Cuando colgué en mi FB el
escueto post: “Lo único q sé de antemano es que el debate
pos-covid-19 será ESTÉRIL e INÚTIL. El por qué te lo explicaré pronto, Nicolás”,
no lo
hice basado en meras sensaciones, sino tras estrujarme la sesera, analizar y
requete analizar las cosas hasta donde soy capaz y valorando mucho la importancia
que tiene en esta ocasión el orden y calendario de actuación. Todo ello me hace
sentirme, bastante convencido de lo que voy a explicar.
Pero ojo, Nicolás, mis reflexiones por mucho
que las haya intentado madurar y por muy independientes y autodidactas que sean,
no son ningún certificado de garantía de estar en lo cierto; aunque sí me dan
más posibilidades de aproximarme a la verdad objetiva que si escribo basado en intuiciones o dejándome llevar por el
emponzoñamiento de infinidad de debates tóxicos y viciados, que se centran más,
en salvar los muebles partidistas y/o en sacar tajada de ellos, que en buscar exclusivamente
soluciones ante un drama tan difícil,
complejo y desconocido cómo el que nos está tocando lidiar.
Mira, Nicolás, aquí el orden es determinante y
la cagaremos, con perdón, si pasamos al punto dos, sin haber dejado bien
resuelto el punto uno, ni el tres sin resolver antes bien el dos, etc. Y en
todo caso, tendrá que ser al final, cuando se analicen los errores cometidos y se
exijan responsabilidades políticas si las hubiera; pues bajo mi punto de vista,
la política partidista que nos rodea es tan sectaria, tan y “tú más”,
tan enconada, tan de bajos vuelos, que arruinaría los pasos anteriores, si no
dejáramos para el final el debate sobre las posibles responsabilidades.
Cuál debería ser el orden de actuación y
por qué:
Centrarse en Covid-19 hasta extirparlo
totalmente, requiere de la ciudadanía y de todas las instituciones una
disciplina social unitaria muy grande. Cuando digo una disciplina social, digo
una disciplina cívica y ciudadana, que se base en el sentido de la solidaridad,
en poner por delante lo mejor de nuestra condición humana, que nada tiene que
ver con el “a sus órdenes mi teniente”. Se debe basar, obvio es decirlo, en
evitar al máximo los contagios y las muertes y, muy importante, en extirpar el
virus por completo, de tal manera que queden bien sentadas las bases para que
no se pueda volver a reactivar, como hacemos cuando apagamos un fuego.
Este punto primero que, a su
vez tiene subdivisiones es condición sine qua non para centrar después
todos los esfuerzos en el paso siguiente: Echar a andar de nuevo la economía
que es otro tareón de padre y muy señor mío, porque no hay dinero ni, para
empezar. 17.000 millones públicos en efectivo da para muy poco y el resto, como
consta en los Decretos aprobados, son avales, líneas de créditos y similares,
que ya veremos si se cumplen. Experiencias anteriores no invitan al optimismo.
Por decirlo bien clarito, Nicolás,
dinero sí que hay, y mucho. Se pueden sacar 40.000 millones más de forma
permanente todos los años. La mitad reduciendo gastos y la otra mitad
incrementando ingresos, sin crear el menor problema, sino por el contrario; consiguiendo
de paso que las administraciones funcionen con más agilidad, eficacia y
honestidad que ahora.
Sí, sí, sí y mil
veces Sí. Sí se pueden sacar, pero la clase política en su
conjunto (sálvense las excepciones si es que alguna), no quieren ni hablar de ello y huyen del asunto
como quien huye de la peste cuando se les menciona el tema. No obstante, de esto ya hablaremos cuando toque. Pero como
el orden lo veo determinante, primero te envío dos o tres cartas seguidas centradas
exclusivamente en combatir a fondo el Covid-19.
¿Residencias de mayores u holocaustos ocultos?
La siguiente, como no puede
ser de otra forma la dedicaré a las residencias de mayores convertidas muchas
de ellas en holocaustos ocultos, cuyo escándalo ha saltado a la luz
con una virulencia que horroriza, indigna y llena de vergüenza a cualquier
persona que se precie- que nos preciemos- de ser considerados seres humanos.
Todas las personas merecemos
el mismo cariño y respeto seamos niños o mayores; pero si entre los mayores hay
una vez, donde se pueda y se deba hacer una excepción en el grueso de los
que están muriendo ahora de edades entre 70 a 90 años, es esta generación.
Las personas se supone que
ya, de nacimiento, afloramos a la vida con componentes genéticos que contienen valores
heredados, pero hablando en líneas generales, los valores excepciones cuando
son mayoritarios en una generación entera no es porque venga de la cuna, si no porque las vicisitudes
que han tenido que vivir a lo largo de su vida les han llevado a ser así, Esta generación de 70 a 90 años, la mayoría de los que mueren
ahora, han dado ejemplos de dignidad y de sacrificio por sus hijos y nietos muy
por encima de sus posibilidades y no es pensable que en el futuro pueda haber otra
generación que se le pueda aproximar.
Por eso debemos decir que no
le está afectando el Covid-19 a una generación cualquiera, sino a la generación
de los HÉROES, muchos de los cuales, terminan sus vidas
encerrados en holocaustos ocultos, llamados residencias, por cuya causa acabaron
sus días de la peor forma posible en solitario, sin nadie que les cerrara los ojos al fallecer, sin recibir el último beso,
el último adiós de sus seres queridos por los que dieron lo mejor de sí mismos. ¡Qué triste, qué triste, qué triste final el suyo!. ¡Que crueldad más inhumana y más inmerecida!
En la dos siguientes, Nicolás, desmenuzaré la heroicidad de esta generación y expondré la inhumanidad y su
porqué de estas residencias, lo que se debería hacer y a quién procede penalizar e
incluso llevar a la cárcel, tanto si son empresarios como autoridades de las CCAA, puesto
que las residencias están transferidas a las mismas
Nota: Ni
la más mínima crítica a las personas empleadas en estas residencia. Al contrario, son
otras víctimas más de este mayúsculo escándalo inhumano que se ha puesto de
manifiesto
Si realmente muy triste, lo q esta pasando en residencias, y lo mas triste es como bien dices, q mueran sin un ultimo abrazo de sus seres queridos, y muchas veces en condiciones muy lamentables. Un abrazo
ResponderEliminarQue triste es lo que cuentas amigo, pero son verdades como puños, que tenga que pasar una cosa de estas características para descubrir lo que sucede en la mayoria de las residencias de mayores, clama al cielo, yo en lo que llevo de vida he tenido a mi suegra y mi padre en Residencias y la verdad sea dicha todo se mueve por el interés del dinero, averiguando bajo mano los bienes que tenían para mirar de robarles los bienes es una vergüenza. Un saludo.
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