El barómetro de la Sexta de hoy mismo,
Nicolás, no sé si dará plenamente en la diana o no. Pero aunque tuvieran un
error de 10 o 15 puntos arriba o abajo -¡que ya es admitir!-; me da la razón en
lo que ya decía en mi carta anterior sobre el hecho de hacer una consulta a los
inscritos de Podemos en relación a
pactar una coalición de gobierno de Unidas Podemos con el PSOE, que está
colgada en mi blog. Decía literalmente lo siguiente:
“Tampoco puede servir
de justificación, ni es representativa una consulta a los inscritos, porque
cien mil o ciento cincuenta mil votantes sólo representa a los votantes de
un mismo perfil, a la sazón adictos a la dirección. Y cuantitativamente, a
un escaso 4% de los 3.700.000 votantes de Podemos. Eso puede servir de
estratagema o justificación ante los inscritos, pero en absoluto indica que sea
eso mismo, lo que pensamos la mayoría de los votantes”
Es evidente que las tres cuartas partes de los
votantes de Podemos queremos un pacto sin necesidad de que haya coalición de
gobierno. Y sólo una cuarta parte, pide la coalición de gobierno para votarlos. ¡Menudo
tareón le espera a Podemos para intentar evitar un estropicio
tan sonado como el que va a tener en el caso que haya que repetir las elecciones!
Los que quieran ver mi carta anterior
dirigida a Pablo Iglesias, Pedro Sánchez y Alberto Garzón la tienen en mi blog,
justamente debajo de esta. Pero en cualquier caso no me resisto a poner aquí, los
puntos o bases resumidas que le expongo a Pablo Iglesias, para pactar sin
necesidad de gobierno de coalición:
“1º) Una redacción del
programa pactado al alcance de la comprensión de toda la ciudanía y una
publicidad del mismo para el conocimiento de la gente, similar al que se hace
en una campaña electoral, a fin de que lo tenga todo el mundo y se pueda
comprobar si lo pactado se va cumpliendo o no.
2º) Un
calendario de ejecución de las propuestas y un orden de prioridades bien claro
y bien concretado, ya que las prioridades son imprescindibles.
3º) UN
COMITÉ PERMANTE DE SEGUIMIENTO DURANTE TODA LA LEGISLATURA, a modo de
gobierno en la sombra de ambas fuerzas, que garantice los dos puntos anteriores
y esté facultado y obligado a ejercer, además, las siguientes bases incuestionables:
Que todas las medidas que aprobéis vayan acompañadas
de la correspondiente financiación, para que no se queden en acuerdos
testimoniales como ocurrió algunas veces con el gobierno de Zapatero B) Rendir
cuentas en el Parlamento del cumplimiento de lo pactado cada cuatro
meses. C) Informar a toda la opinión pública inmediatamente
después, cada vez que se exponga en el Parlamento. D)
Fidelidad plena a todo lo pactado tal y como esté recogido en el mismo y E)
Libertad absoluta para defender cada partido por su cuenta la parte de política
de cada cual, que no forme parte del pacto”
Pactar no significa en absoluto renunciar a
ninguno de los puntos del programa de cada partido, porque defender el programa
entero es una necesidad estratégica y permanente de cualquier fuerza seria, ya
que ese es el compromiso que cada partido tiene adquirido con sus afiliados o
inscritos. Significa que todos los puntos que se pacten queden bien concretados con los puntos y las comas en su sitio y atado su calendario de ejecución, lo cual, a su vez obliga a ceder por las
partes, ya que una cosa es hablar de los puntos en general y otra muy distinta
ponerse de acuerdo en su concreción. También implica fidelidad plena a los
compromisos adquiridos, pero sólo a ellos. Las medias que no formen parte de lo
pactado, que son todas en las que existen manifiestas discrepancias, cada
fuerza es muy libre defenderlas por su cuenta del modo que crean más
conveniente.
En este sentido, la lealtad que propone
Podemos a lo que decida el gobierno si forman parte del gobierno de coalición,
sobre un problema tan grave como el de Cataluña, es una renuncia vergonzosa y
claudicante que no me cabe en la cabeza. La calificación exacta que le viene al
pelo, prefiero omitirla. Es demasiado denigrante. O sea que si el gobierno
acuerda 155, pues nada, lealtad al canto
y 155, ocupación de la Generalitat y lo que haga falta. Vivir para ver.
Alegar como hace Iglesias, que también han
llegado a un pacto en el Ayuntamiento de Barcelona los socialistas catalanes y
los Comunes es un intento de justificación burda, de llamarnos tontos, de
ofender a la inteligencia más elemental. El Ayuntamiento de Barcelona no tiene
ninguna competencia para intervenir la Generalitat, imponer el 155 u otras
medidas represivas. Esa competencia es del gobierno de España, a cuyos acuerdos Podemos sería leal en este
atropello político, a cambio aceptaran el gobierno de coalición.
Sí o Sí al Pacto con el PSOE en las
condiciones antes expuestas.
No al gobierno de coalición.
NOOOO A LA CLAUDICACIÓN EN LA CUESTIÓN CATALANA.
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