los principales caladeros de votos y de ganancias no está en estas 189 comarcas, sino en las áreas periurbanas y las capitales que son las que quedan fuera de la LDSMR.
En definitiva, el PP, no quiere ni oír hablar de la LDSMR y parte del PSOE tampoco. Y aunque la LDSMR la sacaran los socialistas, ahora quieren dar marcha atrás, para no verse obligados  a descender con el dinero a las 189 comarcas más despobladas.

Pero en política, los que no quieren asumir cambios o ir al fondo de los asuntos siempre readaptan su discurso para mantener su statu quo, al menos en lo esencial. Primero se apropian del lenguaje de los que piden soluciones, intentando que la ciudadanía piense que todos dicen lo mismo y si se ven muy forzados, ceden en aspectos secundarios pero no en lo principal. En línea con este deplorable axioma universal de la política imperante, PP y PSOE decidieron cargarse la LDSMR, dejándola en un cajón en vez de reactivarla como procedía. Para ello, formaron una Comisión en el Senado y, cómo si la LDSMR no existiera, empezaron de nuevo a hacer otras propuestas que se parecieran en todo a la LDSMR, menos en un punto, el de la obligatoriedad de hacer descender el dinero a las áreas despobladas, para así utilizarlo después donde a ellos les interesa: capitales de provincia y aéreas periurbanas.

La Comisión del Senado se constituye en 2014 por consenso, despliega toda la parafernalia al uso,-consulta con expertos y entes relacionados con el mundo rural- y finalmente sacan unas conclusiones, en las que se apropian de dos aspectos esenciales de la LDSMR (huyendo de aquel que les estorba, como quien huye de la peste). Se apropian de las medidas trasversales (hasta 50) y del ámbito, admitiendo que la despoblación se da en toda la España Rural Interior. Pero liquidan a su vez, la OBLIGATORIEDAD de que el dinero presupuestado se invierta en las comarcas necesitadas. Recientemente, han rehecho la Comisión de Senado que había quedado paralizada por las contiendas electorales, reforzándola con un Comisionado del Gobierno aprobado en Consejo de Ministros en Enero, bajo el control de Soraya Sáez de Santamaría, que coloca en la Comisión del Senado a una tal Edelmira de la máxima confianza de la Vicepresidenta; para intentar darle credibilidad a lo que es una mortal puñalada por la espalda a la LDSMR.

Es obvio que esta maniobra deliberada perpetrada desde el Senado, si logra imponerse, traiciona por completo las esperanzas de las 189 Comarcas deprimidas, impidiendo que el dinero se aplique a las mismas. No obstante, y por encontrarle algo positivo a una maniobra tan nefasta para la LDSMR, sirve, al menos, para delimitar el terreno de juego, en el sentido de que se carga de raíz todas las propuestas que no tengan naturaleza trasversal o de plan integral, y también todas las de ámbitos reducidos que no abarquen al conjunto de las 189 comarcas de la España Rural Interior, entre ellas, la que pretendían políticos y empresarios de Cuenca, Soria y Teruel o el denominado proyecto Serranía Celtibérica, propuestas que estaban creando confusión; aunque a la Serranía Celtibérica siempre le cabe la posibilidad de proponer alguna actividad de carácter cultural que realce sus señas identitarias.

Por otro lado, la VI conferencia de Presidentes de las CCAA y el Gobierno celebrada en Enero, va exactamente en la misma línea que la Comisión del Senado. Nada menos que ocho CCAA consideran que tienen comarcas despobladas en su interior y piden que para el reparto de los fondos a las CCAA, se tenga en cuenta el concepto de despoblación, ya que en muchas de sus comarcas rurales olvidadas, los costes de los servicios son superiores en relación a los habitantes beneficiarios. Pero como ocurre con la propuesta del Senado, el dinero ni se pide con carácter finalista ni para comprometerlo en dichas comarcas, sino en “plan libre”, para luego destinarlo donde más rédito electoral y económico aporte. Eso sí, también reconocen que el ámbito de las comarcas despobladas abarcan a la España Rural del Interior.

Y para acabar cinco apuntes, que en realidad darían para cinco artículos más.

1º) Cuando decidieron cargarse la LDSMR estaban los partidos de siempre, pero ahora hay más partidos en escena y sólo con que U Podemos se aplicara en serio a defender la LDSMR podía forzar al PSOE a hacer lo propio, ya que de lo contrario, cualquier porción de votos que perdiera en beneficio de U Podemos en áreas deprimidas, le penalizaría mucho en número de diputados, dado que en las provincias pequeñas se necesitan muchísimos menos votos para conseguir un diputado.

2º) Resulta apremiante que dentro del ámbito de cada comarca se creen plataformas unitarias con propuestas trasversales (planes integrales), condición sine que non para que las medidas se propongan y se apliquen con justicia y en las necesidades más urgentes, sin que los caciques que pululan por todas las comarcas, puedan aprovecharse de las circunstancias. Sólo en la Comarca de Molina, que yo sepa, hay una plataforma de estas características, La Otra Guadalajara, con un plan Integral hecho, incluso, dos años antes de que saliera la LDSMR. Quiere ello decir, que de aquí a 2020 deberían constituirse plataformas similares en todas las comarcas a revitalizar, con su programa plan integral, para que fueran el motor en cada lugar.

3) Excepto en Aragón y Cataluña, que tienen sus comarcas constituidas, en el resto la LDSMR ha optado por comarcas funcionales, que no siempre coinciden con las naturales. Pero en la medida que no queda excluido ni uno sólo de los pueblos afectados por el azote despoblacional, esas comarcas funcionales dan para echar a andar, en tanto se construyen las comarcas naturales mediante la correspondiente reordenación del territorio. Lo que no podemos permitir jamás, es que se utilice la despoblación de nuestras comarcas, como coartada para después destinar el dinero a las capitales y a las ´zonas periurbanas, que es lo que pretenden desde la Comisión del Senado y la VI Conferencia de Presidentes de las CCAA y que sólo se puede impedir con la LDSMR

4º) Las ayudas europeas tienen una finalidad esencialmente económica, mientras que las del Estado son inherentes  a sus deberes como tal: infraestructuras, servicios, fiscalidad, atajar desequilibrios, conservación del patrimonio, planes de montes, vivienda etc. Son medidas de este tenor las que deben estar contenidas y presupuestadas en la LDSMR, aunque es muy ventajosa la coincidencia en los sexenios de las ayudas europeas y las del Estado, porque se complementan y se enriquecen entre sí. Como las europeas para este sexenio ya están en vigor, debe reactivarse ya mismo la LDSMR y poner en marcha algunas medidas transitorias propias para el presente sexenio


5º) Disolviendo las ademocráticas Diputaciones, reubicando una parte de sus empleados en las comarcas, cuyos ayuntamientos quedarían mejor atendidas que ahora y repartiendo otra parte por diversos organismos de las administraciones, se ahorrarían anualmente, según la mayoría de las estimaciones, unos 3.000 millones de euros que pueden pasar en su integridad a financiar la LDSMR. Agréguese a dicha financiación, el Fondo de Solidaridad Interterritorial, cuya finalidad es atajar desequilibrios, el mayor de los cuales de un modo abismal a cualquier otro es el existente entra las 189 comarcas deprimidas de la España Rural Interior y el resto; y ahí tenemos una excelente financiación para la LDSMR, a coste cero. He ahí, una propuesta  necesaria, justa y posible.

4 abril, 2017

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